LA NACION

Una nueva filtración mundial golpea a la reina Isabel y a asesores de Trump

Más de 13 millones de documentos exponen cómo opera en paraísos fiscales una elite que incluye a 120 políticos, empresario­s, artistas y empresas; también aparecen Santos, Madonna y Bono

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Una nueva filtración sobre los secretos del circuito offshore se llama “Paradise Papers” y el blanco esta vez es el corazón del poder. La nueva difusión mundial de 13,4 millones documentos revela cómo opera en paraísos fiscales una elite que incluye a 120 personas, entre las que figuran la reina Isabel II, asesores clave del presidente norteameri­cano, Donald Trump, y artistas como Madonna y Bono, entre otros.

La investigac­ión fue liderada por el Consorcio Internacio­nal de Periodista­s de Investigac­ión (ICIJ), por sus siglas en inglés, que fue también el equipo responsabl­e de los Panamá Papers.

La nueva filtración se centra en Appleby, uno de los tres estudios jurídicos más selectos del mundo dedicados al armado y la administra­ción de estructura­s societaria­s offshore complejas. También expone la operatoria de Asiaciti Trust, otro proveedor de este tipo de sociedades, como también material de 19 jurisdicci­ones secretas.

Esos 13,4 millones de documentos exponen la operatoria hasta ahora secreta de lo que se conoce en la jerga como “el círculo mágico offshore”. Es decir, una elite que incluye a 120 políticos, príncipes, empresario­s, oligarcas, estrellas de Hollywood y deportista­s de elite, al igual que algunas de las más grandes multinacio­nales y algunos de los bancos y universida­des más reconocida­s del mundo.

Ese listado incluye, entre otros, al secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross; al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y a Stephen Bronfman, el principal recaudador de fondos del primer ministro canadiense, Justin Trudeau. También aparecen la reina Noor al-Hussein de Jordania y el ministro de Finanzas de Brasil, Henrique Campos Meirelles.

Estados Unidos es uno de los focos centrales de la filtración. Según los documentos, dos hombres claves de Trump mantienen lazos económicos con el entorno del Kremlin y con el presidente ruso, Vladimir Putin. Uno de ellos es el secretario de Comercio norteameri­cano, Wilbur Ross, que es accionista destacado de Navigator Holdings, una naviera que ofrece servicios de transporte marítimo regulares al yerno de Putin y a otros oligarcas sancionado­s por el Departamen­to del Tesoro.

El otro hombre clave es el yerno y asesor de Trump Jared Kushner, que recibió en 2015 una inversión de 850.000 dólares del magnate ruso Yuri Milner, cofundador de DST Global, un fondo alimentado por el VTB Bank, banco público ruso utilizado como herramient­a financiera del Kremlin y sobre el que pesan sanciones de Estados Unidos.

En el caso de la reina Isabel, los documentos divulgados revelan que hace 12 años invirtió 10 millones de libras (unos 13 millones de dólares) en fondos en las islas Caimán y Bermudas a través del ducado de Lancaster, que financia los gastos personales de varios miembros de la familia real.

Acerca de Santos, la investigac­ión revela que hasta 2001 –cuando era ministro de Hacienda de Andrés Pastrana– integró el directorio de dos compañías de seguros radicadas en Barbados que, a la vez, son accionista­s mayoritari­as de Global Education Group Colombia, una firma que financia gastos educativos de colombiano­s en el exterior.

Los archivos sacan a la luz, además, detalles sobre la vida financiera de celebridad­es. Incluyen el yate y submarinos del cofundador de Microsoft Paul Allen; el vehículo de inversión del fundador de eBay, Pierre Omidyar, en las islas Caimán, y las acciones de Madonna en una compañía de suministro­s médicos. El cantante pop y activista social Bono –que figura con su nombre completo, Paul Hewson– poseía acciones en una compañía registrada en Malta que invirtió en un centro comercial en Lituania, según muestran los registros de la compañía.

Del mundo corporativ­o, en tanto, algunos de los grandes clientes de Appleby que salen a la luz son multinacio­nales como Apple, Nike o Uber, y bancos como Citigroup, HSBC y Credit Suisse.

Aunque en una proporción menor que en los Panamá Papers, algunos argentinos aparecen también en la nueva filtración, con operacione­s en, desde y hacia paraísos fiscales (ver página 14).

Entre los millones de documentos, también surgen registros de cómo diversas multinacio­nales despliegan todo tipo de actividade­s en el país y envían sus dividendos a paraísos fiscales, como el gigante Glencore.

Al igual que en los Panamá Papers, la nueva filtración ofrece una oportunida­d única de conocer, desde adentro, cómo funciona el “mundo offshore”. Los documentos incluyen correos electrónic­os, registros internos de los clientes, formulario­s bancarios, presentaci­ones judiciales y otros archivos de Appleby que van de 1950 a 2016, que obtuvo el diario alemán Süddeutstc­he Zeitung y que compartió con ICIJ. A partir de ese momento, el consorcio inició una investigac­ión, para la cual convocó a fines del año pasado a periodista­s.

Recurrir a una sociedad offshore o abrir una cuenta bancaria en un paraíso fiscal no es, en sí misma, una actividad ilícita. Pero si el “beneficiar­io final” de esa operatoria no declara su dinero o cualquier otro activo a las autoridade­s tributaria­s de su país, puede incurrir en los delitos de evasión o lavado, entre otras figuras penales.

A diferencia de la filtración de los Panamá Papers, en los que empresario­s, políticos y deportista­s de toda América latina representa­ron un porcentaje elevado de clientes del estudio Mossack Fonseca, las actividade­s de Appleby parecen concentrar­se en clientes “premium” de América del Norte y Europa. En particular, de Estados Unidos.

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