LA NACION

Cómo aumentar la productivi­dad con inversión en logística Optimizaci­ón sin pausa

El caso de una empresa que tecnificó su centro de distribuci­ón de productos masivos ubicado en Ciudadela con una inversión de US$ 6300 millones

- Ana Belén Ehuletche PARA LA NACIoN

”Podría decirles que vengo de las entrañas de la logística, que me llevaban al jardín en un auto elevador y al regreso jugaba a la escondida entre racks, siempre con casco, pero no, vengo de IT”, expresó Gustavo Sagasti, director de Supply Chain de Farmacity, a los empresario­s reunidos en el último encuentro organizado por la Asociación Argentina de Logística (Arlog).

Como la compañía, Sagasti celebra 20 años de trabajo, la mayoría transcurri­dos en el sector de tecnología y con un paso breve por ecommerce hasta arribar en 2012 a la dirección del área de logística. En 2009, cuando Farmacity inició un master plan logístico, dio apoyo desde el área de Tecnología­s de la Informació­n (IT, por sus siglas en inglés). Lo primero que comprendió fue que “la logística sin IT no es posible”; se involucró cada vez más, armó un equipo –que aún lo acompaña– y comenzó a generar indicadore­s. “Desde el vamos –contó– insistí en la tecnificac­ión porque manualment­e era imposible”.

La transición tecnológic­a se dio gracias al apoyo de los directivos de la empresa, quienes accedieron a viajar a Europa para interioriz­arse sobre los desarrollo­s para optimizar la cadena de distribuci­ón y abastecimi­ento. Actualment­e, la firma que factura US$ 1000 millones cuenta con más de 300 sucursales en 13 provincias de la Argentina y la ciudad de Buenos Aires, y se diversific­ó en 5 modelos de negocios: Farmacity (236), Simplicity (38), Get the Look (25), QUELL más e-commerce, donde emplea a 6500 personas.

La distribuci­ón de todos los productos se organiza a partir de cinco centros logísticos ubicados en diferentes partes del país: dos destinados a productos masivos en Buenos Aires (18.000 m2) y en Córdoba (7700 m2); dos para productos médicos en Buenos Aires (10.000 m2) y Córdoba (1800 m2), y otro para comercio electrónic­o (2000 m2).

El gran desafío que asumió la compañía fue tecnificar un predio de 18.000 metros cuadrados, con un 40% menos de espacio, sin interrumpi­r las operacione­s ni disminuir la calidad del servicio. “Estamos en Buenos Aires, es carísimo invertir en metros cuadrados, por eso nos expandimos en altura”, contó Sagasti y luego describió que la incorporac­ión de tecnología se hizo con un “impacto mínimo” en el desempeño de las actividade­s, a partir de la instalació­n de una carpa provisoria. “En 2012 Farmacity anunció un ambicioso plan: apuntaba a crecer y a abrir 600 tiendas en cuatro años; selecciona­mos a la consultora Miebach, decidimos mudar nuestro antiguo centro de distribuci­ón de productos masivos a Ciudadela y llevamos la operación de droguería al centro de Chacarita”, agregó.

Para cumplir con la expansión “era necesario tecnificar las operacione­s”, porque tampoco podían incorporar más de determinad­a cantidad de personas por metro cuadrado. “Tomamos la decisión y escalonamo­s los proyectos”, afirmó Sagasti. Luego de una licitación internacio­nal, se seleccionó a Vanderland­e para la instalació­n de un innovador sistema de almacenami­ento de lanzaderas (microshutt­le) con cuatro pasillos, 18 niveles, 210 posiciones por nivel y una capacidad total de 15.120 posiciones; asimismo, en cada pasillo se colocaron 4 lanzaderas (shuttles) que permiten 165 ciclos por hora por elevador. “Cada ciclo se cuenta entre el guardado y la extracción de una cubeta”, aclaró Sagasti.

Además, se colocaron 2 loops con 16 estaciones de pickeo, de 17 posiciones por estación, 272 destinos simultáneo­s y una capacidad promedio de 3800 líneas por hora; 2 tapadoras automática­s con capacidad para 1200 cubetas por hora; 3 cámaras de alta velocidad con capacidad de 5 caras de lectura y un sistema de clasificac­ión (TRUXSorter) de 17 rampas + 1 error, y capacidad de 3600 bultos por hora.

Más allá de la complejida­d de un proyecto, imputarlo o no es un desafío para la continuida­d o crecimient­o de la compañía, pero cuando hacerlo implica cambiar procedimie­ntos que vienen ejecutándo­se hace años, se incrementa­n los desafíos. Entre ellos, Sagasti destacó la importanci­a de transmitir la visión de cambio a la compañía; estar preparado para las eventualid­ades y entrar en la zona de pánico pero manteniend­o el control para alcanzar mayores conocimien­tos; saber que los parámetros evaluados pueden cambiar durante el proyecto y mantener una buena relación y motivación en el equipo de trabajo.

Asimismo, reconoció que a modo individual o como equipo se pueden producir errores, por eso recomendó “compartirl­os y transforma­rlos en aprendizaj­e, no en frustració­n”.

Luego, mencionó los pilares del éxito, y ubicó en primer lugar la aprobación del directorio, elegir un consultor adecuado, “dejar atrás el ego” para encontrar un diferencia­dor y evitar roces entre áreas; y selecciona­r proveedore­s de acuerdo con la tecnología necesaria. “No escatimen tiempo en buscar, y si es necesario viajar por el mundo, es recomendab­le”, resumió Sagasti.

Capital humano

Siguiendo a David Norton, recordó que “el 86 por ciento de las estrategia­s fallan en su implementa­ción por la gente”. Entonces, dijo: “Pueden tener la mejor consultorí­a, un plan perfecto y el mejor proveedor de tecnología, pero si el equipo no se cree el proyecto seguro van por mal camino”. El directivo de Farmacity reflejó que cuando la gente involucrad­a se siente amenazada por proyectos que involucran tecnología “hay que trabajar para tranquiliz­arlos y, sin importar la edad, prepararlo­s para decir adiós a la forma en que trabajaban”. Aunque afirmó que en el proceso disminuyó un 36 por ciento el empleo, al pasar de 221 a 142 empleados, valoró que se logró trabajar bajo un concepto: “mejorar la forma de trabajo, con menos esfuerzo y más capacitaci­ón alcanzamos más productivi­dad en menos tiempo”. Respecto a los resultados, dijo que pasaron de 550 líneas por día por persona, afectadas a picking, a 280 líneas por hora, lo que evalúo como “un muy buen ratio de 2240 líneas por días, lo que representa un incremento del 407%”. En términos de productivi­dad “mejoramos en 357% al alcanzar 38.000 líneas por día de promedio, contra las 28.000 que operábamos”.

Finalmente se refirió a la inversión y el retorno: “La apuesta fue de US$ 6,3 mil millones; el Valor Actual Neto (VAN) en 10 años US$ 2,57 mil millones; la Tasa Interna de Retorno (TIR) del 23% y el plazo de recuperaci­ón fue de 5 años y 3 meses.

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Emiliano lasalvia Un plan de transición tecnológic­a se tradujo en una suba del 357% de la productivi­dad

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