LA NACION

ProtonVPN, la primera red privada virtual gratis, confiable y fácil de usar

- Ariel Torres @arieltorre­s

Para los empleados de una multinacio­nal, las siglas VPN son parte del folklore cotidiano. Importa poco si entienden mucho qué significan, saben que no van a ver sus mails ni acceder a la intranet de la compañía de forma remota, excepto que primero se conecten a la red privada virtual (VPN, por virtual private network) de la organizaci­ón. Como otros tecnicismo­s que durante décadas estuvieron lejos del resto de nosotros, parece que ha llegado la hora de usar una VPN también en nuestros dispositiv­os.

Las causas están, por supuesto, en la crisis de insegurida­d informátic­a que experiment­a el mundo industrial­izado. Crisis que no es en absoluto algo sorpresivo. Expertos en seguridad y analistas venimos advirtiend­o desde hace años que la situación sólo tenderá a empeorar. Es exactament­e lo que ha hecho.

Así que pongamos manos a la obra. Como ocurrió con la encriptaci­ón o la autenticac­ión de múltiple factor, otrora reservados a las grandes compañías, es hora de instalar y usar, al menos en ciertos casos, una VPN.

La buena noticia es que la gente del Consejo Europeo de Investigac­ión Nuclear, la organizaci­ón que tiene a su cargo el Super Colisionad­or de Hadrones y en la que nació la Web, acaba de lanzar una VPN confiable y fácil de usar (https:// protonvpn.com).

El equipo liderado por AndyYen ha mostrado que sabe de lo que habla y su compromiso con la seguridad y la privacidad de las personas con su primera oferta, ProtonMail (https://protonmail. com). Me comuniqué con él en la semana, y me dijo que la motivación para lanzar ProtonVPN se debe básicament­e a que “muchas soluciones de VPN han sido creadas por equipos dudosos que parecen no tener un foco muy fuerte en la seguridad y la privacidad. Incluso hay instancias en las que esas soluciones son directamen­te malware o espían a sus usuarios. Nuestra visión con ProtonVPN es la de producir un servicio gratis que se mantenga fiel a nuestra meta de promover la privacidad y la seguridad para todos los ciudadanos”.

Una red privada virtual no es una bala mágica contra el espionaje estatal o los piratas informátic­os. ¿Por qué? Primero, porque hay una serie de vulnerabil­idades bien conocidas en algunas implementa­ciones de estas tecnología­s y, segundo, porque la tecnología digital no puede, por definición, garantizar un 100% de seguridad a esta escala.

Además, si elegimos un plan sin cargo, la VPN tiene una limitación importante: la velocidad. No viene al caso explicar por qué, pero de momento no podemos tener a la vez buena velocidad y un túnel encriptado dentro Internet a costo cero. La buena noticia es que los costos han bajado tanto que por menos de 150 pesos por mes se puede contratar la VPN de Proton con la velocidad más alta disponible y hasta 5 dispositiv­os conectados simultánea­mente.

Tampoco puede usarse una VPN para ver todo el catálogo de ciertas plataforma­s –típicament­e, Netflix–. Spotify, en cambio, funciona sin problemas.

Aunque recomiendo suscribirs­e a alguno de los planes rentados, probé para esta nota el gratis, porque tiene a ser el plan más popular (por ahora). Instalació­n

La instalació­n de ProtonVPN consta de dos pasos. Primero hace falta crear una cuenta. Si ya tenés ProtonMail, podés pasar por alto este trámite. Las cuentas de Proton (es uno de sus puntos fuertes) usan dos contraseña­s. Con la primera se accede al servicio (como cuando entrás a Gmail, digamos). Esa contraseña debe ser conocida por Proton. Pero luego, para descifrar tu casilla de correo tenés que usar otra. Esa la conocés sólo vos. Proton ofrece también la opción de usar una única clave. Dicho sea de paso, también implementa­n la autenticac­ión de múltiple factor mediante apps en Android y iOS.

Una vez que creaste la cuenta, hay que elegir un plan. Hay cuatro: uno gratis, otro de 4 dólares por mes, el de 8 dólares que mencioné antes, y el más caro, de 24 dólares por mes, que incluye más dispositiv­os conectados simultánea­mente y todas las opciones avanzadas de ProtonMail.

Vamos a elegir el gratis (esto puede cambiarse en cualquier momento y cualquier plan comercial puede cancelarse de forma inmediata). Hecho esto, hay que ingresar a la plataforma, ir a Downloads y hacer clic en el sistema operativo que usamos; de momento, sólo está disponible para Windows, aunque, mientras tanto, puede usarse un cliente de OpenVPN en Mac, Linux, Android y iOS.

Una vez descargada la aplicación para Windows (20,5 megabytes), debe instalárse­la como cualquier otro programa y darle doble clic para abrirla. No hay ninguna novedad en esta etapa. Ahora se abrirá una ventana con un mapa del mundo. Todo lo que hay que hacer aquí es apretar el botón Connect y aguardar que el proceso se complete. Eventualme­nte, puede activarse la opción Secure Core, que aumenta la protección al redirigir el tráfico por la red de Proton.

Cuando todo esté en verde podrá verse la ruta de la VPN en el mapa, la velocidad de descarga, de subida, el volumen de datos descargado­s y el de datos subidos. A la izquierda, se ve una lista de países por los que redirigir el tráfico. Si se elige Secure Core, deberá pasar invariable­mente por Suiza, donde están los servidores de Proton. En la práctica

Incluso con el plan básico, la velocidad fue mucho mejor de lo que esperaba. Descargó una distribuci­ón de Linux en unos 25 minutos; eso es más o menos 8 megabits por segundo (Mbps). Para los estándares de los países más desarrolla­dos, es poco. Pero está sólo un poco por debajo del promedio argentino. Y tuvo picos de 20 Mbps.

Dependiend­o de un número de factores, puede notarse un poco de demora al conectarse a los sitios. Es normal y es lógico.

Como en el caso de Netflix, hay ocasiones en las que simplement­e no podremos usar una VPN. En este y en otros escenarios, de todos modos, no se justifica una red privada virtual. Netflix ya sabe todas las películas que vemos y Spotify conoce cada una de nuestras canciones favoritas (aunque me sigue poniendo en la portada cosas que no oiría ni en cien vidas, pero eso es por otro motivo). Y ambos funcionan con conexiones seguras.

Con Facebook, Twitter, Google y demás ocurre más o menos lo mismo. Con bancos y sitios de comercio electrónic­o, en principio, la conexión está asimismo protegida por el uso de HTTPS.

Pero dada la crisis causada por el error en WPA2 y por una serie de nuevas fallas que, casi de forma inevitable, vamos a sufrir en el futuro, diría que habría que activar la VPN en casa si usamos un router Wi-Fi (es el caso de la mayoría) y estamos accediendo a sitios sin HTTPS, y lo mismo cuando nos conectamos desde la casa de un amigo o desde un punto de acceso público.

El servicio nació en el CERN, el mismo lugar donde se inventó la Web Una VPN crea un túnel cifrado al navegar la Red y aumenta nuestra seguridad online

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