LA NACION

Trump advierte que EI “pagará un alto precio” por sus ataques a EE.UU.

Luego de que el grupo se adjudicara el atentado en Nueva York, prometió reforzar la ofensiva militar; operacione­s en Somalia

- Rafael Mathus Ruiz

WASHINGTON.– Tres días después del atentado en Nueva York donde murieron ocho personas –entre ellas, cinco argentinos–, Donald Trump prometió reforzar la ofensiva militar contra Estado Islámico (EI) y golpearlos “diez veces más duro”.

El presidente norteameri­cano apuntaló su ofensiva verborrági­ca contra el grupo terrorista en dos mensajes en medio de una tempranera ráfaga de tuits. Luego, subió el tono de su amenaza en un ida y vuelta informal con los periodista­s antes de iniciar una larga gira por Asia.

“Cada vez que seamos atacados de ahora en adelante, y ocurrió el otro día, vamos a golpearlos diez veces más duro. Entonces, cuando un ani- mal haga un ataque como el del otro día en Manhattan, vamos a golpear los diez veces más duro. Lo declararon un soldado, buena suerte”, amenazó Trump. “Cada vez que nos golpean, sabemos que es EI. Los golpearemo­s como ustedes no se imaginan”, cerró.

Trump ya había prometido desatar la furia apenas se conocieron los primeros indicios de que el atacante, Sayfullo Saipov, un uzbeko de 29 años, actuó en nombre de EI. Ayer, temprano, el presidente soltó la primera amenaza en Twitter, luego de que el grupo se adjudicara el atentado.

“EI acaba de afirmar que el animal degenerado que mató e hirió tan gravemente a la gente maravillos­a en el lado oeste [de Nueva York] era «su soldado». En función de eso, las fuerzas armadas golpearon a EI mucho más duro en los últimos dos días. ¡Pagarán un alto precio por cada ataque sobre nosotros!”, escribió.

El gobierno de Trump mantuvo la estrategia global y preservó la coalición que ensambló el ex presidente Barack Obama con otras potencias occidental­es y Rusia, la cual ha logrado detener el avance del califato, quitarle territorio y hacerlo retroceder. Uno de los logros recientes de esa coalición fue la recuperaci­ón de Mosul, uno de los bastiones de EI en Irak.

Trump no dudó en tomar crédito por los avances en la lucha contra el califato, y llegó a proclamar que su presidenci­a hizo más por derrotarlo que Obama. Pero más allá de la retórica, Trump preservó la estrategia de su predecesor, y expertos suelen coincidir en que los avances contra el califato fueron un resultado lógico de una ofensiva de tres años.

El presidente dejó casi todo el control de las operacione­s militares en sus “generales”: el secretario de Defensa, Jim Mattis; el jefe del Consejo de Seguridad Nacional, H. R. McMaster, y su jefe de gabinete, John Kelly. Trump sí les dio más autoridad a los comandante­s en el terreno para las decisiones del día a día.

Ayer, el Pentágono informó sobre un par de ataques aéreos con drones contra combatient­es de EI en Somalia, en la primera incursión norteameri­cana contra los jihadistas en esa nación del Cuerno de África, según informó el Pentágono. Los ataques fueron lanzados en el nordeste de Somalia y mataron a “varios terrorista­s”, dijo el comando de África de las fuerzas norteameri­canas.

La coalición global contra EI ya recortó en un 90% sus ingresos por petróleo, una de las principale­s fuentes del califato. Hasta mediados de octubre, la coalición había ejecutado más de 28.000 ataques aéreos desde 2014, cuando empezó la ofensiva, y había lanzado más de 92.000 bombas, según cifras oficiales. La mayor parte de esos ataques se hicieron antes de que Trump asumiera la presidenci­a.

Unas horas después del atentado, Trump anticipó un triunfo militar contra EI, algo que los expertos dan por descontado, sin dejar de hacer una advertenci­a: su ideología y los focos insurgente­s persistirá­n.

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