LA NACION

Coldplay. ¿ La banda de rock más grande es ( casi) argentina?

La bandera, el homenaje a Soda Stereo, un “tango” compuesto especialme­nte: los británicos ya se sienten como en su casa

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Gabriel Plaza LA nACion “¡ Gracias... totales!”, dijo Chris martin, recordando la frase final de Gustavo Cerati en la despedida de soda stereo en 1997. ese simple guiño cómplice hacia el público argentino sirvió para convertirl­o en uno de los grandes momentos de la noche. Coldplay terminó su gira mundial en la Argentina tocando “de música ligera” y recreando un momento histórico, con sabor a

déjà vu, para las 45.000 personas que llenaron el estadio Único de La Plata.

el grupo británico cerró su tour A Head Full of dreams en el mismo estadio donde lo abrió en marzo de 2016. Fueron casi la misma lista de temas, los mismos fuegos artificial­es, papelitos de colores, globos, nubes de colores, aunque este concierto tuvo un condimento más argentino. no sólo homenajear­on a soda stereo, sino que también en la canción de despedida “evergrow” el cantante recordó a los cinco amigos rosarinos – Hernán diego mendoza, diego enrique Angelini, Alejandro damián Pagnucco, Ariel erlij y Hernán Ferrucci– que fueron víctimas de un atentado cuando estaban de vacaciones en nueva York: “vamos a enviarles una oración y mucho amor”, dijo el cantante a manera de prólogo.

en su nuevo lugar favorito en el mundo, los Coldplay hasta se animaron a estrenar por primera y “quizás última vez” un tango que el grupo escribió: “Amor Argentina”. Con esos gestos en el primero de los shows de cierre de la gira, el grupo selló su romance con el público argentino definitiva­mente.

Chris martin se esforzó toda la noche por comunicars­e en castellano y se la pasó lanzando latiguillo­s en español: “Les vamos a dar el mejor concierto del mundo”, “nos sentimos como una familia con vos”, “¿ están listos ahora para cantar?”.

el grupo dio la vuelta al mundo y después de más de un año y medio de gira no llegó agotado a este final de la ruta. Todo lo contrario. Apoyado en sus hits, Coldplay se recicló y armó prácticame­nte la misma ceremonia musical en

loop y con ese espíritu de celebració­n descontrol­ado de una fiesta de casamiento que había realizado en abril de 2016.

Para eso armaron de principio a fin un recorrido por temas icónicos del grupo. Abrieron el show con “A Head Full of dreams”, el tema que le dio nombre a su última producción en estudio y concluyero­n con “up& up”, también de ese álbum. esas canciones más nuevas junto a himnos pop de la banda como “Yelow” y “Clocks” sonaron amplificad­as por el estadio y se completaro­n con la voz de la gente, haciendo coros futboleros o cantando el estribillo junto a la banda.

Por momentos el show se convirtió en una suerte de Creamfield­s del pop con el espíritu dance y electrónic­o que impregnó las ver- siones remix de “Paradise”, “Hymn for the weekend”, “AoAL”, donde caen globos de todos los colores, mientras martin corre por la pasarela que sale del escenario con la excitación de quien hizo un gol ante un estadio lleno.

el tono épico y redentor de las canciones más luminosas de la banda recuerda las plegarias del góspel. en ocasiones martin parece un pastor levantando el brazo y haciendo cantar a sus feligreses como en un coro de iglesia. “¿ Todo el mundo listo ahora? ¡¡¡ vamos todos!!!”, y empieza con “viva la vida”. Ya no es un coro de iglesia sino de cancha lo que retumba de forma circular en el estadio.

Coldplay va de la escala grande a la escala pequeña cuando utiliza un escenario que está en la otra punta del estadio. Allí los cuatro músicos – Chris martin, Guy berryman, Jon buckland y Will Champion– quedan a pocos metros de sus seguidores y tocan una original versión de “in my place”, con el baterista como cantante. Allí nuevamente aparece el gesto gregoriano de cantar todos al unísono, provocando una vibración distinta en el ambiente.

en ese pequeño set acústico estrenan el tango dedicado a la gira que los trajo al país con martín Ferrés, de bajofondo, en el bandoneón. “del amor soy explorador, buscándolo por toda mi vida, pero señor, esa búsqueda terminó porque viví el amor en Argentina”, frasea el cantante. es una declaració­n de amor con citas incluso de mick Jagger cuando arenga al público con el “olé olé olé” y la banda tocando de fondo.

en el clásico “A sky full of stars” los británicos ya se sienten locales. el guitarrist­a termina con la bandera argentina rodeando su cuello como una bufanda y martin saltando con otra bandera colgada en el pantalón. Todo parece un déjà vu, como en el primer concierto, pero el espíritu de estos músicos ya cambió. Antes querían conquistar con su música a un país. Ahora en este final de gira terminaron conquistad­os por su público y su cultura.

“Del amor soy explorador, buscándolo por toda mi vida. Pero señor, aquí la búsqueda terminó porque viví el amor en Argentina”, tanguea Martin

El tono épico y redentor de las canciones más luminosas de la banda recuerda las plegarias del góspel

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