los clásicos brillaron en la patagonia
El fin de semana último finalizó la 29a. edición de la tradicional competencia 1000 Millas Sport
El domingo último finalizaron las tradicionales Mil Millas Sport, en su edición número 29. Como siempre, la competencia estuvo enmarcada por los majestuosos paisajes de la Patagonia y culminó con la coronación de la pareja conformada por Juan Tonconogy y Bárbara Ruffini al comando de su Riley Sprite de 1936, con 496,40 puntos. El podio se completó en segundo lugar con la dupla López- Gourovich en un Delage DM de 1927 ( que sumaron 499,20 unidades) y en el tercer puesto quedó el binomio Erejomovich- Llanos al mando de un AC 16/ 80 Sport de 1938, con un total de 502,32 puntos. Más atrás quedaron las duplas Zerbini- Zerbini ( Fiat Ballila 508 S de 1935), Argüelles- Martínez ( Fiat 520 de 1928) y en el sexto puesto el auto de posguerra mejor clasificado, el Porsche 356 A de 1958 conducido por el binomio Fliter- Pelaya.
La experiencia en este tipo de pruebas fue determinante para definir la competencia en la última etapa. No en vano, con este triunfo Juan Tonconogy suma seis victorias en las 1000 Millas Sport, convirtiéndose en el máximo gana- dor histórico tras imponerse en las ediciones 2009, 2010, 2012, 2013, 2014 y 2017.
Durante la cena de premiación también se distinguió al mejor auto de la competencia, un Aston Martin International de 1932 elegido por la comisión del Club de Automóviles Sport ( CAS), organizador de la prueba, como por la mayoría de los participantes.
En ese encuentro se realizó también una subasta de automóviles, motocicletas y obras de arte a beneficio del Banco de Alimentos, organización sin fines de lucro que contribuye a reducir el hambre y la malnutrición en toda la Argentina.
La competencia se desarrolló a lo largo de tres días que incluyeron la primera etapa entre el hotel Llao Llao y Junín de los Andes, pasando por Bariloche, Confluencia y Alicurá; la segunda, por el mítico camino de los Siete Lagos desde San Martín de los Andes hasta Villa La Angostura para luego seguir hasta el Llao Llao, y la tercera manga en un recorrido desde y hacia dicho hotel, que recorrió 300 kilómetros rumbo al sur, para concluir en unos de los finales más ajustados de su historia.