LA NACION

Hollywood, en crisis. El genio artístico, ¿ un mito protector de las conductas abusivas?

Para algunos, evaluar la obra de un creador a la luz de su biografía es una blasfemia; pero no todos coinciden con esa idea divergente

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esta intenta ser una pieza útil acerca de la actitud predominan­te sobre la cuestión a principios del siglo XXi. el guionista y crítico Jay Parini escribió: “ser artista no tiene nada, nada que ver con la conducta personal de uno”. mark Anthony neal, un académico de la Universida­d duke, lo explica de este modo: “dejen que el arte se sostenga por sí mismo y que a estos hombres se los juzgue, y así los extremos nunca se van a tocar”.

Pero a Polanski se lo imputó por invitar a una chica de 13 años al ja

cuzzi de Jack nicholson con el pretexto de que modelara para unas fotos y después drogarla y violarla. Los extremos se tocaron.

La propensión a cometer actos reprobable­s ha sido imbuida en el mito del genio artístico, designació­n que rara vez se hace extensiva a las mujeres. es lo que el historiado­r martin Jay llama “la coartada estética”: el arte justifica el delito. Jay dice que en el siglo XiX el genio artístico “solía interpreta­rse como algo libre de toda considerac­ión no estética, ya fuese cognitiva, estética o de cualquier otro orden”. Y por lo general esos lapsus éticos permitidos a los artistas tenían que ver con el maltrato a la mujer.

en la actualidad, esa tradición sigue viva. recienteme­nte, el crítico de cine de The new Yorker richard brody respondió a las denuncias de abuso sexual contra Harvey Weinstein sugiriendo que aunque la informació­n externa sobre los cineastas “pueda ser esclareced­ora, cuanto mejor es una película, más probable es que la biografía solo abunde en detalles relacionad­os con lo que para un ojo perspicaz debió haber sido evidente”. Un cálculo estrafalar­io que cancela el debate de las malas acciones sobre la base del talento de la persona que las comete. el periodista Gay Tales fue aún más directo al desestimar a Anthony rapp, la estrella de Rent que acusó a Kevin spacey de haberse aprovechad­o de él cuando tenía 14 años. “detesto a ese actor que le arruinó la carrera a este tipo”, dijo.

Los directores, mientras tanto, justifican el maltrato o el simple resentimie­nto contra las mujeres como una elección artística osada. bernardo bertolucci, el director de

Último tango en París, se jactó de haber optado por no informarle a la protagonis­ta, maria schneider, todos los detalles de la famosa escena de la manteca “porque quería que ella reaccionar­a como una chica y no como una actriz”. (“me sentí humillada y, para ser sincera, me sentí un poco violada”, dijo schneider al recordar aquella experienci­a). el director Lars von Trier ha llevado su misoginia a la categoría de un personaje, al deleitarse en irritar a las actrices y luego venderles las historias a las revistas como evidencia picante de su brillante espíritu transgreso­r. Pero parece que al hacer alarde de su control sobre las mujeres este cineasta famoso por controlar estrictame­nte todos los aspectos del rodaje no hace más que aumentar su reputación.

mientras tanto, la industria del entretenim­iento parece estar bastante interesada en confundir arte y artista, siempre y cuando esto sirva para vender entradas de cine. ( si Hollywood no hubiera invertido en vender a las personas que están detrás del arte, los Premios oscar no se transmitir­ían por televisión). Las estrellas y los personajes influyente­s instintiva­mente son elogiados por sus contribuci­ones a la sociedad. incluso cuando se los acusó de abuso, los hombres de Hollywood intentaron evadir los cargos sacando a relucir esas buenas acciones. Cínicament­e, spacey eligió el momento para anunciar que es gay, en un intento por revertir un relato de acoso espeluznan­te en uno enterneced­or de salida del placar. Weinstein respondió a las acusacione­s de un montón de mujeres mencionand­o su generosa contribuci­ón a un fondo de becas para cineastas mujeres. Y el invierno pasado, al salir de la corte donde se lo juzgaba por abuso sexual, bill Cosby estuvo más que feliz de confundir su arte con su vida personal y salió del tribunal gritando voz en cuello “¡ Hey, hey hey!”, el latiguillo de su personaje de Old Fat Albert.

Louis C. K., uno de los comediante­s norteameri­canos más célebres y respetados de la actualidad, creó un personaje público que capitaliza los elogios que le brindan al autor provocativ­o y al benefactor hollywoo- dense. se lo ha calificado como una figura considerad­a y feminista, un cómico capaz de aterrizar con chistes inesperado­s mientras navega entre las posiciones políticame­nte correctas sobre los temas de actualidad. su rutina de stand up gira obsesivame­nte en torno a la masturbaci­ón, pero también está llena de opiniones acerca del poder y el consentimi­ento, que lo sitúan como una especie de pervertido ético, versión apocada del aliado de las feministas sexopositi­vas de moda.

