La oposición tiene motivos para soñar con recuperar el terreno perdido
Tras haber disecado minuciosamente los resultados de las elecciones locales que se realizaron anteayer en todo Estados Unidos, los demócratas se despertaron ayer con una potente dosis de buenas noticias. Un año después de la sorprendente elección del presidente Donald Trump, aparecieron numerosas señales alentadoras para los demócratas que intentan tomar el camino de la recuperación. Éstas son algunas de las lecciones claves que dejaron las elecciones.
La resistencia contra Trump funciona
Tras una serie de derrotas en estados típicamente republicanos, los demócratas tuvieron la noche que necesitaban para demostrar que el controvertido “movimiento de resistencia contra Trump” puede ser una fuerza electoral. Se anotaron una reluciente victoria en la carrera por la gobernación de Virginia. La carrera por la gobernación de Nueva Jersey fue un festín. Y la ciudad de Manchester, New Hampshire, eligió a su primer alcalde demócrata en una década. Hace tiempo que los activistas aseguraban contar con el poder de torcer una elección. Y finalmente pudieron demostrarlo en las urnas.
Sin Trump, el “trumpismo” no avanza
Steve Bannon, ex estratega de Trump, dijo que el candidato republicano a la gobernación de Virginia, Ed Gillespie, apoyaba la
agenda de gobierno del presidente y que su repunte en las encuestas era una señal de que “el trumpismo sin Trump muestra el camino a seguir”. Pero tal vez resulte cierto lo contrario. Gillespie hizo lo que tenía que hacer para seducir a los votantes de Trump. Entre otras cosas, apoyar la retórica del presidente sobre los monumentos confederados y sobre la actitud de los jugadores de la Liga Nacional de Fútbol Americano durante el himno nacional. Hasta recibió una ayudita de Trump con llamadas automáticas en las que declaraba que Gillespie “era duro contra el crimen y en la cuestión fronteriza”. Pero de nada sirvió, porque fue derrotado.
¡Cuidado con las elecciones locales!
Tal vez no haya concitado tanta atención, pero los triunfos demócratas en las legislaturas estatales podrían desencadenar consecuencias políticas a largo plazo en Washington. Eso se debe a que los gobiernos de los estados controlan el trazado de los distritos electorales, el proceso que se hace una vez cada diez años y que consiste en redibujar las circunscripciones de votación. En 2010, el Partido Republicano controlaba la gran mayoría de las legislaturas estatales, y en muchos casos usaron esa ventaja para diseñar un mapa político a su medida. Si los resultados de anteayer son un adelanto de lo que vendrá, los demócratas tal vez estén en condiciones dar vuelta ese guión.
Los republicanos podrían tener problemas con el votante suburbano
Al Partido Republicano le está costando llegar al votante de los suburbios, donde ya Trump había tenido problemas en 2016. Son señales de inquietud frente a las elecciones de medio mandato. Llevará semanas hacer un diagnóstico preciso de la pérdida de apoyo hacia los republicanos. Pero en los últimos años el partido ha dependido fuertemente de los votantes suburbanos para garantizarse los escaños en el Congreso, ya que usaron el trazado de los distritos electorales para diseñar circunscripciones favorables para su partido. Y una erosión del apoyo en esos bastiones podría tener consecuencias funestas.
La reforma tributaria sólo empeoró las cosas
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, dijo que es más importante que nunca que su partido logre la aprobación de la ley de reforma impositiva. Para algunos miembros de su propio partido, más que importante es riesgoso. Algunos legisladores ya estaban nerviosos. Después de los resultados de esta semana, cuesta imaginar que los representantes republicanos de Nueva York, Nueva Jersey y California están más dispuestos a arriesgarse con el tema de los impuestos o con cualquier otra medida importante que pueda espantar a sus votantes. Los republicanos de los estados típicamente demócratas ya han manifestado su preocupación por el actual proyecto tributario de la Cámara de Representantes, que básicamente elimina la deducción de impuestos locales y estatales.