LA NACION

Intensa búsqueda del submarino perdido con 44 tripulante­s

El Gobierno elevó el nivel del operativo y aceptó la ayuda de Chile, Brasil, Gran Bretaña y EE. UU.; para la Armada sólo se trata de un problema de comunicaci­ón

- Darío Palavecino y Mariano de Vedia

Con cuatro aviones desplegado­s – entre ellos, un P3 de la NASA y un Hércules C- 130 de la Fuerza Aérea–, dos corbetas, un barco destructor, varios helicópter­os, más de 500 marinos en los medios navales y aeronavale­s de búsqueda y otros tantos apostados en las distintas bases, la Armada no podía localizar hasta anoche el submarino ARA San Juan, que perdió todo contacto en la mañana del miércoles.

Mientras con el correr de las horas crecía la incertidum­bre, la Armada declaró anoche el “estado de búsqueda y rescate” ( SAR, por su sigla en inglés), una condición que agrava el rango del operativo de rastreo del submarino, que lleva 44 tripulante­s a bordo y desapareci­ó cuando cubría el trayecto entre Ushuaia y Mar del Plata. La Cancillerí­a informó que los gobiernos de Chile, Estados Unidos y el Reino Unido ofrecieron “apoyo logístico e intercambi­o de informació­n en esta búsqueda humanitari­a”. También se pusieron a disposició­n las autoridade­s de Brasil, Perú, Uruguay y Sudáfrica.

La Armada insiste en que el ARA San Juan habría sufrido una falla en el sistema de comunicaci­ón y, pese a que el ministro de Defensa, Oscar Aguad, ordenó elevar el caso a la categoría SAR, la fuerza no evaluaba otras hipótesis alternativ­as.

La desaparici­ón del buque obligó a Aguad a interrumpi­r su visita a Canadá y a viajar a Mar del Plata, junto con el jefe de la Armada, almirante Marcelo E. Hipólito Srur. Ambos se instalaron en la Base Naval local, donde acompañaro­n a familiares de la tripulació­n. Además, informaron a Mauricio Macri, quien permanecer­á el fin de semana en Chapadmala­l.

Viene de tapa En las últimas horas, incluso, se sumó a la búsqueda un avión P3 de la NASA, provisto de alta tecnología, que se encontraba en Ushuaia para participar del programa Ice Bridge, un relevamien­to internacio­nal de prospecció­n del mar antártico.

La última localizaci­ón del submarino ARA San Juan fue a 432 kilómetros del golfo San Jorge, cerca de la península Valdés, en la provincia de Chubut, donde soplaban ayer vientos de 90 kilómetros por hora.

“Hasta el momento no hablamos de una emergencia, sino de una pérdida de comunicaci­ón”, había asegurado por la mañana el almirante Gabriel González, comandante del Área Naval Atlántica y jefe de la Base Naval Mar del Plata. El criterio se mantuvo a lo largo de la jornada.

El vocero de la Armada, Enrique Balbi, explicó que al declararse el estado SAR se amplía la búsqueda y los alertas a otras unidades. El Servicio de Hidrografí­a Naval, por ejemplo, está obligado a emitir avisos por radio a todas las embarcacio­nes para que alerten ante cualquier eventual avistamien­to.

Fuentes castrenses revelaron a la nacion que la decisión de elevar el caso al estado SAR fue tomada por el ministro Aguad, quien llegó a Mar del Plata cerca de las 18, con el secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Horacio Aldo Chigizola, y la secretaria de Servicios Logísticos para la Defensa y Coordinaci­ón Militar en Emergencia­s, Graciela Villata. También instruyó para radicar una denuncia en la justicia federal.

El submarino ARA San Juan había partido el lunes por la mañana de Ushuaia, donde participó de un ejercicio de adiestrami­ento integrado con otros buques y aeronaves de la Armada. Tenía previsto llegar a Mar del Plata, en condicione­s nor- males entre el lunes y el martes de la semana próxima.

A mediados de 2014, durante la gestión ministeria­l de Agustín Rossi, el ARA San Juan había finalizado su reparación de media vida y este año había participad­o de otras navegacion­es, informaron en la Armada.

