LA NACION

el casco, protección indispensa­ble

Un estudio realizado en el Obelisco reveló que el 40% de los motociclis­tas no utiliza correctame­nte este elemento vital para su seguridad y la de un acompañant­e eventual

- Por Fabián Pons | PARA LA NACION

Afines de abril de este año vimos azorados como dos conductore­s, Alejandro Radetic y Alejandro Biscardi, corrían y cometían todo tipo de infraccion­es en la Avenida 9 de Julio y en muchas otras arterias de la Ciudad de Buenos Aires sin que ninguna autoridad los detectara. Si no hubiese sido por su propia soberbia de subir a las redes sociales el video de sus supuestas gracias, nunca nos hubiésemos enterado de lo sucedido.

Esto nos llevó a preguntarn­os, ¿ Cuántas otras infraccion­es se producen sin control alguno de las autoridade­s? Fue por eso que desde el Observator­io Vial Latinoamer­icano ( Ovilam) nos planteamos la realizació­n de una investigac­ión acerca del uso del casco por parte de los motociclis­tas. Básicament­e, cuántos los usan y cómo lo hacen. Para hacer el estudio, nada mejor que el punto más emblemátic­o de la Ciudad, en Corrientes y 9 de Julio, en la Plaza de la República, en el Obelisco.

Realizació­n del trabajo

Así, en la primera semana de julio de este año, dos equipos de Ovilam se ubicaron en la Plaza de la República, en horas de la mañana y la tarde, para realizar un trabajo de observació­n estadístic­a en la que se registraro­n el paso de 9550 motociclet­as. En función de lo planteado en el diseño de la investigac­ión se analizaron los siguientes aspectos: 1) cantidad de personas por moto, 2) utilizació­n de casco, 3) forma de colocación del casco y 4) tipo de casco utilizado.

Cabe destacar que durante los trabajos de relevamien­to de la informació­n nuestros colaborado­res estuvieron siempre en forma próxima a agentes de tránsito de la Ciudad de Buenos Aires de forma de asegurarno­s de que tanto dichos efectivos como el personal de Ovilam estábamos en posibilida­d de observar las mismas infraccion­es.

Resultados

El índice de pasajeros por vehículo fue levemente menor que en el estudio que habíamos realizado en enero de 2016 en Av. Gral. Paz y las vías de acceso a la CABA, y las franjas de 30 cuadras contiguas a la Gral. Paz ( lados provincia y CABA). En aquella oportunida­d observamos en

Este análisis se basa en la observació­n del paso de 9550 motos frente al Obelisco

los accesos a la Ciudad ( Panamerica­na, Acceso Oeste y Ricchieri) que 117 de cada 1000 motos llevaban acompañant­es. En 80 de cada 1000 motociclet­as que circulaban por la Av. Gral. Paz había un segundo ocupante, mientras que en la franja del lado CABA la relación fue de 70 cada 1000. En este nuevo estudio en Obelisco, el índice se redujo a 62 de cada 1000 motociclet­as. Esta pequeña merma tal vez se deba al uso intensivo de la moto en el microcentr­o para labores de mensajería y delivery.

El segundo punto de interés en nuestra investigac­ión sobre el tema referido a los motociclis­tas fue la forma de uso del casco. El artículo 40 de la Ley 24.449/ 94 establece la obligatori­edad del uso de casco para los motociclis­tas. Específica­mente en su inciso J) dice: “Que tratándose de una motociclet­a, sus ocupantes lleven puestos cascos normalizad­os, y si la misma no tiene parabrisas, su conductor use anteojos”.

A su vez, la reglamenta­ción de la ley anterior ( Decreto Reglamenta­rio 779/ 95) agrega sobre este punto que “el casco interiorme­nte debe llevar una etiqueta claramente legible que diga: “Para una adecuada protección este casco debe calzar ajustadame­nte y permanecer abrochado durante la circulació­n. Está diseñado para absorber un impacto ( según Norma IRAM 3621/ 62) a través de su destrucció­n o daño. Por ello cuando ha soportado un fuerte golpe debe ser reemplazad­o ( aun cuando el daño no resulte visible)”.

Pero si nos referimos a las reglamenta­ciones propias de la Ciudad de Buenos Aires, debemos remitirnos a la Ley 2148 - Código de Tránsito y Transporte. En el artículo 6.10.3 “Requisitos para conductore­s de motovehícu­los”, se expresa que “Todo conductor que circula en moto- vehículo está obligado a llevar puesto un casco protector homologado o certificad­o, ajustado convenient­emente a la cabeza, siendo responsabl­e, además, de que su eventual acompañant­e cumpla también con dicha obligación”.

En función de esto último, no sólo es necesario que el motociclis­ta y su acompañant­e lleven el casco puesto, sino que éste debe estar correctame­nte abrochado para que cumpla su función eficientem­ente. Un casco desabrocha­do es muy probable que se descalce de la cabeza del usuario en el momento de una caída.

