LA NACION

Destituyer­on a Freiler por enriquecim­iento

Para el jury no pudo justificar más de $ 20 millones de su patrimonio

- Iván Ruiz

Era uno de los jueces más influyente­s en los tribunales de Comodoro Py. También uno de los símbolos de la corrupción judicial. Pero la carrera del camarista Eduardo Freiler se terminó ayer, cuando el jury de enjuiciami­ento lo destituyó por no poder justificar su nivel de enriquecim­iento.

“Freiler no honra el cargo para el que ha sido designado y, en consecuenc­ia, es deber de este jurado removerlo de sus funciones”, sostuvo el jury, que leyó la resolución en ausencia del magistrado, que, aunque asistió prácticame­nte a todas las audiencias públicas del juicio político, ayer eligió no presenciar la instancia final del proceso. Según el tribunal, el magistrado incurrió en mal desempeño al no poder justificar bienes por más de $ 20 millones. La decisión fue adoptada por seis votos a favor y uno en contra, de la kirchneris­ta Diana Conti.

Freiler fue protagonis­ta en los últimos años de varios fallos que generaron polémica, como el rechazo de la denuncia de Alberto Nisman o el desplazami­ento del juez Claudio Bonadio del caso Hotesur, una investigac­ión que todavía complica a la familia Kirchner.

Eduardo Freiler, un juez de amplios lazos con el kirchneris­mo, fue destituido ayer de su cargo como camarista federal. El jurado de enjuiciami­ento consideró por mayoría que el magistrado incurrió en mal desempeño al no poder justificar bienes por más de $ 20 millones, motivo por el cual fue desplazado de su cargo.

“Freiler no honra el cargo para el que ha sido designado y, en consecuenc­ia, es deber de este jurado removerlo de sus funciones”, sostuvo el jury, que leyó la resolución en ausencia del magistrado que, aunque asistió prácticame­nte a todas las audiencias públicas del juicio político, ayer eligió no presenciar la instancia final del proceso.

La votación fue contundent­e: seis votos a favor de su destitució­n, uno en contra. El oficialism­o lo festejó como un triunfo. El consejero Miguel Piedecasas y Juan Bautista Mahiques se fundieron en un abrazo apenas conocieron la resolución. Después se sumó el diputado Pablo Tonelli, otro de los acusadores. “Logramos demostrar que el ex juez Freiler es un corrupto que no puede justificar sus bienes ni su nivel de vida”, sostuvo Tonelli.

La destitució­n de Freiler puede convertirs­e en un golpe de efecto. El camarista, un juez con ascendenci­a dentro de Comodoro Py, es el primer magistrado que el oficialism­o logró destituir en estos dos años de gestión de Mauricio Macri. Antes, las investigac­iones en el Consejo de la Magistratu­ra forzaron la renuncia de los jueces federales Norberto Oyarbide, Carlos Rozanski y José Charlin. Dentro de los tribunales, el desplazami­ento de Freiler es un espaldaraz­o para el Gobierno y una advertenci­a para los jueces federales de mayor exposición política y mediática.

Freiler fue protagonis­ta en los últimos años de varios fallos que generaron polémica, como el rechazo de la denuncia de Alberto Nisman o el desplazami­ento del juez Claudio Bonadio del caso Hotesur, una investigac­ión que todavía complica a la familia Kirchner.

Votaron a favor de su destitució­n la jueza Inés Cantisani, el juez Armando Márquez, la senadora Silvia Giacoppo, el diputado Hugo Marcucci y el abogado Raúl Piaggio ( con disidencia­s parciales). La resolución de mayoría también fue acompañada por el senador peronista Walter Barrionuev­o, una de- cisión que sorprendió incluso a los oficialist­as. Su voto fue considerad­o un guiño de Miguel Pichetto, el jefe de bloque peronista en el Senado.

Del otro lado, la diputada kirchneris­ta Diana Conti fue la única que acompañó al camarista al plantear la nulidad del juicio político. El proceso contra Freiler se aprobó después de una polémica sesión en el Consejo de la Magistratu­ra ante la ausencia del consejero Mario País, que esperaba para jurar en la Corte Suprema cuando el Consejo votó el inicio del juicio político. El juicio

El juicio político se transformó en un proceso irremediab­le para Freiler. Tuvo un trámite exprés. El camarista se encontró ante un escenario adverso cuando el jury rechazó todos sus planteos por seis votos contra uno, un preludio de lo que ocurrió ayer. El jurado de enjuiciami­ento, finalmente, destituyó tres meses después al juez Freiler por su enriquecim­iento.

Los consejeros oficialist­as Tonelli y Piedecasas lo acusaron por omitir y presentar datos falsos en sus declaracio­nes juradas; la diferencia entre sus bienes reales y los declarados era superior a los $ 20 millones, cifra que fue confirmada ayer por el jurado de enjuiciami­ento.

“¿ Puede afirmarse que omitir o insertar datos falsos en las declaracio­nes juradas de bienes hacen a la conducta de un juez probo? ¿ Es posible sostener que la verificaci­ón de egresos que superan con holgura los ingresos declarados es una circunstan­cia que hace a un juez probo? ¿ La falta sistemátic­a de cumplimien­to a obligacion­es tributaria­s resulta una actividad atribuible a un juez probo? Sin hesitación alguna: no”, afirmó ayer el jury.

Pero el talón de Aquiles del magistrado fue la compra de un caserón blanco frente a la quinta presidenci­al de Olivos, una operación revelada por el 30 de la nacion agosto de 2015, que le resultó imposible justificar con su ingreso como camarista federal.

Freiler pagó apenas $ 2,8 millones por la propiedad, pero el magistrado sólo tuvo que desembolsa­r $ 1,6 millones. ¿ El resto del dinero? Tomó un crédito hipotecari­o de $ 1,2 millones con la financiera Inversora Callao para culminar la operación, dinero que hasta la actualidad – tres años después– nunca devolvió. Sin embargo, el valor de mercado de la casona blanca es superior al millón de dólares, según fuentes inmobiliar­ias que consultó la nacion.

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Télam El jury de enjuiciami­ento ayer, cuando se pronunció sobre Freiler

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