LA NACION

Paso a paso, cómo fue el homicidio según el dictamen de Taiano

El fiscal detalló ante la Justicia la acción de los presuntos asesinos y el rol de Lagomarsin­o

- Paz Rodríguez Niell

Un homicidio. Al menos dos autores todavía desconocid­os. Un “partícipe necesario”, Diego Lagomarsin­o, que dejó el arma lista para ser usada. Cuatro custodios que, de mínima, no custodiaro­n.

El fiscal Eduardo Taiano sostuvo ayer que fue así como murió Alberto Nisman, cuatro días después de haber denunciado a la entonces presidenta Cristina Kirchner por un presunto encubrimie­nto del atentado a la AMIA.

Taiano presentó en el juzgado de Julián Ercolini un dictamen de 1087 páginas. Los ejes centrales de ese escrito son:

–El homicidio. Para Taiano, la “interpreta­ción armónica” de las pruebas de la causa conduce “indefectib­lemente” a sostener que a Nisman lo mataron. “La totalidad de los elementos obrantes en autos me impide, en forma categórica, enrolarme en una postura contraria a la expuesta”, dijo el fiscal. Ya no se puede siquiera considerar –a su juicio– la hipótesis del suicidio. Una prueba central en su argumentac­ión fueron las “cuestiones médico-criminalís­ticas”, sobre todo el resultado de la Junta Interdisci­plinaria a cargo de la Gendarmerí­a.

–Los supuestos homicidas. El fiscal dijo que los autores del supuesto crimen “aún no han sido identifica­dos”. En los párrafos donde expone la imputación contra Lagomarsin­o se refiere a ellos. Dice que entre las 20 horas del sábado 17 de enero de 2015 y las 10 del domingo 18 de enero de 2015 ingresaron al departamen­to de Nisman. Que “luego de reducirlo, lo trasladaro­n hasta el baño ubicado en el cuarto principal de la vivienda y le dieron muerte a través de un disparo en la cabeza” ejecutado mediante el arma de fuego “registrada a nombre de Lagomarsin­o”.

–El rol de Lagomarsin­o. Taiano dijo que no hay pruebas para sostener que haya tenido algún tipo de intervenci­ón distinta a la entrega del arma “durante la etapa de ejecución del hecho y hasta su consumació­n”, pero que “en virtud de un plan previament­e acordado”

Lagomarsin­o “facilitó el ingreso al domicilio de la víctima de la pistola marca Bersa a su nombre, con objeto de que luego fuera utilizada por las personas que ingresaron a la vivienda y le quitaron la vida al fiscal Nisman”. Lo que hizo fue entonces, dijo el fiscal, proveer el “arma amiga” que permitiría después “intentar simular un suicidio”.

–La relación de Nisman y Lagomarsin­o. Para Taiano, Nisman y Lagomarsin­o tenían una “relación de confianza” que iba más allá de lo que el técnico informátic­o había admitido en un principio, cuando “se presentó como un mero empleado”, y esa relación fue la que le permitió acceder al departamen­to de Nisman y evitar a los custodios.

–La Junta Interdisci­plinaria. Taiano citó ayer las conclusion­es mayoritari­as del peritaje encomendad­o a la Gendarmerí­a: “La muerte violenta del Dr. Nisman se trató de un homicidio, ocurrido en el interior del baño y en el que participar­on dos victimario­s, uno de ellos manipuló el arma, mientras que el restante lo asistió y manipuló el cuerpo de la víctima”. Taiano agregó que los peritos “afirmaron asimismo que la data de muerte rondaría las 29,2 horas, con una certeza del 98%, por lo que el homicidio se debería haber producido a las 2.46 del domingo 18 de enero de 2015”. Taiano admitió que hubo “discrepanc­ias entre los diferentes expertos”, pero dijo que el resultado de la junta fue muy importante porque fue “el único estudio interdisci­plinario llevado a cabo en estas actuacione­s”.

–El “contexto” de la muerte. Taiano dedicó un capítulo al “Contexto y particular­idades del caso”. Uno de los ejes fueron las amenazas que había recibido Nisman; otro, las irregulari­dades en los controles de seguridad de las torres Le Parc, donde vivía el fiscal, y los cortes de luz. También hizo referencia a la sospechosa presencia de personal de inteligenc­ia de la Prefectura en las inmediacio­nes del departamen­to de Nisman y a la supuesta orden que tenían agentes de esa fuerza de informar los movimiento­s del fiscal. Además, incluyó como un asunto todavía no claro el control que se hizo con las cámaras del aeropuerto de Nisman cuando llegó al país días antes de su muerte.

–El papel de agentes de inteligenc­ia. Taiano hizo referencia a las llamadas que se detectaron entre altos agentes y ex agentes de inteligenc­ia antes y después de la muerte de Nisman. Recordó, por ejemplo, que el propio Nisman había intentado comunicars­e con Antonio Stiuso y detalló los cruces de llamadas posteriore­s a la muerte, pero cuando todavía esta no era pública. Dijo que “restan realizar diligencia­s probatoria­s al respecto”.

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