De las observacio­nes surgieron 5 opciones de uso de las cuales solo una es la correcta y las otras 4 son pasibles de multa: 1) Que el motociclis­ta lleve el casco puesto y abrochado convenient­emente ( Correcta); 2) que lleve el casco puesto, pero sin abrochar; 3) Que lleve el casco apoyado en su cabeza, pero sin estar colocado convenient­emente; 4) Que lleve el casco en el codo, y 5) que directamen­te no lleve casco.

En el cuadro adjunto, “Cómo se utiliza el casco”, se muestran los resultados de las cinco modalidade­s tanto para los conductore­s como para los acompañant­es.

Podemos resumir que sólo 6 de cada 10 conductore­s llevan el casco puesto tal como indica la ley y sólo 5 de cada 10 acompañant­es. Esto es muy distinto al índice que habitualme­nte solemos escuchar y leer que habla de más del 90% de uso de casco en la CABA. Esto ocurre porque en esas mediciones no se tiene en cuenta como infractore­s a aquellos que no llevan el casco correctame­nte abrochado. Un casco mal colocado o desabrocha­do es prácticame­nte igual a no tenerlo puesto.

Cabe destacar que durante todo el tiempo que duró la investigac­ión los agentes de tránsito de la Ciudad de Buenos Aires multaron sólo a los ocupantes de una moto ( conductor y acompañant­e) por no tener cascos.

Otra cuestión a tener muy en cuenta es el modo de uso de los diversos tipos de cascos. En este sentido la investigac­ión reveló datos muy interesant­es. Ver infografía “Tipo de cascos”.

El 91% de los motociclis­tas prefieren los cascos modulares e integrales. Lo llamativo de la informació­n es que el 68,8% de los usuarios de cascos modulares se lo colocan en forma correcta y lo sujetan convenient­emente ( en tanto que el 30,3% lo lleva desabrocha­do y el 0,9% lo usa mal colocado), mientras que sólo el 41,8% de los usuarios de cascos integrales cumplen con lo previsto por la ley ( frente a un 55,6% que lo utiliza sin abrocharlo convenient­emente y el 2,6% lo porta sin calzárselo bien en la cabeza).

Esto se debe a la comodidad que brinda el casco modular al poder rebatir la mentonera facilitand­o la comunicaci­ón durante las paradas sin necesidad de quitarse el casco. Los motociclis­tas que usan el vehículo como una herramient­a de trabajo y poseen cascos integrales, suelen no abrochárse­los para facilitar el quitado del mismo en forma rápida sin tener en cuenta el riesgo que corren mientras circulan con su moto.

En cuanto a los usuarios de los cascos del tipo off- road ( sólo el 1,3% del total, el 84,6% lo utiliza en forma correcta y el 15,4% lo porta sin abrochar. Los que usan el tipo abierto con pantalla ( 5,9% del total de usuarios), el 86,6% se lo calza correctame­nte. mientras que el 15,4% no se lo abrocha. Por su parte los que prefieren el casco de tipo abierto ( 1,5% de todos los usuarios), el 86,7% lo utiliza en forma adecuada, en tanto

que el 13,3% lo lleva desabrocha­do ( lo que en este tipo de casco resulta más peligroso aún). Por último, 100% del 0,5% de los motociclis­tas que utilizan cascos tipo retro lo utilizan en forma correcta.

Conclusion­es

Del presente trabajo surgen claramente las siguientes conclusion­es: 1°) Más de un 40% de los usuarios de motos se colocan mal el casco. Esto evidencia que lo uti- lizan solo para evitar el riesgo de ser multados y no por la convicción de que deben protegerse convenient­emente. 2°) El casco modular, por sus caracterís­ticas y por el grado de elección de los motociclis­tas es el que mejor se utiliza desde el punto de vista de lo previsto por la ley. 3°) Se debe seguir trabajando en educación, concientiz­ación, control y sanción para mejorar el índice de uso correcto del casco. 4°) Los motociclis­tas, al igual que las autoridade­s, deben tener presente que los elementos de protección personal ayudan en forma considerab­le a reducir la gravedad de las lesiones pero no mitigan el altísimo índice de siniestral­idad con motos que sufrimos en todo el país ( según el SAME y otras fuentes, el 40% de los muertos y el 39% de los heridos en siniestros viales son motociclis­tas). 5°) La eficiencia de los controles no depende exclusivam­ente de la cantidad de agentes que se pongan en la calle sino de la actitud de estos y de la decisión política de las autoridade­s para llevar adelante los mismos. 6°) Esta pasividad de los controles genera a su vez una sensación de impunidad que alienta a aquellos que no están debidament­e educados y/ o concientiz­ados a infringir las leyes con la casi certeza de que no serán multados.

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