cooperar para COMPETIR
Entre los ejemplos que surgieron de los paneles están éstos:
Al pie de los Andes, en el valle del Tu lum, San Juan, un grupo de emprendedores unió esfuerzos para exportar sus cultivos. “En productos frescos la competencia internacional es fuerte, y hay países que tienen costos más bajos que la Argentina; por otro lado la demanda es alta. En el mercado global encontramos grandes oportunidades para alimentos orgánicos, también congelados”, explicó Fabián Arustiza, coordinador del grupo. Los principales países compradores son Estados Unidos, Japón, Canadá e Inglaterra.
En 2008, pequeños agricultores se organizaron para producir y exportar zapallo. “Introducimos tecnología en las fincas para mejorar la calidad y el rendimiento; importamos semillas híbridas, recibimos asesoramiento y trabajamos para obtener certificaciones para exportar”, recordó Arustiza.
A la formación de este grupo, en 2013 siguió otro dedicado a espárragos orgánicos: “Incorporamos productores con menos de cuatro hectáreas al mercado externo, importamos semillas y mejoramos la genética. El potencial de los productos orgánicos es enorme; aumenta la demanda de alimentos sanos, sustentables, confiables, contra zabi lid ad. Esto es lo que el consumidor paga ”. YA rus tiza dice que la diferencia de precio entre un producto convencional y uno orgánico “puede llegar al 50%”.
En los grupos, los productores comparten experiencias y se benefician con descuentos por compras de grandes volúmenes de insumos, semillas y fertilizantes. A través de estepool pudieron adquirir sensores para medir temperatura y humedad, entre otras variables, y ampliaron la superficie de riego por goteo al 50%. La reciente etapa fue la producción de alimentos congelados, para lo cual instalaron una planta. “La agricultura en los próximos 15 años cambiará; el mercado es hoy más exigente y esto llegó para quedarse”, destacó Arustiza.