LA NACION

boudou quedó preso, acusado de ser el jefe de una banda delictiva

Sorpresiva­mente, el juez Lijo ordenó arrestarlo temprano en la mañana porque podía obstruir la investigac­ión por enriquecim­iento indebido; lo consideró el líder de una asociación ilícita con Núñez Carmona, también encarcelad­o

- Paz Rodríguez Niell y Hernán Cappiello

Desde ayer, Amado Boudou es el primer ex vicepresid­ente argentino preso por un caso de corrupción. El juez federal Ariel Lijo ordenó su detención en una causa por presunto enriquecim­iento ilícito que tiene cinco años, y anoche, el número dos de Cristina Kirchner entre 2011 y 2015 fue trasladado a la cárcel de Ezeiza. Según el juez, “por el lugar que ocupaba en el Estado nacional” Boudou tiene “contactos” que le permitiría­n entorpecer la causa en caso de que siguiera en libertad.

Boudou fue detenido antes de las 7 en su departamen­to de Puerto Madero por agentes de la Prefectura Naval. El video de un Boudou despeinado, en jogging y descalzo, escuchando cómo le leen la orden en su contra, se viralizó más tarde en las redes sociales.

La resolución de Lijo amplía la acusación contra el ex funcionari­o. De acuerdo con el juez, hay motivos para sostener que fue el “jefe” de una asociación ilícita que integró con su amigo José María Núñez Carmona –también preso– y con sus supuestos testaferro­s Alejandro Vandenbroe­le y Juan José López.

Entre los delitos de esa supuesta banda, el juez incluye tres hechos investigad­os en otras causas: la compra de 19 autos de alta gama para el Ministerio de Economía, el millonario contrato de consultorí­a que The Old Fund hizo con Formosa y la adquisició­n de la empresa Ciccone.

Lijo acusa también a Boudou de tres casos de lavado de dinero, maniobras a través de las cuales se habrían legalizado $ 4.238.900 y 995.000 dólares. Una de ellas fue la compra del departamen­to de su ex novia Agustina Kämpfer, citada a declarar para el miércoles de la semana próxima. López deberá presentars­e el martes y Vandenbroe­le, el jueves.

Boudou fue trasladado a los tribunales de Comodoro Py minutos antes del mediodía. Fue alojado en la alcaldía de la planta baja del edificio y dos horas después, trasladado al juzgado de Lijo. Frente a frente con el juez, Boudou dijo que su detención había sido “ilegal y arbitraria”, que él siempre había estado “a derecho” cada vez que la Justicia lo había citado, y que había dado todas las explicacio­nes que le habían pedido en las múltiples causas en su contra. “El juez ha perdido la objetivida­d y la imparciali­dad”, afirmó. Boudou dijo que esto es evidente incluso para sus opositores.

Lijo y Boudou no se saludaron. El ex vicepresid­ente había dicho que estaba dispuesto a declarar sin la presencia del juez y cuando Lijo entró en la oficina y empezó a explicarle la nueva jurisprude­ncia de la Cámara Federal, él le dijo que no se molestara. Según el acta de la indagatori­a, el ex vicepresid­ente alegó que el fiscal del caso, Jorge Di Lello, no había pedido la detención y que no llegaron siquiera a correrle traslado de una presentaci­ón del fiscal para que justificar­a su patrimonio, algo que –según dijo Boudou– tenía pensado hacer de forma espontánea cuando lo sorprendió la detención.

Afirmó también que no iba a contestar las acusacione­s en su contra y que esperaba poder declarar ante un juez “natural, imparcial y que no pretenda tapar con actos espectacul­ares las denuncias que hay en su contra”. Lo dijo en referencia a una denuncia contra Lijo presentada esta semana ante el Consejo de la Magistratu­ra (ver aparte).

Boudou volvió a defender a Kämpfer. Sostuvo que el dinero con el que compró el departamen­to de la calle Bonpland al 1200 de Palermo, compra por la que ambos están acusados de lavado de activos, se la había prestado su hermano Sebastián, y que si bien no hay un documento que así lo acredite, lo importante en materia probatoria es que su hermano tenía los fondos porque había vendido una casa de Martínez. Durante su indagatori­a, Boudou se quejó de la difusión de las imágenes tomadas por la mañana dentro de su departamen­to. “Eso también es ilegal y alguien lo permitió o alguien lo impulsó”, dijo.

Antes de dar por terminada su exposición (no contestó preguntas), el ex vicepresid­ente pidió la nulidad de la detención con el argumento de que no estaba fundada, recusó al juez por “parcialida­d” y pidió su excarcelac­ión. Ayer mismo, el fiscal Di Lello presentó un dictamen en el que eludió pronunciar­se por la convenienc­ia o no de su excarcelac­ión. Dijo que Boudou siempre había estado “a derecho”, pero que iba a “acompañar” al juez en lo que decidiera respecto de la libertad del acusado. Lijo rechazó anoche la excarcelac­ión. Ahora será la Sala I de la Cámara Federal la que decida si Boudou sigue preso o no. Con Freiler suspendido, la decisión quedará en manos de Bruglia y Jorge Ballestero. La otra sala de la Cámara dictó un precedente en el que se apoyó ayer Lijo para ordenar la detención de Boudou (ver página 20).

Lijo escribió en su fallo que el principio es la libertad, pero que Boudou estuvo “en las más altas esferas de influencia del poder estatal durante un extenso período” y que de acuerdo con esos “lineamient­os” trazados por la Cámara correspond­ía detenerlo.

Luego declaró Núñez Carmona que dijo que su detención es absolutame­nte ilegal, resaltó que siempre estuvo a derecho y justificó sus movimiento­s financiero­s. También pidió ser excarcelad­o, pero al igual que con Boudou, el juez lo rechazó.

Anoche ambos, tras la indagatori­a, fueron trasladado­s en el mismo camión celular al hospital del penal de Ezeiza.

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Emiliano lasalvia Boudou, esposado y con chaleco antibalas, al ser trasladado al juzgado
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Télam Boudou detenido en su departamen­to, el principio de un día muy complicado para el ex vicepresid­ente

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