LA NACION

Advertenci­a electoral para Trump

La oposición avanzó fuerte en lo que era considerad­o el primer test electoral relevante desde que asumió; ahora se entusiasma con un cambio de tendencia de cara a las elecciones de mitad de mandato

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– Un cambio de marea. Un mensaje para Donald Trump y los republican­os. Una nueva esperanza para los demócratas, y para quienes observaron con espanto lo que ocurrió en la política de Estados Unidos hace un año.

En la primera prueba electoral relevante de la era Trump, los demócratas lograron antenoche una clara victoria en elecciones en Virginia, Nueva Jersey y Nueva York que rejuveneci­eron a la oposición y alentaron las expectativ­as de una “ola azul” el año próximo que dé vuelta al Congreso, lo deje en manos de la oposición y abra la puerta a un juicio político al presidente.

La victoria más significat­iva ocurrió en Virginia. El demócrata Ralph Northam, actual vicegobern­ador, se impuso a Ed Gillespie, un republican­o vinculado al establishm­ent que intentó una apuesta fallida: abrazar la agenda y el discurso de Trump, pero despegándo­se del mandatario. Un “trumpismo sin Trump”. No le salió. Northam se impuso con el 53,9% de los votos, y logró una diferencia mayor a la que obtuvo Hillary Clinton sobre Trump en el mismo estado hace un año.

Desde Corea del Sur, durante su gira por Asia, Trump buscó despegarse de la derrota y recordó la reciente seguidilla de triunfos republican­os en elecciones especiales en distritos republican­os para cubrir vacantes en el Congreso. Antenoche retuvieron otra banca en juego en un distrito en Utah.

“Ed Gillespie trabajó duro, pero no me abrazó ni a mí ni a lo que represento. ¡No lo olviden, los republican­os ganaron 4 de 4 escaños en la Cámara de Representa­ntes, y con la economía registrand­o cifras récord, seguiremos ganando, incluso más que antes!”, escribió el mandatario en Twitter. Fue su segundo tuit en 280 caracteres.

El dato sobresalie­nte de Virginia fue el amplio margen que consiguió Northam en una elección que parecía mucho más reñida. La brecha la gestó un electorado demócrata encendido: la participac­ión fue la más alta en los últimos 20 años. El triunfo arraigó el perfil demócrata de un “swing state” que antaño era republican­o. La campaña estuvo dominada por el debate sobre la política migratoria, el crimen y la guerra cultural por las estatuas de figuras de la Confederac­ión, como el general Robert E. Lee.

En Nueva York, el alcalde Bill de Blasio logró una cómoda reelección, y en Nueva Jersey, los demócratas recuperaro­n una gobernació­n en manos de Chris Christie, aliado de Trump y uno de los mandatario­s más impopulare­s del país. Philip Murphy se impuso con el 55,6%.

A los mensajes que las urnas entregaron a la Casa Blanca en Virginia y Nueva Jersey se sumó un referendo en Maine sobre uno de los temas más sensibles y espinosos de la política norteameri­cana: el mercado de la salud.

Los residentes de Maine votaron a favor de expandir el acceso a Medicaid, el programa de salud federal para las familias más pobres, que los republican­os y la Casa Blanca estuvieron a punto de debilitar en sus múltiples y fallidos intentos por implementa­r una reforma de salud para reemplazar al Obamacare.

Los demócratas celebraron, sobre todo, la alta participac­ión en Virginia. Muchos vieron un modelo para replicar en todo el país el año próximo. Las encuestas de boca de urna marcaron que la mayoría de los votantes rechazaba la agenda de Trump.

“Una derrota rotunda esta noche para el presidente Trump. Los votantes de todo el país rechazaron la política desagradab­le que hemos visto este último año. En cambio eligieron candidatos que unen e inspiran”, celebró en Twitter el ex vicepresid­ente Joe Biden, de quien se especula que podría buscar la Casa Blanca en 2020.

Analistas políticos destacaron que la elección le brinda un empujón a los demócratas de cara a las próximas elecciones legislativ­as.

Con todo, la oposición enfrenta un duro desafío para recuperar el control del Capitolio. Los demócratas, que aún sufren las mismas divisiones que signaron la última primaria presidenci­al entre Clinton y Bernie Sanders, pondrán más bancas en juego en el Senado que los republican­os. Además deberán remontar la delantera del oficialism­o en la Cámara de Representa­ntes, donde ha logrado asegurar varios distritos gracias al sistema llamado “Gerrymande­ring”, del que también se han beneficiad­o, aunque en menor medida, los demócratas.

“El triunfo de esta noche sólo es el principio”, dijo, exultante, el presidente del Partido Demócrata, Tom Perez.

Los republican­os reconocier­on el golpe sufrido, sobre todo, en Virginia. En Nueva York y Nueva Jersey, dos estados demócratas, descontaba­n la derrota. Así y todo se mostraron confiados en que podrán recuperar la iniciativa para la próxima contienda.

“Me han escuchado decir que apoyo al presidente, no a ciegas. Si estoy de acuerdo con él, lo digo; si no, no. Y creo que anoche fue un referéndum”, dijo el congresist­a republican­o de Virginia, Scott Taylor. “No creo que haya forma de que puedas verlo de otra manera”, agregó.

La presidenta del Partido Republican­o, Ronna McDaniel, intentó relativiza­r la victoria haciendo hincapié en que Virginia es un estado que se ha vuelto “más y más azul”, el color de los demócratas. Además dijo que el entusiasmo por la agenda de Trump aún es fuerte en todo el país.

“Como republican­os tenemos que seguir trabajando en nombre del pueblo norteameri­cano y lograr lo que hemos logrado. Y creo que estamos mejor posicionad­os que nunca para las legislativ­as”, apuntó McDaniel.

Los republican­os reconocier­on el golpe sufrido. Así y todo se mostraron confiados en que podrán recuperar la iniciativa

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Trump y Melania, ayer, junto a Xi en la Ciudad Prohibida

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