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Es un latiguillo. La frase se ofrece como una elegante forma para salir del paso. “Esto depende de los resultados”, formulan, sin distinción, jugadores, directores técnicos y dirigentes. Detrás de esas palabras se descubren dos acepciones: se escucha cuando el equipo no encuentra el camino y el proyecto futbolístico empieza a deshilacharse, pero también al momento en que hay que definir si se sostiene en el cargo a un entrenador que tomó las riendas de manera interina, de apuro. El recorrido de la Superliga dejó a San Lorenzo y a Racing en esas situaciones, que no llegan a ser apremiantes, pero que incomodan. El Ciclón, con aire por los resultados, debe resolver si ratifica a Claudio Biaggio como conductor del plantel profesional o si el Pampa retoma su tarea en la Reserva; la Academia, en cambio, evaluará en cada compromiso y de manera singular en el clásico, las respuestas para confirmar a Diego Cocca, rumbo a 2018.
Eliminado de la Copa Libertadores y de la Copa Argentina, en la Superliga tampoco el entrenador uruguayo Diego Aguirre encontró respaldo para su ciclo. Consumada la derrota por penales con Lanús, en los cuartos de final, la cuerda se cortó para quien nunca conquistó el corazón del hincha. En medio de las reuniones con Gabriel Heinze y Pablo Lavallén, quienes aparecían entre los posibles sucesores de Aguirre, salió a escena Biaggio, cuando San Lorenzo visitó a Estudiantes. En los cuatro exámenes que dirigió, el Ciclón sumó 10 de los 12 puntos en juego. El impulso llevó al equipo a ser el escolta del puntero Boca y el Nuevo Gasómetro será el escenario en donde frente a Banfield deberá consolidar la levantada.
“¿A quién no le gusta dirigir a San Lorenzo?”, se preguntó Biaggio, hace más de un mes, cuando lo suyo parecía ser de vuelo corto. Envalentonado, ahora el Pampa, que conoce las entrañas del club, elevó la vara y anticipó que desearía afianzarse en la elite, lo que empuja al presidente Lammens a tener que tomar una medida, respecto al futuro del conductor. El nombre que más seduce al dirigente es Jorge Almirón, que definirá la Copa Libertadores con Lanús, ante Gremio. El deseo es de público conocimiento, pero no le quita la esperanza al Pampa, que con retoques de piezas revitalizó a un grupo que se enseñaba vulnerable y desorientado, con las energías disminuidas. De perfil bajo, arrancó desde cero: dirigió la novena, la séptima y se asentó en la Reserva, con la que fue campeón hace dos años; ahí tuvieron rodaje Merlini, Rojas, Senesi y Barrios. Ahora, entre los futbolistas de quilates, Belluschi se relanzó y su presente determinó que Sampaoli lo convocara para los próximos amistosos de la selección, ante Rusia y Nigeria; Blandi sostuvo su rol de goleador y Cerutti recuperó el desequilibrio, además de aportar goles. Un mini torneo de tres juegos
Si la Copa Libertadores era el objetivo del año para San Lorenzo, la Copa Sudamericana era la meta de Racing para 2017. Recuperar el prestigio internacional –no gana un título desde la Supercopa 1988– era la premisa y ahí se enfocó la Academia, pero el sueño se estrelló en Avellaneda el miércoles pasado, con el empate sin goles frente a Libertad, que se impuso 1-0 en el global. Fue una estocada para un club que hizo una fuerte inversión en el mercado de pases para reconstruir una estructura que no logra disimular las partidas de Acuña, Bou y Aued; 13 refuerzos, con el colombiano Ibargüen como la compra más cara de la historia, no maquillaron el presente. Racing carece de estilo y también de poder de fuego, dos falencias que derivaron en la eliminación. Un golpe que duele y que se acumula al que le dio Olimpo, por la Copa Argentina, cuando revirtió un 0-2.
“No me gusta cómo juega Racing, pero a Cocca no lo voy a echar”, disparó hace poco más de una semana el presidente Víctor Blanco, acerca de la continuidad del entrenador. Pero serán las respuestas futbolísticas y los resultados los que atornillarán o eyectarán al director técnico al puesto. Vigésimo entre 28 participantes, la Superliga deberá ser desde ahora la tabla de flotación hasta fin de año. Y una trilogía de partidos le tomará el pulso a Cocca y a los futbolistas: primero, el sorprendente Talleres, que desanda un verdadero proyecto futbolístico e institucional. Los cordobeses hilvanaron ascensos, se reinstalaron en la elite y, al comienzo de la fecha, marchan 3os. Revitalizarse ante Talleres para afrontar el partido con Boca y el clásico con Independiente es la consigna a corto plazo para Racing, un equipo que deberá reinventarse desde el juego y los goles para enderezarse y calibrar el futuro.