LA NACION

El Central volvió a subir la tasa para que el próximo ajuste de tarifas no acelere la inflación

La llevó al 28,75% anual, el mayor nivel en 15 meses; busca “minimizar impactos”

- Javier Blanco LA NACION

Preocupado por el impulso que la nueva ronda de aumentos tarifarios previstos para los próximos meses le daría a la inflación, el Banco Central (BCRA) subió ayer –por segunda vez consecutiv­a– la tasa de referencia para dejarla al 28,75% anual. Se trata del mayor nivel de los últimos 15 meses e intenta estimular el ahorro y una postergaci­ón de consumos que ayude a contener alzas en el resto de los precios de la economía.

Este segundo aumento consecutiv­o (ahora de 100 puntos básicos) tomó por sorpresa al mercado porque llega tras el alza de 150 puntos dispuesta por el Central en la anterior reunión quincenal del comité de política monetaria, cuando se declaró sorprendid­o por la magnitud de la suba en los combustibl­es tras las elecciones.

Así, la tasa guía de la economía pasó del 26,25 al 28,75% anual en 15 días, pese a que el Gobierno buscó días atrás morigerar el impacto del “naftazo”, recortando 10% el ajuste inicial.

Los analistas discuten si la señal del en te monetario, que valoran como un nuevo esfuerzo por encaminarl­a economía hacia un proceso des inflaciona­rio–aun cuando sea más lento de lo previsto–, alcanzará, tomando en cuenta el empuje que el nivel de actividad encontró en los últimos meses en el sólido despegue del crédito.

Por lo pronto, el BCRA intenta una jugada defensiva. Lo hizo saber al dejar notar que si bien “los indicadore­s de alta frecuencia” que monitorea “muestran desde octubre una menor inflación y sugieren que la inflación núcleo [la que excluye precios regulados] retomó su dinámica descendent­e” su redoblada apuesta por una política monetaria más contractiv­a procurará “acentuar esa baja inflaciona­ria y minimizar el impacto de los próximos aumentos de precios regulados”.

Pero las dudas sobre la efectivida­d de la apuesta crecen. “El déficit fiscal, tal como se financia, obliga a emitir. ¿Qué sentido tiene poner la heladera al máximo si no le cerrás la puerta?”, reflexionó vía Twitter el economista Ramiro Castiñeira (Econométri­ca).

“La impresión es que con la tasa están queriendo frenar un tren que viene a toda máquina. Pero como el crédito vuela cada vez más... En definitiva, esto muestra que la política monetaria sola no alcanza para frenar la inflación”, juzgó Hernán Hirsch, de la consultora FyE.

“Supongo que buscan asegurar la dosis de medicina: la suba de hace 15 días había sido para dejar la tasa de política monetaria más en línea con el rendimient­o de la Lebac corta. Tal vez lo que se intenta es hacer más atractivos los pases de cara a un diciembre en el que los bancos tendrán que hacer un manejo fino de su liquidez por el cambio en el cómputo de encajes”, interpretó por su parte Eric Ritondale, de EconViews.

“Lo que intenta el BCRA es recuperar cierto control de las expectativ­as, ya que es el único canal de transmisió­n de la política monetaria que opera sin restriccio­nes. Por eso llevó la tasa real a un nivel inédito de casi 12 puntos, aunque no creo que impacte en el nivel de actividad”, opinó por su parte el economista Federico Muñoz.

La entidad precisamen­te mencionó la ampliación de la brecha existente entre sus metas (de una inflación en el 10% +/-2% en 2018) y las expectativ­as del mercado (la espera en 16%) como uno de los disparador­es de su decisión de ayer.

Desde Nueva York, adonde acompañó al presidente Macri, el titular del BCRA, Federico Sturzenegg­er, había adelantado por la mañana que mantendrá durante el verano la política “contractiv­a para asegurar que la baja inflaciona­ria continúe”. Fue en una entrevista que le realizó Larry Fink, administra­dor del mayor fondo de inversión del mundo (BlackRock), en la que se animó a vaticinar incluso para fin de año “una baja muy dramática de la inflación”.

El ente no sólo alienta una suba en el costo del dinero, sino que intensific­ó sus operacione­s para retirar pesos del mercado y hasta anunció una modificaci­ón del cálculo de encajes desde diciembre, que implica poner en marcha un mayor apretón monetario sólo comparable al ejecutado en el inicio del Gobierno, cuando se temía por el final del cepo cambiario.

Entre los motivos que lo llevaron a endurecer preventiva­mente aún más la política están los aumentos del 38 al 65% que el Ente Nacional Regulador de la Energía (ENRE) propuso aplicar desde diciembre para los consumos de electricid­ad de clientes de Edesur y Edenor, algo que se debatirá en una audiencia en 10 días. Son porcentaje­s que superan las estimacion­es previas y que parecen haber convencido al BCRA de redoblar esfuerzos para acotar la “segunda ronda de aumentos”.

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Sturzenegg­er, junto al CEO de BlackRock, Larry Fink, ayer en un evento en Nueva York

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