Procesan al jefe de Los Monos por ordenar un secuestro desde la cárcel de Coronda Tras la pista de sicarios
Ariel “Guille” Cantero habría organizado un rapto que no terminó como esperaba la banda, pues se equivocaron de víctima; el plan quedó al descubierto por escuchas telefónicas
ROSARIO.– El juez federal Carlos Vera Barros procesó a Ariel Máximo Cantero, alias “Guille”, líder de la banda de Los Monos, como el cerebro de un secuestro extorsivo que tramó desde la cárcel de Coronda y que se concretó hace un mes en la zona oeste de esta ciudad.
El secuestro no salió como lo habían planeado en el penal, pues se equivocaron de víctima. En lugar de capturar al hijo de un jefe narco rival, tal como habría sido previsto, fue raptado un trabajador metalúrgico de 22 años al que tuvieron que liberar sin cobrar el rescate de 3.000.000 de pesos que los secuestradores pretendían obtener con ese golpe.
El juez consideró que “Guille” organizó y dirigió desde su calabozo en la cárcel de Coronda la privación de la libertad de este joven, que fue raptado en una esquina del Barrio Triángulo y liberado una hora después, cuando los captores comprobaron que no era la persona que habían seleccionado previamente para obtener un rédito económico con el cobro de un rescate.
Según la investigación que realizaron los fiscales, la víctima fue interceptada en el cruce del bulevar Seguí y Espinillo a las 19.30 del 9 de septiembre pasado “por dos individuos que lo obligaron a subir a punta de pistola al vehículo en que se desplazaban”.
Luego le cubrieron la cabeza y “tras circular un tiempo, lo hicieron descender en un galpón, donde permaneció también con los ojos cubiertos”. Una vez allí, los captores comenzaron a discutir luego de haberse dado cuenta de que la víctima no era la que habían planeado secuestrar, pues “no tenía un lunar” y no llevaba la campera que había sido identificada como una prenda utilizada por el blanco elegido.
Esas circunstancias fueron transmitidas por sus captores, vía telefónica, a un sujeto al que apodaban “Tío”. La pesquisa determinó que esa persona identificada como “Tío” era Cantero, que habría manejado el operativo desde su celda.
Tras constatar con el DNI la identidad del joven secuestrado, el cautivo fue liberado en la intersección de Seguí y Circunvalación.
Como uno de los captores –Ezequiel “Parásito” Fernández, que se encuentra prófugo– tenía el teléfono intervenido en el contexto de otra causa, los investigadores tuvieron acceso a la preparación del delito, señalaron el fiscal Federico Reynares Solari y el titular de la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese), Santiago Marquevich.
En conversaciones posteriores los protagonistas “se debatieron entre secuestrar al sujeto que ya tenían observado o a uno nuevo, cuya fotografía sería enviada al «Parásito» por un contacto”, reseñaron Marquevich y Reynares Solari.
Ya con la víctima equivocada en cautiverio, el líder de Los Monos refirió que irían a buscar “asado” a la casa del padre del joven antes de liberarlo. Por otro lado, los fiscales indicaron que de las transcripciones de las conversaciones “surgía también la intención de cometer, en lo inmediato, al menos otros dos secuestros extorsivos, cuyas víctimas activas hasta el momento no fueron identificadas, como tampoco puede a la fecha asegurarse que no se hubiera consumado alguno de ellos”.
Unos días antes, los agentes pudieron arrestar a uno de los sospechosos de haber sido el brazo armado que ejecutaba las órdenes de Cantero. Los efectivos de la Policía Federal realizaron un allanamiento en José Ingenieros al 7600 y detuvieron a Nahuel Fernández, de 25 años, hermano del “Parásito”.
Los elementos que fueron secuestrados en esa vivienda permitieron a los investigadores sumar pruebas contra los supuestos sicarios del clan narco de Los Monos. Es que allí fueron incautadas tres pistolas 9 mm, gran cantidad de municiones, dos chalecos antibalas y una ametralladora Halcón.