LA NACION

para los jubilados, algo más que la inflación

El Gobierno logró acordar la modificaci­ón del régimen de movilidad; habría una garantía de ingreso mínimo

- Silvia Stang

Que no dependa más de los ciclos económicos, que llegue con más frecuencia y que le gane “un poquito” a la inflación. Con esas tres consignas plantea el Gobierno su propuesta para la actualizac­ión periódica de las jubilacion­es. Con un sistema previsiona­l que hoy es el ítem más significat­ivo del presupuest­o nacional y que depende tanto de las contribuci­ones y aportes a la seguridad social como de varios impuestos, los funcionari­os lograron acordar con los gobernador­es impulsar el reemplazo del actual sistema de movilidad por otro que lleve a erogar menos recursos. Al menos es su objetivo.

Son tres los puntos específico­s, dentro del consenso fiscal firmado ayer, con impacto en el régimen previsiona­l de la Nación: además del mecanismo de ajustes, se prevé fijar una garantía de ingreso mínimo y se proyecta eliminar las inequidade­s de los regímenes de privilegio.

Respecto del primer punto, desde 2009 las jubilacion­es se actualizan en marzo y septiembre según el resultado que arroja una fórmula creada por el kirchneris­mo. En la cuenta interviene­n variables como la suba de los salarios de los trabajador­es y la evolución de la recaudació­n impositiva, que, en parte, financia las prestacion­es. Eso provoca que, al haber crecimient­o económico, y más aun si hay suba real de salarios, el monto de las jubilacion­es aumente más que la inflación. Si se toman los índices de precios calculados por consultora­s privadas en los años en que los datos oficiales no tenían credibilid­ad ( hasta 2015) y luego los índices del Indec, se concluye que en siete de los nueve años que lleva vigente la ley de movilidad el alza de haberes superó a la inflación ( las excepcione­s fueron 2014 y 2016, años de recesión y caída de salarios reales).

Como para 2018 se estima que la economía crecerá, la proyección es que los ingresos subirían menos con el cambio previsto que con el sistema actual. El pacto prevé garantizar una suba de haberes que sea trimestral y superior a la inflación. Fuentes del Ministerio de Hacienda señalaron que aún no está definido cuál sería la fórmula para lograr ese compromiso oficial.

La movilidad no sólo influye en las jubilacion­es; también en prestacion­es como la asignación universal por hijo y el salario familiar y en otras variables, como los montos de facturació­n permitidos en el monotribut­o ( desde 2018) y los aportes mensuales a cargo de los monotribut­istas y de los autónomos.

Se acordó, además, que ninguna jubilación – vigente o futura– podría ser inferior al 82% del salario mínimo, vital y móvil. La condición para tener esa garantía es haber hecho al menos 30 años de aportes efectivos ( ese es el requisito mínimo para acceder a la prestación, con lo cual la intención sería dejar al margen a quienes se jubilaron por moratoria). El haber mínimo actual, de $ 7246,64, representa el 81,8% del salario básico, de $ 8860. En enero esta última cifra será de $ 9500, con lo cual la relación quedará en 76,3%.

Con respecto a los recursos, en el Gobierno afirman que los cambios beneficiar­ían a la Anses: por un lado, el organismo pierde el 20% de la recaudació­n de Ganancias, que se coparticip­aría; por el otro, recibiría toda la recaudació­n del impuesto al cheque. Según estimó el economista Nadin Argañaraz, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal ( Iaraf), la Anses obtendría así, en 2018, unos $ 82.000 millones más con los cambios previstos que sin ellos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina