Un escape que suma confusión a la estrategia de la oposición
“Dejé mi bandera a María Corina Machado.” El alcalde metropolitano de Caracas, segundo cargo de elección popular del país, abandona Venezuela camino del exilio en el peor momento de la Mesa de la Unidad Democrática ( MUD). Cuando la unidad no va más allá del propio nombre de la alianza multicolor.
Ledezma no se ahorró una sola crítica a la coalición. También apoyó públicamente a la ex diputada, su socia parlamentaria, que ya se ha situado fuera de la MUD. Las agrupaciones de los dos dirigentes radicales han formado esta semana su propio grupo parlamentario en la Asamblea Nacional, que cuenta únicamente con tres diputados titulares y una decena de suplentes.
Entre sus principales críticas a la dirigencia de la Unidad, el líder de Alianza Bravo Pueblo volvió a arremeter contra el diálogo con el gobierno en Santo Domingo, al que calificó como una parodia, pese al apoyo internacional que concita. Horas antes, el llamado G- 4 ( Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular) confirmaba su participación en el encuentro del 1° y 2 de diciembre.
Salvada la presencia de los cancilleres latinoamericanos, la nueva ronda negociadora girará en torno de las garantías electorales de las presidenciales de 2018. Ese es el objetivo opositor; el oficialista, solventar las sanciones internacionales y taponar las vías abiertas con la crisis crediticia.
Algo que no convence a los radicales opositores. Ledezma protestó por las ansias de levantarse con la banda presidencial, que a su criterio domina en varios líderes de la oposición. Las mismas ansias que en ningún momento ha ocultado su actual compañera de travesía.
Durante años, Ledezma ejerció como pegamento entre moderados y radicales. Su experiencia política y sus buenas relaciones personales conseguían amortiguar diferencias evidentes en forma y fondo.
Ahora, desde el exilio, su reto también es de magnitud, con una oposi- ción que parece un rompecabezas: desde los más cercanos al gobierno ( Avanzada Progresista y Un Nuevo Tiempo) hasta los radicales; desde los que no van a elecciones pero sí negocian ( Primero Justicia y Voluntad Popular) hasta los que tampoco se presentan y también van a Santo Domingo, pero después de colocar a cuatro gobernadores en las regionales ( Acción Democrática).
“Estamos muy contentos, convencidos de que Antonio va a poder hacer mucho más afuera que preso en Venezuela”, resumió en diálogo con LA NACION Ramón Muchacho, alcalde del municipio caraqueño de Chacao.
De los seis alcaldes con los que cuenta la capital venezolana, tres ya están en el exilio tras la huida de Ledezma. “La razón por la cual los alcaldes decidimos venir al exilio es porque aquí podemos hacer mucho más. Venezuela necesita que afuera podamos hablar con mucha fuerza y mucha claridad porque la comunidad internacional necesita recibir mensajes claros de la oposición y ahora recibe mensajes contradictorios por culpa de la división interna”, sentenció Muchacho.