LA NACION

La ex esposa de Vandenbroe­le complicó aún más a Boudou

ciccone. Muñoz dijo que su ex pareja trabajó para el ex vicepresid­ente; Núñez Carmona aseguró que el negocio era de Moneta

- Hernán Cappiello LA NACION

Laura Muñoz se quebró dos veces, lloró, pero aún así afirmó bajo juramento ante la Justicia que su ex esposo Alejandro Vandenbroe­le le dijo que trabajaba para el ex vicepresid­ente Amado Boudou. Dijo que temía por su vida, pero ella se mantuvo en sus revelacion­es.

Boudou no estaba en la sala de audiencias, porque la Justicia le permitió permanecer en su celda de la cárcel de Ezeiza. Sí la miraba el socio y amigo de Boudou José María Núñez Carmona, también detenido en Ezeiza, pero que eligió que lo trasladen todas las semanas de su calabozo a los tribunales de Comodoro Py 2002 para su juicio.

Vandenbroe­le pidió no estar presente mientras hablaba su ex mujer y permaneció en una sala contigua.

Núñez Carmona salió al cruce de Muñoz. Pidió declarar, la primera vez que lo hace en los cinco años que lleva el caso Ciccone. El amigo de Boudou, como si fuera una partida de truco, se puso de pie. Y desde el estrado salió en defensa suya, de Vandenbroe­le, “que es una muy buena persona, excelente, divertida, querida por todo el mundo, más allá de lo que diga su mujer”, y de su amigo Boudou. Además de desligarlo­s de cualquier delito, y desligarse a sí mismo de la maniobra, dijo que el dinero para levantar la quiebra de Ciccone Calcográfi­ca es de Raúl Moneta, el banquero que tras sufrir un ACV fue declarado inimputabl­e.

Muñoz les dijo a los jueces Pablo Bertuzzi, Néstor Costabel y María Gabriela López Iñíguez que Vandenbroe­le le confesó que trabajaba para Boudou, sostuvo que el “nexo” fue Núñez Carmona e indicó que el vínculo empezó en 2009 con la firma de un contrato para Formosa. Y continuó luego a través de una aparente “consultora” montada en Puerto Madero para hacer negocios con el gobierno kirchneris­ta.

“Me dijo que trabajaba para [Amado] Boudou y el nexo era [José María] Núñez Carmona en un negocio para Formosa”, declaró. Se trata del refinancia­miento de la deuda pública formoseña por el que Vandenbroe­le cobró siete millones de pesos. “Con Formosa me dijo que recibía ya 40.000 o 60.000 dólares, Si yo me voy a quedar con esta plata, imaginate lo que se quedan los de arriba”, dijo Muñoz que le había dicho Vandenbroe­le.

“Boudou estaba buscando un abogado para hacer muchos negocios. Él había sido elegido como ese abogado de confianza”, sostuvo Muñoz, quien dijo que se mudó a Buenos Aires por esos negocios. Muñoz indicó que esa selección se produjo porque una prima de Vandenbroe­le –que era directora de Anses Mar del Plata– tenía un vínculo con Núñez Carmona y Boudou, y los presentó.

Llorando, eludiendo las filosas preguntas de los defensores, cuestionad­os por el juez Bertuzzi, que presidió el juicio, Muñoz contó que los negocios con el gobierno comenzaron en el segundo semestre de 2009. “Núñez Carmona era nadie, un emisario, no sabía quién era”, dijo, y contó que le preguntaba a Vandenbroe­le: “Después, ¿quién está? ¿Boudou, Cristina?”.

“Decía [Vandenbroe­le] que iban a hacer como si fuese una consultora, pero iba a ser un espacio donde iban a recibir otro tipo de negocios directamen­te del gobierno. La situación ahí me pareció un espanto”, agregó.

“No nos gustaba el gobierno, no estaba de acuerdo con el gobierno de ninguno de los dos Kirchner y yo le decía que ni siquiera coinciden con lo que vos pensás, para qué lo estás haciendo”, agregó.

“Tenía miedo de que me maten”, dijo. “Venía a mi casa y me decía que iba a terminar tirada en una acequia, que me calle”, aseguró. Muñoz admitió ante una pregunta del abogado de Boudou, Eduardo Durañona, que antes del inicio de la audiencia se había reunido con el fiscal de juicio Marcelo Colombo, algo por lo cual el letrado analiza plantear la nulidad de su testimonio.

A su término, Núñez Carmona declaró que no tuvo que ver con el levantamie­nto de la quiebra de Ciccone y negó haber participad­o de reuniones en nombre de Boudou en el Ministerio de Economía. “Siempre fue Moneta el interesado en comprar Ciccone Calcográfi­ca”, sostuvo, y afirmó que tras la estatizaci­ón de la imprenta el banquero “intentó despegarse, pues ya había puesto 60 millones de pesos”

“Se produce una negociació­n permanente entre la familia Ciccone y el grupo de Moneta para tener algún tipo de resarcimie­nto. Era una discusión que no terminaba nunca y fue desde agosto de 2012 hasta abril de 2013, donde le agarra un ACV a Moneta y el asunto quedó en nada”, dijo.

“Esto desemboca en la declaració­n de la familia Ciccone en diciembre de 2013, donde con medias verdades se dicen muchas mentiras”, aseguró Núñez Carmona en su declaració­n.

El juicio seguirá el martes próximo con Boudou preso en su celda de la cárcel de Ezeiza por lavado.

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Twitter Núñez Carmona ayer; defendió a sus amigos y socios

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