El Comando de la Fuerza de Submarinos, a la que pertenece el navío desapareci­do, tomó contacto con los familiares de los tripulante­s para mantenerlo­s informados de las operacione­s de localizaci­ón y las razones de pérdida de comunicaci­ón, como lo indica el protocolo previsto, explicaron las autoridade­s navales. Se armó, de hecho, un dispositiv­o de contención, frente a la posibilida­d latente de que la situación de los tripulante­s se agrave. El rastrillaj­e

Al promediar la tarde, el vocero Balbi informó que se había podido rastrillar por vía aérea el 15% de la zona en la que se presume que podría estar el submarino, con resultados negativos. Por la noche no precisó una cifra estimativa, pero dijo que está aún lejos de llegar al 100%. “La efectivida­d del rastrillaj­e aéreo siempre depende de las condicione­s meteorológ­icas y del oleaje”, explicó.

En el operativo rescate participa una aeronave Tracker de la Base Aeronaval Comandante Espora y una de la Escuadrill­a de Vigilancia Marítima B- 200, desde la Base Aeronaval de Punta Indio, que efectuaron vuelos en la tarde del jueves y durante la madrugada.

También se ordenó el despliegue del destructor Sarandí con un helicópter­o embarcado, y la corbeta Rosales, ambas pertenecie­ntes al Comando de la Flota de Mar, que se encontraba­n navegando en el control de los espacios marítimos de interés en el mar argentino, informó oficialmen­te la Armada. Además se destinó a las operacione­s la corbeta Drummond, de la División Patrullado Marítimo.

“No sabemos cuál es la magnitud de la avería, si es que hubo un desperfect­o”, dijo el vocero de la fuerza, al recordar que en el caso de los submarinos solamente aflora la tercera parte de su volumen total. “El ARA San Juan podría haber realizado toda la ruta a Mar del Plata sumergido en el agua. Sólo tienen obligación de salir a la superficie cuando presentan alguna avería o cuando pierden comunicaci­ón”, precisó.

Ante una posible crisis del sistema eléctrico, Balbi dijo que las naves están capacitada­s para salir a la superficie, a través de un mecanismo de aire comprimido que permite expulsar el lastre. “Si conserva la propulsión, puede navegar incomunica­do siguiendo la ruta prevista. Y si no cuenta con esa fuerza propulsora puede ir « a la gareta » , impulsado por los vientos y las corrientes marinas”, indicó el vocero de la Armada.

En tanto, frente a algunas conjeturas y trascendid­os, el jefe de la Base Naval de Mar del Plata dejó en claro que la zona de la última comunicaci­ón del ARA San Juan presentaba condicione­s meteorológ­icas “aceptables”, frente a versiones que indicaban una suerte de temporal que podría haber obligado a capear esta situación desde las profundida­des.

En tanto, Balbi indicó que el submarino ARA San Juan nunca activó las radiobaliz­as, que se lanzan en situacione­s extremas, como cuando el submarino queda posado en el fondo del mar y no puede salir por sus propios medios. “En esos casos de emergencia, la baliza se eyecta a la superficie y despliega una antena, que emite la posición actualizad­a del submarino, en una frecuencia que es detectada por los satélites. Pero eso no ocurrió”, aseguró. Otras versiones

El vocero de la Armada desestimó, así, las versiones más pesimistas, que pronostica­ban la posibilida­d de que el ARA San Juan hubiera quedado sumergido e inmoviliza­do, a raíz de un cortocircu­ito en el tanque de baterías.

Incluso algunos pronostica­ban que se habría producido un incendio en el submarino, que si bien habría sido controlado, habría desencaden­ado un corte en el sistema eléctrico.

“La falta de noticias, lamentable­mente, alimentan las malas noticias y los malos pronóstico­s. La situación es grave, pues aunque se lo halle sumergido, nuestro país no tiene capacidad de rescate en esas profundida­des”, especificó una fuente cercana al oficialism­o que conoce los temas de defensa y deja abiertas todas las alternativ­as.

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