botaduras y quejas en el día de la industria naval.
Mientras la normativa no logra avanzar en Diputados, Astillero Contessi bautizó el pesquero Punta Pardelas y anunció más proyectos
La industria naval atraviesa un momento ambivalente. Con algunas buenas noticias, como la botadura en Astillero Federico Contessi, que en su varadero del puerto marplatense botó un costero de casi 21 metros de eslora luego de 16 meses. También hubo anuncios de futuras construcciones que garantizan las fuentes laborales de sus 50 operarios por los próximos dos años, pedidos para ampliar las instalaciones, aumento de la plantilla de personal y renovación del parque de maquinarias.
Pero también hay otra industria naval que celebró su día sin mucho para festejar luego que el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, anulara los dictámenes favorables que el proyecto de ley de marina mercante e industria naval había obtenido en Comisión (como se informó en este suplemento).
De esta forma, el proyecto de Pino Solanas, que tiene media sanción del Senado, retrocede un par de casilleros a la espera de vientos más favorables. Necesitará de muchos y variados, puesto que también debe ser aprobada por la Comisión de Presupuesto, Hacienda e Industria.
Tampoco hubo sonrisas en el complejo industrial naval de Santa Fe, donde los despidos en Ultrapetrol, de Punta Alvear, superan el centenar; en Rosario, donde astillero Omega está amenazado por una orden de desalojo, ni en Tandanor, con contratistas que emplean a más de 600 obreros navales sin posibilidades de ingresar a las gradas por la falta de demanda.
A lo largo del litoral marítimo y fluvial, empresarios, industriales, dirigentes sindicales y profesionales coinciden en resaltar la necesidad de que Diputados apruebe la ley de promoción al sector. “Este año abrigamos una expectativa. La esperanza es que en breve se sancione la ley de industria naval, norma que entendemos sentará bases para el desarrollo de nuestra actividad”, contó Enrique Godoy, vocal de la FINA.
El presidente de TecnoPesca, uno de los tres astilleros de Mar del Plata, se perfila para presidir la federación el mes que viene, por lo que sus palabras tienen un mayor peso. “Las reformas introducidas en Diputados generaron una norma equilibrada, sin afectación al Tesoro nacional y con el norte centrado en la generación de empleo y aumento de la producción en calidad y cantidad”, dijo Godoy, en tanto reconoció que no es la mejor norma para las pretensiones del sector, “pero es la mejor regulación posible hoy”.
“Desde la media sanción se empezaron a oír críticas de distintos sectores; parecería ser que para algunos, la mejor ley es que no exista ninguna”, fustigó Juan Speroni, secretario general del Saosinra, que agrupa a los trabajadores navales.
El dirigente sindical cree que la Argentina necesita una ley para desarrollar empleos de calidad, optimizar los costos de la producción y que el sector debe ser parte indisoluble de una matriz logística que apunte a la reconversión del transporte para que genere las condiciones y abarate los costos y genere competitividad real en la economía argentina.
Las amenazas de los dirigentes sindicales –encabezadas por el propio Sindicato de Obreros Navales y el Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y Cabotaje– de impulsar un plan de lucha que paralizaría los puertos en tanto no se avance con la ley, todavía no se han cristalizado ni se conocen medidas concretas.
En Mar del Plata hay inquietud de los prácticos de muelle, que dependen del SAON, porque en la renovación del convenio colectivo, la patronal y el sindicato introdujeron el trabajo eventual, abriendo la puerta a la flexibilización entre los serenos.
Bautismo y optimismo
Por otra parte, Astillero Contessi aprovechó el Día de la Industria Naval para botar el costero Punta Pardelas, un fresquero multipropósito que reemplaza al Rawson y operará desde el puerto homónimo, abocado a la pesca del langostino.
La renovación de la flota pesquera, cuya antigüedad promedio supera los 35 años, parece confinada a la rentabilidad de la pesca del marisco en aguas patagónicas. Los grandes actores de la pesca marplatense construyeron barcos nuevos en astilleros europeos, en tanto los fresqueros de altura y los costeros no tienen márgenes de rentabilidad como para pensar en aventurarse a una renovación sin financiamiento ni incentivos impositivos.
“Podría referirme a los problemas de fondo que aún no logramos desterrar, a las asignaturas pendientes o a los esfuerzos realizados para mantenerlas puertas abiertas. Pero eso sería ver el vaso medio vacío y hoy quiero hablarles del vaso medio lleno. Quiero hablarles de nuevos proyectos, de nuevas inversiones y anunciar la creación de más puestos de trabajo”, dijo Contessi.
Desde el astillero anticiparon las construcciones de un fresquero doble cubierta de 28 metros de eslora que ha contratado la firma De Angelis y Logghe SA, y el tangonero congelador de 40 metros para Pesquera Veraz: un buque de un tamaño que desde comienzos de la década del 90 no se construye en la Argentina.