La estrella es el cerebro
El neurocientífico Facundo Manes nos recibe en su escritorio, rodeado de libros hasta el techo. Intenso, entusiasta, nos muestra un video en su notebook. “Esto pasó en la periferia de San Juan, en invierno, tres grados bajo cero. En el estadio había ¡doce mil personas y afuera ocho mil más! ¿Saben cuál era el título de la charla? ‘El valor del conocimiento’. Pasa en todos lados.”
Manes dice que los argentinos están ávidos de conocimiento. Por eso recorre el país, dando conferencias masivas. “Explico que con el conocimiento se reduce la corrupción, la pobreza, la desigualdad, la desnutrición. En la Argentina, de cada diez niños menores de diez años, cuatro están mal nutridos. Entonces, ¿cómo vamos a entrar al mundo del conocimiento si tenemos un 30% de pobres, mal nutridos, y los que van a la escuela reciben una mala educación? La malnutrición afecta al cerebro; la pobreza afecta al cerebro.”
Médico neurólogo recibido en la UBA, que se doctoró en neurociencias cognitivas en Cambridge, Inglaterra, Manes está convencido de que hay que instalar “el paradigma del conocimiento” como política de Estado. Además de su actividad científica, tiene una trayectoria exitosa como emprendedor. regresó al país en plena crisis de 2001 porque sintió que quería aportar desde su especialidad. Convocó a jóvenes recién recibidos para formarlos y ponerlos a investigar. Con su hermano Gastón y su socio, Marcelo Sevransky, crearon Ineco. Comenzó como una cooperativa donde los médicos también financiaban la investigación con un porcentaje de sus honorarios. “Estamos en el núcleo más importante del mundo en nuestra especialidad, los únicos de Hispanoamérica.”
Manes y su equipo también se hicieron cargo del área de neurociencias cognitivas de la Fundación Favaloro. Ahora se unieron al Ministerio de Ciencia y Técnología para crear el primer Centro de Neurociencia Cognitiva Trasnacional. “Pusimos la neurociencia cognitiva argentina en el mapa mundial y no fue una iniciativa estatal, fue una iniciativa privada. Pero hoy nos abrazamos, lo privado y lo público. Nunca vamos a cotizar en la Bolsa, pero cambiamos la cultura. ¿Y qué es un emprendedor sino alguien que cambia la cultura?”