De los gobernadores a Coldplay, la celebración de un presidente que no festejó
Los contactos de Macri con Schiaretti, Uñac, Bordet y Urtubey para agilizar tratativas; señalan a Lopetegui como el “factótum”
“Me espera el jefe…”. Mario Quintana, uno de los hombres claves del presidente Mauricio Macri, no se quedó a escuchar la conferencia de prensa que protagonizaron Marcos Peña, Rogelio Frigerio y Nicolás Dujovne. No tenía tiempo. “El jefe”, Macri, lo estaba esperando para seguir con la agenda de trabajo.
No hubo tiempo para la autocelebración, algo que el Presidente evita siempre. Pese a la relevancia que le dio el Gobierno al acuerdo que suscribió ayer con los gobernadores, que calificaron de “histórico”, el jefe del Estado delegó en sus principales negociadores el trabajo de “explicar” el alcance del logro.
“Ya cerró el capítulo gobernadores, ahora hay que apurar la aprobación en el Congreso”, confiaron fuentes cercanas a Macri. El plazo que se impuso el Gobierno para sancionar el paquete de leyes que enviará al Parlamento vence antes de fin de año. “Un regalo de Navidad”, bromeó uno de sus colaboradores.
Aunque puso distancia, fue un día especial para Macri, que siguió la negociación con atención. “La conquista del poder está terminada”, describió uno de los hombres que mejor conocen al Presidente.
La firma del pacto de ayer, sumada al acuerdo que había alcanzado 24 horas antes con el sindicalismo, fue una consecuencia directa del con- tundente triunfo electoral de hace tan sólo 25 días. La referencia a la “conquista de poder” que realizó una de sus personas de consulta diaria está íntimamente relacionada con una certeza que expresaron por lo bajo algunos mandatarios provinciales y parte de los gremialistas: Macri irá por la reelección y, hasta el momento, no tiene un competidor claro.
“Está muy contento, pero tranquilo”, aseguraron en su entorno. El Presidente estuvo al tanto de cada paso que dieron sus ministros. El ida y vuelta telefónico con Peña, Frigerio, Jorge Triaca y Dujovne fue diario durante las últimas semanas.
Pero el Presidente también llamó todas las veces que creyó necesario a los mandatarios provinciales. Fueron cuatro los que eligió para avanzar con la negociación, todos peronistas: Juan Schiaretti ( Córdoba), Gustavo Bordet ( Entre Ríos), Sergio Uñac ( San Juan) y Juan Manuel Urtubey ( Salta).
El diálogo fue permanente. Una de sus preocupaciones era un posible “amotinamiento” de los gobernadores peronistas. Por eso se encargó personalmente de llamar a los cuatro.
Macri también se apoyó durante todo el proceso en el tercer integrante del tridente que lleva adelante la gestión: Gustavo Lopetegui. “Fue uno de los factótums”, contó un hombre que siguió al detalle las discusiones.
“Macri es el único que lo entiende. Hace cuentas, cálculos de álgebra, frente a los gobernadores que lo miran sin poder creer o entender lo que dice”, describió y lanzó una carcajada uno de los testigos de los debates con los mandatarios provinciales.
Su grupo más íntimo está sorprendido por la “tranquilidad” con la que se manifiesta. Varios de los que lo conocen desde hace décadas estaban preocupados por los efectos que podría tener la victoria del 22 de octubre. “Parece que maduró”, dijo, entre risas, uno de sus amigos. Pero rápidamente agregó: “Siempre administró poder”.
Otra de las razones de la calma con que se muestra últimamente tiene que ver con que regresó al deporte. La recuperación de la rodilla derecha es total, según contaron sus allegados.
Tal es su estado de ánimo que el lunes, en plena negociación con los gobernadores, cuando aún no estaba claro el panorama, Macri se tomó una licencia: invitó a cenar a la quinta de Olivos al cantante de Coldplay, Chris Martin, que anteayer cerró la gira de la banda en el Estadio Único de La Plata.
Macri cierra hoy una semana que esperó mucho tiempo. Después de casi dos años de mandato logró acordar con los gobernadores y los gremios las leyes que cree necesarias para avanzar con su plan de gobierno. Sólo le resta el último escollo: el Congreso.