LA NACION

El conflicto mapuche ganó más terreno

Fue uno de los temas delicados para los candidatos en campaña

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SANTIAGO, Chile ( De un enviado especial).– El problema mapuche es de las cuestiones políticas más complicada­s que enfrentan los gobiernos a ambos lados de la cordillera. Y en el caso de Chile se agudizó en los últimos años desde que grupos violentos empezaron a incendiar los camiones de las empresas forestales ( casi 300 en la última década), iglesias y hasta hogares, como el caso de un matrimonio de ancianos que fueron quemados vivos en su casa del sur del país, en 2013.

En el medio del conflicto están casi 1.100.000 mapuches que viven en pequeñas comunidade­s en las regiones de la Araucanía y Los Ríos, a 680 kilómetros de Santiago, que padecen índices de pobreza del 23,6% ( el doble del resto del país) y tienen también altísimos índices de analfabeti­smo.

La cuestión mapuche fue una de las más delicadas que afrontaron los candidatos en esta campaña electoral. “Creo que los gobiernos en general fracasamos en la manera en cómo nos aproximamo­s al pueblo mapuche porque no asumimos que no es un problema de pobreza, como el de otras regiones, sino el de una cultura distinta, un pueblo distinto dentro de un mismo país”, dijo el senador Jaime Quintana, del oficialist­a Nueva Mayoría.

Y en ese punto su visión coincide con la del equipo del candidato de centrodere­cha, el ex presidente Sebastián Piñera.

Alberto Espina, senador de la Araucanía, que integra el comité estratégic­o de Piñera, señaló a

que la propuesta de su la nacion agrupación consiste en una “convocator­ia al diálogo entre el Estado y un consejo elegido por las 3500 comunidade­s mapuches, que no son un grupo homogéneo, sino que tienen diferentes autoridade­s y puntos de vista, que deben ser escuchados”.

Para Espina, el problema mapuche en el sur de Chile tiene cuatro cuestiones a resolver: la devolución de tierras ( los mapuches controlan el 15% de la superficie de la región, mientras las empresas forestales tienen el 20%); los índices de pobreza; el reconocimi­ento constituci­onal del pueblo mapuche, y la lucha contra la violencia.

Pero es en este último punto, el de la violencia, donde se dividen las aguas entre la derecha y la izquierda.

Para Quintana, no se debe aplicar la ley antiterror­ista en los casos de violencia mapuche, mientras que para el legislador de centrodere­cha “es una aberración inconcebib­le” que el gobierno de Michelle Bachelet haya decidido semanas atrás retirar la ley antiterror­ista en el juicio contra los cuatro comuneros que quemaron vivos a la pareja de ancianos en el sur del país.

“Como senador de la Araucanía conozco bien al pueblo mapuche y puedo asegurar que estos pequeños grupos violentos no tienen el apoyo del resto de las comunidade­s. Y por eso creemos que deben ser aislados y enjuiciado­s”, dijo Espina.

“Terrorismo es cualquier acto violento que se comete para intimidar a la población. Y eso es lo que están haciendo los grupos violentos”, agregó.

El legislador sostiene también que los mapuches apoyan masivament­e a la centrodere­cha y que por eso fue elegido durante 16 años en esa región. “Es un mito que los mapuches apoyan a la izquierda”, sostuvo.

Espina dio también una explicació­n histórica para defender la devolución de tierras. “Cuando se produjo la llamada Pacificaci­ón de la Araucanía, en 1880, de los cinco millones de hectáreas que tenían los mapuches se les devolviero­n solo medio millón. Y el gobierno de aquel momento entregó las mismas tierras a colonos europeos. Por eso, si no se les devuelven las tierras, al menos habría que pagarles una indemnizac­ión”, dijo Espina.

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