Una semana cargada de noticias
La venta de inmuebles sigue en alza: aumentó 42,9 por ciento en septiembre respecto al mismo mes del año anterior, según datos del Colegio de Escribanos de la ciudad de Buenos Aires y los créditos hipotecarios siguen siendo protagonistas del despegue: las operaciones con préstamos representaron el 28,9 por ciento del total, frente al 12,8 por ciento del mismo mes de 2016. A esta noticia se sumó el anuncio de la eliminación del impuesto a las transferencias de inmuebles (ITI). En su lugar, las ventas de un segundo inmueble (no vivienda única) pasarán a tributar un 15 por ciento –en la diferencia entre el monto de compra y el de reventa– en concepto de Ganancias sobre la operación. La noticia generó diferentes reacciones entre los desarrolladores que se encuentran en la disyuntiva de comenzar a pensar en proyectos para la clase media, pero también deben ocuparse del inversor, una pieza clave para motorizar los nuevos proyectos en un mercado con pocos empresarios con espalda para autofinanciarse. A grandes rasgos, el sector gana con la parte de la reforma tributaria que grava la renta financiera porque presupone que la liquidez podría virar a la economía real y en ese escenario el ladrillo es opción favorita. La contracara es el impuesto a las Ganancias del 15 por ciento porque ahuyenta a los inversores de un negocio en el que los márgenes con el aumento de costos es acotado. Ahora bien, sin la motorización de nuevos emprendimientos, los compradores seguirán volcándose a las unidades usadas con el riesgo que conlleva un escenario de mucha demanda y pocas unidades: una posible “burbuja en los precios”. Un fenómeno que, paradójicamente, podría terminar alejando a los compradores con crédito por los propios límites en los montos de la oferta bancaria. Ahora, el reto es cómo evitar estos riesgos.