RIVER Y BOCA, UNIDOS EN LA DERROTA POR SEGUNDO FIN DE SEMANA CONSECUTIVO
La gran inquietud es la defensa, la cuarta más goleada del campeonato
Cada gol de Newell’s, que no ganaba como visitante hacía siete partidos y no había marcado en los primeros cuatro de la Superliga, desnudó las falencias muy marcadas de la defensa de River, una zona del equipo que se muestra cada vez más endeble. Con 11 partidos –tiene uno o dos más que el resto de los equipos–, solo en dos mantuvo la valla invicta y es el cuarto más goleado de la Superliga con 16 tantos en contra: solo lo superan Gimnasia (18), Lanús (17) y Temperley (17). Además, entre las tres competencias, le hicieron 14 tantos en los últimos siete juegos.
En el primer gol del rival, todo el sector se desentendió reclamando y, a través de un lateral, Leal aprovechó para ganarle de cabeza a Barboza. En el segundo, Maidana no llegó a cortar un pase entre líneas y Leal se sacó de encima a Montiel, quien le cometió un claro penal desde atrás. Y en el tercero, ya con un desordenado Ponzio de lateral derecho como último hombre, Fértoli se aprovechó de los espacios para marcar tras un largo saque de arco de Pocrnjic.
De los siete jugadores que tiene el técnico Marcelo Gallardo en el plantel para la zona, ninguno está en su mejor momento. En la zaga central, Maidana se muestra lento y expone deficiencias físicas cada vez más notorias, Pinola ayer no jugó ya que “no venía rindiendo como esperaba”, según el DT, y Barboza
no aprovecha las oportunidades. Mientras, en los laterales, Montiel –quizás, el más sólido del último tiempo– y Saracchi anoche sufrieron por demás la marca y el retroceso, Casco no convence y Moreira, quien alterna buenas y malas, está lesionado hace más de un mes y recién volvería el próximo partido.
“Vi un equipo sin respuestas futbolísticas. Estamos cometiendo muchos errores y como soy el principal responsable del funcionamiento del equipo, hay que asumir que cuando el desempeño no es bueno, podés sufrir como sufrimos hoy. Después de nuestro gol, con el que podías camuflar ciertas falencias, nos metemos en problemas solos a través de muchos errores muy puntuales. Y un error llama a otro error y se hace difícil”, destacó Gallardo en conferencia de prensa tras la derrota por 3-1.
“No hay que enmascarar una situación que es real: entramos en un proceso de errores del cual no podemos salir y eso nos hace tener estas lagunas. Cuando el miércoles creíamos haber cortado la racha de negatividad, hoy dimos unpasoparaatrás.Esomepreocupa y me tiene que ocupar, y ahí invito a mi staff y jugadores para enfocarnos en el partido de Gimnasia y, principalmente, en la final que determinará la posibilidad de ganar un título. Debemos trabajar en lo futbolístico y mental. Lo que más me preocupa es que somos un equipo que hace tres semanas que no se puede recuperar. Terminar el año con una alegría dependerá del trabajo que hagamos diariamente”, agregó el técnico.
A la espera del necesario regreso de Martínez Quarta –el 10 de diciembre cumplirá su sanción por doping– y a la expectativa de lo que será un mercado de pases en el que puede llegar a sumar un defensor central, River termina con demasiadas dudas y carencias un semestre que quizá sea el peor del ciclo de Gallardo. Recuperar la solidez perdida cuanto antes será una tarea central porque hoy dejó de ser un equipo confiable y aquel que se lo proponga, sabe que lo puede lastimar.