Advertencia electoral para Trump
La oposición avanzó fuerte en lo que era considerado el primer test electoral relevante desde que asumió; ahora se entusiasma con un cambio de tendencia de cara a las elecciones de mitad de mandato
WASHINGTON.– Un cambio de marea. Un mensaje para Donald Trump y los republicanos. Una nueva esperanza para los demócratas, y para quienes observaron con espanto lo que ocurrió en la política de Estados Unidos hace un año.
En la primera prueba electoral relevante de la era Trump, los demócratas lograron antenoche una clara victoria en elecciones en Virginia, Nueva Jersey y Nueva York que rejuvenecieron a la oposición y alentaron las expectativas de una “ola azul” el año próximo que dé vuelta al Congreso, lo deje en manos de la oposición y abra la puerta a un juicio político al presidente.
La victoria más significativa ocurrió en Virginia. El demócrata Ralph Northam, actual vicegobernador, se impuso a Ed Gillespie, un republicano vinculado al establishment que intentó una apuesta fallida: abrazar la agenda y el discurso de Trump, pero despegándose del mandatario. Un “trumpismo sin Trump”. No le salió. Northam se impuso con el 53,9% de los votos, y logró una diferencia mayor a la que obtuvo Hillary Clinton sobre Trump en el mismo estado hace un año.
Desde Corea del Sur, durante su gira por Asia, Trump buscó despegarse de la derrota y recordó la reciente seguidilla de triunfos republicanos en elecciones especiales en distritos republicanos para cubrir vacantes en el Congreso. Antenoche retuvieron otra banca en juego en un distrito en Utah.
“Ed Gillespie trabajó duro, pero no me abrazó ni a mí ni a lo que represento. ¡No lo olviden, los republicanos ganaron 4 de 4 escaños en la Cámara de Representantes, y con la economía registrando cifras récord, seguiremos ganando, incluso más que antes!”, escribió el mandatario en Twitter. Fue su segundo tuit en 280 caracteres.
El dato sobresaliente de Virginia fue el amplio margen que consiguió Northam en una elección que parecía mucho más reñida. La brecha la gestó un electorado demócrata encendido: la participación fue la más alta en los últimos 20 años. El triunfo arraigó el perfil demócrata de un “swing state” que antaño era republicano. La campaña estuvo dominada por el debate sobre la política migratoria, el crimen y la guerra cultural por las estatuas de figuras de la Confederación, como el general Robert E. Lee.
En Nueva York, el alcalde Bill de Blasio logró una cómoda reelección, y en Nueva Jersey, los demócratas recuperaron una gobernación en manos de Chris Christie, aliado de Trump y uno de los mandatarios más impopulares del país. Philip Murphy se impuso con el 55,6%.
A los mensajes que las urnas entregaron a la Casa Blanca en Virginia y Nueva Jersey se sumó un referendo en Maine sobre uno de los temas más sensibles y espinosos de la política norteamericana: el mercado de la salud.
Los residentes de Maine votaron a favor de expandir el acceso a Medicaid, el programa de salud federal para las familias más pobres, que los republicanos y la Casa Blanca estuvieron a punto de debilitar en sus múltiples y fallidos intentos por implementar una reforma de salud para reemplazar al Obamacare.
Los demócratas celebraron, sobre todo, la alta participación en Virginia. Muchos vieron un modelo para replicar en todo el país el año próximo. Las encuestas de boca de urna marcaron que la mayoría de los votantes rechazaba la agenda de Trump.
“Una derrota rotunda esta noche para el presidente Trump. Los votantes de todo el país rechazaron la política desagradable que hemos visto este último año. En cambio eligieron candidatos que unen e inspiran”, celebró en Twitter el ex vicepresidente Joe Biden, de quien se especula que podría buscar la Casa Blanca en 2020.
Analistas políticos destacaron que la elección le brinda un empujón a los demócratas de cara a las próximas elecciones legislativas.
Con todo, la oposición enfrenta un duro desafío para recuperar el control del Capitolio. Los demócratas, que aún sufren las mismas divisiones que signaron la última primaria presidencial entre Clinton y Bernie Sanders, pondrán más bancas en juego en el Senado que los republicanos. Además deberán remontar la delantera del oficialismo en la Cámara de Representantes, donde ha logrado asegurar varios distritos gracias al sistema llamado “Gerrymandering”, del que también se han beneficiado, aunque en menor medida, los demócratas.
“El triunfo de esta noche sólo es el principio”, dijo, exultante, el presidente del Partido Demócrata, Tom Perez.
Los republicanos reconocieron el golpe sufrido, sobre todo, en Virginia. En Nueva York y Nueva Jersey, dos estados demócratas, descontaban la derrota. Así y todo se mostraron confiados en que podrán recuperar la iniciativa para la próxima contienda.
“Me han escuchado decir que apoyo al presidente, no a ciegas. Si estoy de acuerdo con él, lo digo; si no, no. Y creo que anoche fue un referéndum”, dijo el congresista republicano de Virginia, Scott Taylor. “No creo que haya forma de que puedas verlo de otra manera”, agregó.
La presidenta del Partido Republicano, Ronna McDaniel, intentó relativizar la victoria haciendo hincapié en que Virginia es un estado que se ha vuelto “más y más azul”, el color de los demócratas. Además dijo que el entusiasmo por la agenda de Trump aún es fuerte en todo el país.
“Como republicanos tenemos que seguir trabajando en nombre del pueblo norteamericano y lograr lo que hemos logrado. Y creo que estamos mejor posicionados que nunca para las legislativas”, apuntó McDaniel.
Los republicanos reconocieron el golpe sufrido. Así y todo se mostraron confiados en que podrán recuperar la iniciativa