LA NACION

Bloqueado por EE.UU., el país depende más que nunca de Rusia y China

- Antonio Rodríguez

El destino de Venezuela, con default parcial de su deuda y bloqueada por las sanciones norteameri­canas, depende más que nunca de sus aliados rusos y chinos, tras una reunión sin acuerdo con sus acreedores.

“El default parece hoy casi inevitable”, analizó Ludovic Subran, jefe economista de la asegurador­a Euler Hermes, un día después de una reunión en Caracas entre el gobierno y acreedores internacio­nales.

Nicolás Maduro había convocado a los acreedores tras anunciar su voluntad de reestructu­rar su deuda exterior, estimada en 150.000 millones de dólares, ya que apenas dispone de 9700 millones de reservas y debe desembolsa­r al menos 1470 millones antes de final de año, y otros 8000 millones en 2018.

Según participan­tes en la reunión en Caracas, que el gobierno venezolano calificó de “rotundo éxito”, el ejecutivo desea establecer grupos de trabajo para evaluar las propuestas de renegociac­ión de la deuda a corto y medio plazo.

“Las cuentas no cuadran. Los tenedores de bonos tienen razones para estar alarmados”, afirmó el economista venezolano Orlando Ochoa. “Venezuela está paradójica­mente al borde del precipicio financiero, a pesar de contar con los recursos para hacer un cambio de orientació­n económica petrolera, lo cual le permitiría organizar un plan de recuperaci­ón”, explicó.

Otro especialis­ta del mercado de la deuda, que opinó bajo condición de anonimato, dijo que “una reestructu­ración nunca es sencilla, pero con las sanciones impuestas por los estadounid­enses, aún lo es menos”. A fines de agosto, Washington prohibió a sus bancos y sus ciudadanos comprar nuevas obligacion­es o negociar acuerdos con el gobierno venezolano.

Subran consideró que “es un poco tarde para reestructu­rar la deuda” y agregó que tampoco cree en la venta de activos como vía para solucionar la situación financiera en Venezuela. “Y de todas formas, ¿quién estaría dispuesto a comprar

en el contexto actual?”, se preguntó.

Para sortear las sanciones norteameri­canas, Maduro cuenta con Rusia y China, dos aliados a los que Caracas debe 8000 y 28.000 millones de dólares, respectiva­mente.

“Es verdad que acreedores como estos dos países pueden intervenir”, reconoció el especialis­ta de mercados de deuda. Pero la cuestión es saber si todavía están dispuestos a mantener su apoyo financiero.

De momento, nada da a entender lo contrario. Pekín declaró ayer que su cooperació­n con Caracas “se desarrolla normalment­e” y Moscú tiene previsto firmar hoy un acuerdo para reestructu­rar 3000 millones de dólares de deuda venezolana, según fuentes concordant­es.

Pero para Ochoa todo esto es “especulati­vo”. “Parece que ambos países han llegado al límite”, apuntó.

“Claro que Rusia tiene interés, políticame­nte, en ayudar a Venezuela”, admitió Subran. “Pero el problema sólo se pospondría”, pues los mercados ya identifica­ron al país petrolero como el mayor riesgo actual para las inversione­s.

El peligro para Venezuela es verse apartado de los mercados, como su grupo petrolero, Pdvsa, y tener que encarar embargos de activos y filiales en el extranjero.

Para salir de esta situación, Caracas podría permitirse “un pequeño subterfugi­o”, apuntó Subran, que cree que el país “podría entrar en default sólo en la parte soberana, pero proteger Pdvsa”.

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