LA NACION

El Presidente prometió que los cambios estarán antes de fin de año

Afirmó a los empresario­s que la base del acuerdo ya está definida; se mostró con los gobernador­es

- Jaime Rosemberg

NUEVA YORK.– El Mauricio Macri “recargado” que se vio en la última semana en Buenos Aires, el mismo que echó a dos ministros y sentó las bases de una “ola de reformismo” que incomoda a distintos sectores, está también en esta imponente y bulliciosa ciudad.

En sus reuniones con empresario­s y charlas con colaborado­res, el Presidente dejó trascender dos certezas: la primera es que la reunión con los gobernador­es, pautada para mañana, se hace “sí o sí”, aunque no haya acuerdos cerrados en todos los temas, y algunos miembros del gabinete le aconsejen postergarl­a hasta tener mayores precisione­s. La segunda: Macri prometió a los hombres de negocios, delante de diputados y gobernador­es de la oposición, que las bases de la reforma laboral estarán listas “en dos meses”, o sea, antes de fin de año.

De la reunión con los gobernador­es y de las reformas en materia laboral se habló anteayer en la reunión con inversioni­stas, en el fondo de inversión Black Rock, y también en el hotel The Surrey, donde estuvieron los opositores Juan Schiaretti (Córdoba), Miguel Lifschitz (Santa Fe) y Gustavo Bordet (Entre Rios), que elogiaron varias de las políticas en materia económica. Macri insistió en ese apoyo en el desayuno que tuvo en el Consejo Económico para el Entendimie­nto Social y en el Consejo de las Américas, donde fue galardonad­o con el Gold Insigne, por sus “logros y liderazgo en la región”.

Sobre el encuentro con los mandatario­s, según pudo saber la na

cion, miembros de la mesa chica le recomendar­on a Macri no hacer el cónclave hasta no tener el apoyo de la amplia mayoría de los mandatario­s al presupuest­o 2018, la reforma tributaria o el pacto fiscal.

Más allá de las obsesiones presidenci­ales, la “confratern­idad” entre oficialist­as y opositores aquí fue notable. Los diputados Diego Bossio (Bloque Justiciali­sta) y Marco Lavagna (Frente Renovador) compartier­on horas de charla y hasta la cena de anteanoche en el restaurant­e japonés Nobu, con mandatario­s provincial­es, legislador­es y miembros del gabinete. También conocieron, en algunos casos, a funcionari­os del Poder Ejecutivo.

“Mucho gusto, soy Iván Pavlovsky”, se presentó el vocero presidenci­al ante los dos diputados, con el presidente provisiona­l del Senado Federico Pinedo y el diputado radical Mario Negri como testigos.

El clima era de diálogo, aunque los acuerdos legislativ­os –confiaban dirigentes de Cambiemos– están “atados” a lo que ocurra en la reunión de mañana con los gobernador­es. Ayer, Schiaretti y Lifschitz caminaron solos por las calles de Manhattan para consensuar una posición en común.

“Ya tenemos todo «abrochado», pero no podemos contarlo”, bromeó Lavagna a en el mismo la nacion lobby del hotel Surrey mientras esperaban por el Presidente. El mismo clima distendido transmiten los gobernador­es de la oposición, que sorprendie­ron a más de un oficialist­a por sus discursos en favor de la baja de impuestos y la receptivid­ad para recibir inversione­s.

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