LA NACION

La puja amenaza la precaria estabilida­d del Líbano

Hezbollah acusa a Riad de haber forzado la renuncia del primer ministro

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BEIRUT (AP).– Para muchos libaneses, la sorpresiva renuncia del primer ministro Saad Hariri el fin de semana, anunciada desde Arabia Saudita en un mensaje grabado, fue producto de una maniobra del reino saudita que busca acabar con un delicado entendimie­nto entre el gobierno libanés y la milicia Hezbollah, y de paso, debilitar la influencia de Irán, su rival regional.

La renuncia generó enorme revuelo en el Líbano y podría arrastrar a esta pequeña nación a la batalla por la supremacía regional que libran Arabia Saudita e Irán, en momentos en que Irán y sus aliados parecen haberse apuntado una victoria en Siria.

La puja entre ellos se extiende al Líbano, pero en los últimos años los partidos libaneses han tratado, con bastante éxito, de evitar que esas tensiones desemboque­n en actos de violencia en un país marcado por su propia guerra civil, que duró de 1975 a 1990. Hezbollah, chiita, domina el Líbano, pero no ha provocado a la comunidad sunnita, la cual ha evitado a su vez actitudes provocador­as. El temor ahora es que Arabia Saudita acabe con el delicado equilibrio y trate de compensar sus derrotas en otros sitios.

Abundan los indicios de que los sauditas forzaron la renuncia de Hariri, que grabó un mensaje desde un sitio no revelado, el cual fue transmitid­o por Al-Arabiya TV, propiedad de los sauditas. En la grabación, Hariri acusó a Irán de interferir con los asuntos árabes y a Hezbollah de tener al país como rehén. La renuncia llega exactament­e un año después de que Hariri formó un gobierno de coalición que incluía a Hezbollah y poco después de que Michel Aoun, un cristiano maronita y aliado de Hezbollah, fue elegido presidente. Esa elección fue producto de un inusual acuerdo entre sauditas e iraníes que puso fin a dos años en los que la presidenci­a estuvo vacante. La alianza entre Hariri y Hezbollah no era fácil. A medida que esa milicia y sus aliados ganaban terreno en Siria, Hariri era presionado por Washington y Riad para que tomase distancia de esa agrupación.

La Agencia de Prensa Saudita publicó anteayer fotos de Hariri reunido con el rey Salman. Y Hariri dijo en su cuenta de Twitter que se sentía “honrado de visitar” al rey en su oficina. Pero eso no diluyó las sospechas de muchos de que está retenido por la fuerza.

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