El freno de su envión obliga a Chile a replantear la esencia de su identidad Piñera prometió que, en caso de
La pujanza que lo convirtió en uno de los mejores alumnos de la región dio paso a una etapa de desilusión
SANTIAGO, Chile.– La “generación dorada” del fútbol no pudo clasificar a Chile al Mundial de Rusia. El país hace cuatro años que dejó de crecer a tasas del orden del 5% y ahora se tiene que conformar con índices de 1,8%. Se acabó la fiebre de construcción de nuevos shoppings en Santiago, y la presidenta Michelle Bachelet, que llegó al gobierno en 2014 con un aura de incorruptibilidad, nunca pudo remontar el escándalo que involucró a su hijo. Ahora se apresta a dejar el poder con una popularidad que cayó al 31%.
Pero todo ese descontento y desilusión en un país que aspiraba a ser el mejor alumno de América latina, lejos de desatar una ola masiva de activismo y rebeldía genera apatía y bajísimos índices de participación electoral, que se prevé quedará por debajo del 50% en las elecciones presidenciales de mañana, en las que el ex mandatario Sebastián Piñera es el claro favorito.
Los chilenos de hoy también son muy particulares en cuestiones que antes hacían a la esencia de su identidad, en tiempos en que los derechistas eran los que elogiaban con más o menos pudor la figura del dictador Augusto Pinochet, y los de izquierda quienes abominaban las reformas de mercado.
“Nadie castigó más duro a los militares condenados por violaciones a los derechos humanos que Piñera, cuando en su gobierno los sacó de las prisiones de lujo que les habían construido los socialistas y los mandó a cárceles comunes”, reflexionó Alberto Andrade, un taxista de 49 años. En el trayecto desde el aeropuerto de Pudahuel hasta el centro de la ciudad no se ve ni una sola propaganda política.
“La gente está desilusionada con todos los políticos porque sabe que, en el fondo, no habrá grandes diferencias si gana uno u otro”, sostuvo Andrade, que se inclinará por Piñera. Según las últimas encuestas, el ex presidente lograría el 44% de los votos y el candidato del oficialismo, Alejandro Guillier, 23%. de concretarse los pronósticos, ambos pasarían a la segunda vuelta.
El sociólogo Eugenio Tironi ve en la reconfiguración de las nuevas identidades políticas las raíces de la escasa participación en las urnas, que en los comicios municipales del año pasado llegó apenas al 33% del electorado.
“En Chile se está produciendo una recoagulación de nuevas identidades. La figura de Pinochet y la dictadura ya no divide aguas. Los pobres no votan necesariamente a la izquierda, y nadie deposita demasiadas expectativas en lo que pueda hacer el gobierno en su favor. Por eso no hay demasiado interés en quién será el próximo ocupante del Palacio de La Moneda”, dijo Tironi a la nacion.
“Ya ningún candidato promete un « nuevo ciclo » ni menos aún tomar el cielo por asalto”, agregó.
Para el analista político Cristóbal Bellolio, de la Universidad Adolfo Ibáñez, la baja participación es casi una “señal positiva” de que la sociedad chilena llegó a acuerdos básicos y se fue transformando en un “país aburrido” desde el punto de vista político, como dijo alguna vez el ex presidente socialista Ricardo Lagos.
“En los períodos de tranquilidad la gente tiene menos incentivos para votar. de todas maneras, me quedaría más tranquilo si la no participación fuera un síntoma homogéneo de todas las clases sociales y no un fenómeno propio de los sectores más vulnerables, donde aún queda tanto por hacer”, comentó Bellolio a la nacion. volver al poder, Chile se convertirá en 2026 en el primer país latinoamericano que alcanzará los índices de desarrollo humano, industrial y comercial de una nación desarrollada. Pero no hay que alejarse mucho para encontrar una realidad muy distinta del centro de Santiago con sus espléndidos shoppings y rascacielos, que anticipan la deseada meta de ser un país desarrollado. Contraste
A unos 12 kilómetros del centro, el barrio La Legua es un sector marginal de casuchas con techos de chapa donde viven casi 100.000 personas en condiciones paupérrimas. La Legua sintetiza todas las asignaturas pendientes que tendrá el próximo presidente si desea llevar a todo Chile al paraíso del Primer Mundo.
Elegido por el narcotráfico como su bastión en la capital chilena, allí son frecuentes los tiroteos y hasta las escuelas tienen un protocolo de evacuación de sus alumnos “para casos de balacera”, que hace un mes llegaron a durar 72 horas.
Esta semana, el gobierno empezó a derribar los siete enormes muros que habían construido en las calles los narcotraficantes para trabar el accionar policial, y proteger su arsenal. Pero esas paredes funcionaban también para los vecinos como una delimitación que les daba seguridad sobre el sector “de ellos” y “el nuestro”.
“Nos habían dicho que primero nos blindarían nuestras casas y que después tirarían los muros… Pero están haciendo todo al revés”, se quejó un vecino. En La Legua, poco menos del 25% de sus habitantes empadronados fueron a votar en las municipales del año pasado. Y todo indica que la elección de mañana será también para la mayoría de ellos algo ajeno, que no modificará sustancialmente sus vidas.