Disgustado con el manejo de la Armada, Macri siguió de cerca las novedades del caso
Se mantuvo informado a través de Aguad, quien mantiene la tensión con el jefe de la fuerza; admiten mayor pesimismo
Dentro de una extrema cautela, los ánimos fueron cambiando dentro del gobierno de Mauricio Macri a medida que ayer aparecían y se descartaban pistas e indicios sobre la posición del submarino ARA San Juan. Por la noche, cuando se había oficializado la detección de un “ruido”, en absoluta reserva dos fuentes oficiales reconocieron que imperaba un clima pesimista.
Al tiempo que trascendió cierto malestar de la Casa Rosada con el jefe de Estado Mayor de la Armada, Marcelo Srur, luego de una fuerte tensión con el ministro de Defensa, Oscar Aguad.
En medio de la búsqueda del submarino con 44 efectivos a bordo no habrá novedades sobre ese conflicto. Pero el Gobierno no descarta que después de ello Macri disponga el recambio de todos los jefes de las Fuerzas Armadas: el Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina.
Algunos imaginaban que el recambio sería esta semana. Pero el operativo de rescate del ARA San Juan demoró el proceso. Según pudo saber ayer la nacion, Macri fue anteayer al Edificio Libertad, de la Armada, junto a Aguad, para “darle un fuerte respaldo político” al ministro frente a Srur.
Ese enfrentamiento se originó en que el jefe de la Armada demoró 48 horas en informarle al ministro la novedad sobre la pérdida de contacto con el submarino San Juan, el miércoles de la semana última.
Si bien el plazo estaba dentro del protocolo, en Balcarce 50 sospechaban ayer que Srur generó ese vacío como parte de otra pelea con Aguad. El ministro había tomado partido por la Fuerza Aérea en la compra de cinco aviones Super Étendart a Francia. Esos aviones se los disputaba la Marina.
Según confiaron a la nacion fuentes oficiales, ese respaldo a Aguad llevó a Macri a formularle preguntas incisivas a Srur en el informe que dio anteayer en la Sala de Situación de la Armada: “¿Por qué demoró tanto en informar?”; “¿Qué pasa con el hidrógeno?”, o “¿Qué sabe del submarino?”.
En más de una ocasión, Srur debió pedir asistencia a subalternos y al vocero de la Armada, Enrique Balbi, por su condición de submarinista. Los testigos eran los jefes del Estado Mayor Conjunto, general Bari del Valle Sosa; de la Fuerza Aérea, brigadier Víctor Amrein, y del Ejército, general Diego Suñer.
El propio Balbi informó anoche un nuevo indicio de una “anomalía hidroacústica” registrada una semana atrás, tres horas después de la última comunicación. Ese ruido, que no especificó, podría ser clave para determinar la posición de la nave. Informó que se había descartado la pista de una boya sonora triangular roja hallada ayer por la mañana, aunque fuentes militares confiaron anoche que había sido una de las más concretas.
Según pudo saber la nacion de sus voceros, el Presidente siguió de cerca todo el día las novedades del ministro Aguad. “Se va informando de todo en todo momento, pero sin mayor novedad sobre el fondo de la cuestión”, dijo a la nacion un funcionario que reconoció la creciente preocupación presidencial.
La tensión entre Aguad y Srur comenzó la semana última, cuando el jefe de la Armada apostó a mantener la reserva de la pérdida de contacto del San Juan sobre la base de que era un incidente menor, pero la noticia fue publicada en el portal Infobae antes de que lo supiera el ministro.
La sorpresa tomó a Aguad en pleno viaje en Canadá, antes de ser informado por Srur, y debió regresar de urgencia. La interpretación política que hicieron en el Gobierno es que la pulseada por los aviones Super Étendart, en la que Aguad se inclinó por la Fuerza Aérea, había afectado a la Armada y ese episodio fue parte del conflicto.
Según testigos del encuentro entre Macri, Aguad y Srur, el jefe de la Marina no dio ningún indicio del ARA San Juan y su informe no fue satisfactorio. Aguad abrió un sumario interno en la Armada para determinar qué pasó tanto en la desaparición del San Juan como en la falta de comunicación posterior.