Adictos al celular, neutralizados y activos
★ ★ ★ buena. dramaturgia y dirección: Marina Otero y David Gaitán. intérpretes: Aymará Abramovich, Alejandra Aristegui, Ivanna Colonna Olsen, Juan Francisco López Bubica, Myriam Nana Henne, Matías Kedak, María Eugenia Roces, Santiago Torrente y Cristian V
En algún momento alguien te puede venir a buscar y llevarte a otro lugar”. Una voz susurra esta frase y el público la escucha desde unos auriculares. Algunas personas están acostadas en el piso, otras sentadas. Hay quienes se animaron a cerrar los ojos, otros miran sin parar qué es lo que hacen los demás. La sensación de lo inmediato está en juego en Nomofobia, una performance estrenada en el Centro Cultural recoleta, con la dirección de marina otero y david Gaitán. se trata de una fusión entre una artista argentina y uno mexicano, para crear una obra de recorrido por distintos espacios, en la que el público deja la comodidad de la butaca de un teatro y es invitado a accionar.
este tipo de propuestas se suman a la tendencia posmoderna de interpelar al público, sacarlo de una zona de confort y romper convenciones. Los modos de hacerlo son múltiples y en muchos casos hay una idea primaria que une estos intentos: que el arte no sea una autocomprensión, un compartimento de ideas que tranquilizan al espectador confirmándole lo que ya sabe. Llegar a esta nueva forma de percepción es una tarea compleja y a largo plazo.
La nomofobia es el miedo irracional a no tener el celular. eso es lo primero que explican en el comienzo de la performance, para luego pedirle al público que deje su teléfono en unas cajas de madera y lo intercambien por unos auriculares. de ahí en más, la dependencia al móvil no volverá a ser parte del argumento. La obra, dicen, está inspirada en la teoría y práctica de roger bernat, un director catalán que suele trabajar con intervenciones en vivo y en la calle en la que el público es el eje. Domi
nio público, una performance que estrenó en 2008 y realizó en distintas partes del mundo, utiliza los mismos procedimientos que Nomofobia: el público tiene que realizar una serie de acciones según las indicaciones que escucha en los auriculares. Por ejemplo: si tenés hijos, cambiá de silla; si alguna vez pensaste en el suicidio, caminá alrededor de la sala. La gente responde a las preguntas y acciona. Así se generan efímeras microcomunidades, en las que las personas se agrupan según eso que tienen en común. Los grupos se dividen y algunos continúan con la experiencia afuera de la sala. Los momentos más perceptivos e intimistas de la propuesta, en los que se intenta llegar a una conexión real con el otro, son su mejor versión. Pero la mayoría del tiempo, el planteo se hace sólo en la superficie y se impone una fiesta, que puede llegar a sacudir a la gente por el solo hecho de que elige bailar y a otros, apenas sumar aturdimiento.