La Argentina paga caro su lentitud para incorporar nuevos mercados
Es lo que surge de la lectura de los últimos datos, que muestran otro semestre débil tanto en exportaciones como en perspectivas de crecimiento
Las exportaciones argentinas están mostrando este año un crecimiento muy leve. En los primeros siete meses de 2017 mostraron una suba de apenas el 1,4% respecto de los resultados del mismo período de 2016. Pero se evalúan circunstancias de mercados y estrategia comercial al respecto.
Si se considera que el comercio mundial prevé un crecimiento promedio de alrededor del 3,5% para este año, se entiende que la Argentina volverá a perder participación en esta área, lo que es un fenómeno que se produce desde hace mucho tiempo: hace 50 años nuestro país representaba el 0,85% del comercio mundial; hoy apenas toca el 0,35%. Además, las exportaciones argentinas vienen perdiendo participación relativa en el PBI de manera sostenida desde el inicio el siglo XXI: de poco más de un
28% en 2001 se pasó a un 13,5% en 2016. Al mismo tiempo, las importaciones crecieron en el mismo período un 15,4%, por lo que se produce una diferencia de velocidad entre el alza de las ventas y de las compras.
En referencia a la actualidad, descomo
de que comenzaron a descender los precios internaciones, nuestro país no ha podido evitar tener una pérdida constante de participación en el comercio del mundo.
Y los mercados son parte de la explicación del resultado (hay otras, la debilidad en la competitividad doméstica). Un fenómeno que acompaña este proceso es el de cambio de mercados, algo que ocurre desde hace un tiempo. Pero da la sensación de que es un proceso indetenible (que acompaña un movimiento mundial), que debe ser destacado, pero que no termina de consolidarse, lo que explica como una de las varias razones esta debilidad en el alza de las ventas externas.
Para citar sólo un ejemplo, Brasil sigue siendo el principal foco exportador de la Argentina, pero como el gigante vecino aún no termina de recuperarse, el balance sigue siendo malo para nuestro país: de generar algo más que el 21% de las exportaciones argentinas (en 2013 o en 2010) ha caído al 15,6% en 2016, y en el primer semestre de 2017 se mantiene en el 15,7%.
Pero no sólo la Argentina tiene dificultad para crecer en sus ventas, sino que esa dificultad ocurre en el marco de un abandono de la matriz del siglo XXI (exportaciones mayoritariamente dirigidas a América y Europa) y mientras se van consolidando nuevos mercados emergentes entre los principales.
Así, en los primeros meses de 2017, Vietnam se mantiene como quinto mercado para la Argentina; el sexto es la India y el séptimo, Argelia. Son mercados emergentes no tradicionales y están entre los 10 principales de la Argentina, listado en el que hay que sumar a Egipto. Hoy para la Argentina tres de los 10 principales destinos de exportaciones son asiáticos, dos son africanos, dos latinoamericanos y sólo dos son países desarrollados.
En realidad esto es parte del fenómeno mundial; el cambio de eje del comercio. Pero la Argentina aún no lo está aprovechando debidamente. nuestro país deberá, pues, aprovechar para recuperar resultados a numerosos mercados con alta propensión a importar, que en mucho no están siendo aprovechados por nuestro país hoy. Entre ellos claramente pueden destacarse Hong Kong, corea del Sur, México, Singapur, Taiwán, Emiratos Árabes, Turquía, Polonia, Tailandia o Malasia.
Se trata de intensificar un proceso que viene ocurriendo más por razones de mercado mundial que de estrategia. Y que puede llevar a superar los actuales débiles resultados.