Claves para perdurar
Con los conciertos y actividades formativas de hoy y mañana culminará una nueva edición del Festival Internacional de Jazz de Buenos Aires. Se trata del número diez, una cifra que sirve para echar la vista atrás y hacer balance. De echo, eso hizo el director del festival, Adrián Iaies, cuando conversó con La NacioN semanas antes del comienzo de este encuentro porteño.
Lo cuantitativo es siempre lo más visible y claro. Hubo 30 actividades en la primera edición y habrá 100 en esta, cuando mañana se presente en la Usina del Arte, Terramondo ( el dúo que integran Jacky Terrasson y Stephane Belmondo) para ponerle el broche al BAJazz de este año.
Pero más allá de las cifras y del crecimiento exponencial de escenarios, la perdurabilidad de un festival estatal responde a otras razones. La primera es la decisión política, por su puesto. El resto es una suma de elementos que van desde el criterio de producción y la manera como se establece como una cita ineludible en el calendario de actividades culturales de una ciudad, hasta la capacidad de sus organizadores para fijar ejes por los cuales el festival se desarrolle sin sobresaltos y la motivación suficiente para que, más allá de esas estructuras, se pueda ejercer cierta innovación. Por último ( aunque en realidad es lo primero), un buen presupuesto.