El califato toca fondo en Irak y Siria
EI perdió otras dos ciudades en ofensivas simultáneas
BAGDAD.– El califato de Estado Islámico (EI) quedó prácticamente reducido ayer a un par de ciudades fronterizas, luego de dos ofensivas simultáneas en Siria e Irak que dejaron a la milicia extremista en su punto más bajo desde su fulminante campaña expansiva, que empezó en enero de 2014.
Las fuerzas armadas de Siria e Irak, respaldadas por gobiernos de la región y las grandes potencias, quedaron al borde de la victoria sobre el grupo jihadista, que llegó a controlar un tercio de ambos países y gobernaba sobre millones de personas, hasta el punto de proclamar su autoridad sobre todos los musulmanes del mundo.
Las autoridades sirias declararon la victoria en Deir Ezzor, la última gran ciudad en el desierto oriental del país, donde los militantes aún tenían presencia. Al mismo tiempo, el ejército iraquí capturó el último puesto fronterizo con Siria en el valle del Éufrates y entró en la cercana ciudad de Al-Qaim, el último bastión de EI en el territorio de Irak.
La coalición internacional liderada por Estados Unidos que ha estado bombardeando a EI en respaldo de sus aliados en ambos lados de la frontera, dijo que a la milicia le quedan unos pocos miles de combatientes, mayormente refugiados en la frontera en AlQaim y su ciudad hermana por el lado sirio, Albu Kamal.
En su avance hacia Al-Qaim, el ejército iraquí liberó la localidad de Al-Obeid, donde los habitantes celebraron la entrada de sus liberadores tras sufrir uno de los calvarios más largos del país bajo el yugo del fanatismo islamista.
“Prevemos que intenten huir, pero estamos conscientes de eso y haremos todo lo que podamos para eliminar a los líderes de EI”, dijo el coronel norteamericano Ryan Dillon sobre los integristas. Y estimó que hay de 1500 a 2500 combatientes en Al-Qaim y de 2000 a 3000 en Albu Kamal.
El ejército sirio, respaldado por bombarderos rusos, militares iraníes y milicias chiitas, avanza ahora hacia Albu Kamal, por el lado occidental del Éufrates. Una alianza de milicias kurdas y árabes apoyadas por la coalición que lidera Estados Unidos, a su vez rivales del ejército sirio, converge sobre la misma ciudad, pero por el flanco oriental del río.
“Las fuerzas armadas, en cooperación con fuerzas aliadas, liberaron completamente la ciudad de Deir Ezzor de las garras de la organización terrorista EI”, declaró una fuente militar siria.
Tras fracasar en su objetivo de conservar y gobernar su califato, los expertos estiman que el grupo pasará a la clandestinidad y funcionará como guerrilla en las zonas pobladas por musulmanes sunnitas, que ni Irak ni Siria lograrán controlar totalmente. También mantendrá focos insurgentes en otros países y seguirá inspirando atentados en todo el mundo a través de la propaganda de su “cibercalifato”, como sucedió en Nueva York.
“EI está acorralado, perdió sus dos capitales, otras ofensivas buscan aniquilar al pseudocalifato y a sus presuntos soldados”, dijo la ministra de Defensa francesa, Florence Parly. “Pero terminamos con el terrorismo. El atentado en Nueva York lo demuestra.”