Pese a ir divididos, los separatistas catalanes acuerdan jugar limpio
Puigdemont y Junqueras, su principal socio en el poder, hicieron un pacto de no agresión para la campaña electoral
MADRID.– Ante el peligro de una batalla hostil que termine de desgajar al independentismo, el ex presidente catalán Carles Puigdemont y quien fue su principal socio de gobierno, Oriol Junqueras, pactaron reglas de “juego limpio” para la campaña hacia las elecciones del 21 de diciembre y un plan de acción coordinado para el día después.
Puigdemont, refugiado en Bélgica, y Junqueras, preso en Madrid, competirán en listas distintas y en medio de un clima de desazón entre sus seguidores, que ven cómo se diluye el sueño de la república prometida.
Los dos líderes separatistas acordaron puntos en común: no agredirse entre ellos, alentar la movilización nacionalista para no perder apoyos y dejar de prometer la independencia unilateral inmediata para centrar el discurso en el rechazo a la intervención de la autonomía por parte del gobierno de Mariano Rajoy.
Desde su celda, Junqueras publicó ayer una carta a los simpatizantes de Esquerra Republicana ( ERC), el partido que conduce. “Hay que decir alto y claro que en estas elecciones nuestro candidato también es el presidente legítimo, Carles Puigdemont, y el conjunto del Govern”, expuso.
ERC lidera por amplia diferencia las encuestas conocidas hasta ahora. Junqueras, vicepresidente del gobierno depuesto el 27 de octubre, decidió enterrar la coalición Junts pel Sí que ganó las elecciones de 2015.
Puigdemont pertenece a la otra pata de aquella alianza, el Partit Demòcrata ( PDeCAT). Él quería repetir la lista unitaria, pero no logró convencer a su ex vice. Finalmente irá al frente de una boleta denominada Junts per Catalunya. El consejo nacional del PDeCAT aprobó anoche darle carta blanca para que él arme la lista, que debe inscribirse el viernes.
Esta semana recibió en Bruselas a Marta Rovira, número dos de ERC. Ella fue la primera en hablar de “frente común” con listas separadas. Horas después Junqueras la puso en valor: dijo que “va siendo hora de que una mujer esté al frente del país”, con lo que sugirió que la propondrá para presidenta de Cataluña si ERC gana las elecciones y él sigue detenido.
El PDeCAT respetó el guión. “Los ciudadanos no nos permiten hacer una pelea pública”, dijo ayer la coordinadora general, Marta Pascal. Esbozó una autocrítica al advertir que a partir de ahora, los independentistas deben trabajar en base a “metas y no a plazos”. Aludía a la presión que durante el último turno de gobierno impusieron los antisistema de la CUP para avanzar a todo o nada hacia la ruptura.
El consenso entre los nacionalistas es que las elecciones de diciembre los expone a una trampa: si no suman un caudal de votos mayor al de 2015 – el 47,8%– quedará consumado el fracaso del proceso separatista.
“La república no se hizo efectiva porque no ha existido todavía una mayoría de catalanes que lo haya decidido. Hay que perseverar y superar el 50%”, dijo esta semana el diputado Joan Tardà, de ERC, uno de los voceros más viscerales del independentismo.
Todos hablan de recalcular. Admiten “ingenuidad” a la hora de imaginar la reacción española e internacional. Y piensan en opciones que les permitan recuperar el poder regional y reagruparse antes de intentar otra vez un choque.
Con los principales líderes en prisión o con posibilidad de estarlo – Puigdemont pelea para evitar la extradición–, las prioridades son otras.
Al ir separados podrían intentar pactos distintos, más moderados: por ejemplo, formar gobierno con apoyo de En Comú, el partido de la alcaldesa Ada Colau, aliada de Podemos. El punto de unión es el reclamo a España de un referéndum soberanista legal.
También comparten la idea de que Rajoy se excedió al destituir a todo el gobierno después de la proclama independentista y cuestionan al unísono el encarcelamiento de los ex ministros, acusados de rebelión, sedición y malversación.
La mayoría de los imputados irá en las listas. ERC llevará a Junqueras y a Raül Romeva, Carles Mundó, Meritxell Serret y Dolors Bassa ( presos en Madrid) más Toni Comín ( exiliado en Bruselas). Se sumó ayer Carme Forcadell, la actual presidenta del Parlamento que está libre bajo fianza.
Puigdemont anotará a Lluís Puig ( que lo acompaña en Bélgica) y a los detenidos Josep Rull y Jordi Turull. Y espera convencer al líder de la Asamblea Nacional Catalana ( ANC), el activista Jordi Sànchez, también encarcelado.
Oriol Junqueras Líder de erc “Hay que decir alto y claro que en estas elecciones nuestro candidato también es el presidente legítimo, carles Puigdemont”