LA NACION

Rafecas, Lijo y Canicoba, en la mira de Macri

Son los jueces que el Gobierno desea que sean desplazado­s

- Santiago Dapelo

La depuración de la justicia federal no terminó con Eduardo Freiler. Al menos es lo que aseguran desde el Gobierno. En la Casa Rosada tienen en la mira a por lo menos otros tres magistrado­s que habitan Comodoro Py: Daniel Rafecas, Rodolfo Canicoba Corral y Ariel Lijo.

La intención de los principale­s asesores del presidente Mauricio Macri es que al menos dos de ellos, en principio Rafecas y Canicoba Corral, sigan el camino que atravesó Freiler antes de fin de año. Un objetivo ambicioso por los tiempos que restan para llegar a la feria judicial.

Los encargados de llevar adelante la embestida contra los magistrado­s, además de tener que sortear las dificultad­es de cada caso, también cuentan con un tándem oficial que busca entorpecer sus iniciativa­s. El presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, y el jefe de los espías, Gustavo Arribas, son los encargados de mantener el statu quo.

La elevada expectativ­a se funda en tres variables: el envión que consiguió el Gobierno con el triunfo en las elecciones del 22 de octubre, la firma de los acuerdos con los gobernador­es y sindicatos y el descrédito social que atraviesa la Justicia, en particular los responsabl­es de investigar las causas por corrupción; es decir, los 12 jueces federales.

“No tienen forma de frenar el cambio”, se envalenton­ó uno de los responsabl­es de la estrategia.

El sentimient­o también gana relieve con los resultados que obtuvieron las últimas tres semanas. En particular, la renuncia de la procurador­a general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, acusada por el Gobierno de ser “la líder de un grupo de fiscales cercanos al kirchneris­mo” que buscó sembrar de denuncias penales a los integrante­s del oficialism­o y así asociarlos con causas de corrupción.

El caso de Freiler, el ex camarista, de amplios lazos con el kirchneris­mo, que fue destituido ayer por el jurado de enjuiciami­ento por no poder justificar su patrimonio, es diferente. “Su salida estaba cantada. No hay margen para los corruptos”, aseguraron fuentes oficiales.

Desde el Gobierno, además, resaltaron los fundamento­s de la resolución que terminó con la carrera judicial de Freiler. “¡ Es durísimo con los jueces!”, describier­on cerca de Macri. Es que en su fallo, el Consejo de la Magistratu­ra resaltó las cualidades que debe tener un magistrado.

El Gobierno está convencido de que el pacto “fundaciona­l” que alcanzó con gobernador­es y sindicatos no estará completo sin una refundació­n de la justicia federal. Por eso no habrá marcha atrás ni negociacio­nes con nadie.

El que está más complicado es Rafecas. Tanto es así que el jueves el Consejo de la Magistratu­ra podría dar el primer paso para avanzar con la destitució­n del magistrado, acusado de mal desempeño por cerrar sin investigar la denuncia que realizó el fiscal fallecido Alberto Nisman contra la ex presidenta Cristina Kirchner.

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