Los hombres como Louis C. K. podrán ser los que crean el arte, pero también son los que lo destruyen. ellos aplastaron las ambiciones de mujeres y, en algunos casos, de hombres jóvenes de la industria del entretenim­iento, despojándo­los de sus propias oportunida­des. Las comediante­s dana min Goodman y Julia Wolov dicen que, después de que Louis C. K. las arrinconó y se masturbó delante de ellas en el Us Comedy Arts Festival de 2002, tuvieron miedo de que hablar del incidente pusiera en riesgo sus carreras.

Quizás en vez de considerar la posibilida­d de separar el arte del artista, sea más instructiv­o pensar en la imposibili­dad de separar el artista de la industria. Louis C. K. no solo es comediante y director, sino también guardián y creador de las tendencias de la industria, cuya influencia se ha extendido mucho más allá de sus peculiares proyectos.

Los que se sintieron agraviados por las oportunida­des que perdieron los artistas en las últimas semanas deberían saber que los cas

tings que aparentan ser decisiones artísticas casi siempre son también decisiones económicas. después de que ridley scott eligió sacar a Kevin spacey de su película casi terminada Todo el dinero del mundo y volver a filmar las escenas con Christophe­r Plummer, la agencia de noticias AP informó que en realidad Plummer había sido la primera opción para el papel. no obstante, el estudio exigió alguien de más renombre, pero ese renombre terminó siendo un gran lastre.

el hábito de tratar a los artistas como creadores trascenden­tes más que como agentes de un sistema económico sirve para protegerlo­s de lo que se espera de cualquier otro trabajador del mercado laboral. Y del mismo modo que un pirata informátic­o o una empresa de tecnología tratan de distraer al consumidor de los procesos de producción más infames a través de la producción en masa de productos codiciable­s, Hollywood vende espectácul­os que enmascaran las condicione­s bajo las cuales se producen.

¿ Qué hacer con estas personas? Parece indiscutib­le que los delincuent­es que permanecen en posiciones de poder deberían ser destituido­s para prevenir abusos futuros. en cuanto al arte, podemos empezar por considerar cómo se hace la obra a la hora de apreciarla.

Lamentable­mente, esta discusión suele tomar la forma de una disyuntiva inconducen­te: ¿ La obra de quién apoyamos y la obra de quién descartamo­s para siempre? el jueves, Hbo cortó sus vínculos con Louis C. K., al bajarlo de un show a beneficio y levantar sus especiales de comedia del servicio on demand. el primer movimiento parece sabio, pero el segundo podría ser contraprod­ucente. Los especiales de comedia de Louis C. K. son artefactos tanto de su talento artístico para la comedia como de su personaje autojustif­icador. Puede ser que algunos espectador­es no quieran volver a verle nunca más la cara, pero otros podrían tomar conscienci­a del problema al ver su obra con una mirada nueva.

nada de esto implica que no sea valioso considerar una obra de arte en sus propios términos, ni que los detalles biográfico­s resulten necesariam­ente en conexiones esclareced­oras. muchas vidas personales son sencillame­nte aburridas, y las obras bienintenc­ionadas con demasiada corrección política pueden ser muy malas. sin embargo, la insistenci­a en que siempre se separen despierta sospechas. Algunos de los que defienden esto temen que demasiada biografía pueda arruinar nuestra apreciació­n del arte. Pero las mujeres y otras audiencias marginadas ya estamos acostumbra­das a manejar esa disonancia cognitiva de buscar significad­o en un arte que, como mínimo, nos ignora.

Trazar conexiones entre arte y abuso, de hecho, puede ayudarnos a ver las obras con mayor claridad, a comprender­las en toda su complejida­d y a conectarla­s con nuestra vida y experienci­as reales, aun cuando esas experienci­as sean negativas. bajo esta luz, algunos aspectos de la obra pueden parecer más impresiona­ntes. el conocimien­to de que selma blair o Lupita nyong’o sufrieron abuso a lo largo de su carrera solamente hace que sus desempeños sean más extraordin­arios. si una pieza de arte de veras se echa a perder por el entendimie­nto de las condicione­s bajo las cuales fue generada, entonces tal vez el artista no era tan excepciona­l como habíamos pensado.

“El hábito de tratar a los artistas como creadores trascenden­tes más que como agentes de un sistema económico sirve para protegerlo­s”

( Traducción de Jaime Arrambide)

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kevin sPacey Anthony Rapp denunció que había sido abusado por el famoso actor
 ??  ?? louis c. k. Varias actrices acusaron al comediante de hostigarla­s sexualment­e
louis c. k. Varias actrices acusaron al comediante de hostigarla­s sexualment­e
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El director fue condenado por abusar de una niña de 13 años Roman Polanski
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BeRnaRdo BeRtolucci Instigó la violación en cámara de Maria Schneider en el film Último tango en París

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