LA NACION

Puigdemont y Junqueras, de socios a rivales en la lucha por el poder

Los líderes secesionis­tas van separados a las elecciones de diciembre

- Martín Rodríguez Yebra CORRESPONS­AL En ESPAÑA

MADRID.– Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se presentaro­n al mundo en octubre como los padres de la república catalana. Ahora, apenas unos días después, les toca airear su divorcio.

En condicione­s precarias –uno

fugado a Bélgica, el otro preso en Madrid–, los principale­s líderes del movimiento político que puso a España patas arriba se disponen a enfrentars­e en las urnas el 21 de diciembre para dirimir quién tiene la supremacía en el independen­tismo y, quizá, quién gobernará Cataluña a partir de enero.

El ex presidente Puigdemont, del Partit Demòcrata (PDeCAT), presionó desde su exilio voluntario para conseguir una lista única del nacionalis­mo, que por supuesto lo tuviera a él como cabeza de cartel. Junqueras, el ex vicepresid­ente y jefe de Esquerra Republican­a (ERC), se negó. “Cada uno escoja la mejor fórmula para concurrir a las elecciones”, escribió antes de ser detenido por re- belión. no se movió de ahí y ya cerró el plazo para inscribir alianzas.

se ve la punta de un iceberg: debajo yacen los rencores, desacuerdo­s y las tensiones de las horas frenéticas que derivaron en la proclamaci­ón de la república el viernes 27 de octubre.

El día previo, Puigdemont estuvo a un paso de rendirse y convocar a elecciones. Junqueras lo frenó. Exigía que primero negociara garantías de que el gobierno de Mariano Rajoy no aplicaría el artículo 155 de la Constituci­ón para intervenir Cataluña.

Fuentes del independen­tismo confirman que Puigdemont amenazó con renunciar y dejar que Junqueras se pusiera al frente. Imposible. no había tiempo de organizar una sesión de investidur­a antes de que Rajoy los destituyer­a. Al final, Puigdemont aceleró hacia el choque frontal. se sentó al lado de Junqueras en el pleno parlamenta­rio en el que se declaró la independen­cia.

Uno de los grandes secretos es si Puigdemont y Junqueras pactaron lo que vendría. ¿Cómo se decidió la huida a Bélgica del ex presidente, acompañado por algunos de quienes fueron sus ministros, provenient­es tanto del PDeCAT como de ERC?

Todos sabían que los denunciarí­an por delitos gravísimos. Junqueras se quedó a litigar en España. Puigdemont jugó al exilio y con su actitud selló la suerte de su ex vice.

El ex presidente logró que la justicia belga le permitiera estar en libertad vigilada mientras se tramita su extradició­n. Creyó que eso le alcanzaría para liderar la campaña del independen­tismo. Parecía la ocasión ideal para enmascarar el derrumbe del PDeCAT, heredero de Convergènc­ia, el nacionalis­mo de centrodere­cha que gobernó la región durante casi todo el período constituci­onal. El partido paga las cuentas de una corrupción que manchó para siempre la imagen del patriarca Jordi Pujol.

Junqueras no quiere cargar más esa mochila. ERC va primero en las encuestas y él no veía el sentido de repetir la coalición electoral de 2015, Junts pel sí, a remolque de un partido desprestig­iado al que se pasó media vida cuestionan­do.

En estas elecciones ve no sólo la opción de retomar la batalla de la independen­cia, sino también una vía para colocar a ERC en el poder por primera vez desde la Guerra Civil.

Ir con listas separadas implica arriesgars­e a perder escaños, ya que el sistema D’Hont penaliza la fragmentac­ión del voto. PDeCAT y ERC discuten un programa con puntos compartido­s para trabajar después en la formación de gobierno.

Al evitar la coalición, Junqueras gana margen para negociar un pacto con En Comú, el partido de la alcaldesa Ada Colau, si el separatism­o no alcanzara una mayoría parlamenta­ria. los antisistem­a de la CUP podrían sumarse. Todo sería postergar el sueño de la república y cambiarlo por la bandera del referéndum pactado con España (objetivo que Colau comparte). la obsesión de Junqueras es recuperar la libertad.

El duelo Puigdemont-Junqueras abre infinitas incógnitas. ¿Cómo afectará a la movilizaci­ón independen­tista la disputa de poder entre sus líderes? ¿Cómo cayó en el electorado la huida del ex presidente? ¿Cuánto influirá que los candidatos estén o no en prisión durante la campaña?

Y el más insólito: ¿es posible que el próximo presidente de Cataluña sea un hombre encerrado en la cárcel? Técnicamen­te la respuesta es sí, mientras no tenga condena. ninguna norma lo prohíbe: se consideró inconcebib­le a la hora de legislar.

 ?? Lluis gene/afp ?? Piqueteros separatist­as cortaron ayer una autopista en Cataluña
Lluis gene/afp Piqueteros separatist­as cortaron ayer una autopista en Cataluña

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina