Estacionar dónde y cómo se quiere
Detenerse en doble fila no parece ser una infracción
Hace unos días, un colega, director de una de las revistas especializadas más importantes del país, filial de una editorial con sedes en Alemania y España, contaba esta anécdota: “Nos reunimos con un colega alemán y otro español. La charla derivó en las complejidades del tránsito en nuestros países. El español señaló que el principal problema en las ciudades ibéricas era el estacionamiento en doble fila. El alemán respondió, con la candidez que otorga cumplir a rajatabla con las normas: ‘ Ah! Pero eso está prohibido en Alemania…’ El argentino y el español, obviamente, estallaron de risa y pronto lo pusieron al corriente de una realidad que vemos todos los días en nuestro país: estacionar cómo y dónde se quiere, sin mayor control o sanción. Por ejemplo, el límite de velocidad al pasar frente a una escuela es de 20 km/ h. En muchas zonas hay cámaras instaladas o unidades móviles al acecho de los infractores. Sin embargo, parece que estacionar en doble fila ( y hasta en triple en alguna avenida) frente a la puerta del colegio, obstruyendo el tránsito y cometiendo una infracción, a cualquier hora, en un día de pleno sol, no parece tener importancia. ¿ Esa cámara y ese móvil no registran la transgresión? Hay calles, sobre todo en barrios como Palermo, con muchos negocios, que durante la mañana y el mediodía se transforman en un gran slalom para esquivar autos, utilitarios y camiones, estos últimos cargando y descargando mercancías. No toda la culpa es de los transportistas: hay lugares reservados para ellos ocupados sin pudor por vehículos estacionados y horarios de entrega ( muy temprano) que los comerciantes ignoran. No es sólo un problema de buena educación ( como en Alemania), también de controles más eficientes.•