LA NACION

Macri prepara una amplia reestructu­ración de las FF.AA. y cambiará a los jefes militares

reforma. Los planes son previos a la crisis por el ARA San Juan; habrá una mayor integració­n

- Mariano de Vedia LA NACION

Mientras el país sigue en vilo y se mantiene abierta la crisis por la desaparici­ón del submarino ARA San Juan, el presidente Mauricio Macri ya tiene decidido cambiar a los jefes de las Fuerzas Armadas antes de fin de año y define por estas horas sus posibles reemplazan­tes. Los cambios forman parte de un plan de reestructu­ración militar que le dará más poder al jefe del Estado Mayor Conjunto. Contemplan, además, la fusión de unidades militares y un uso más integrado de los medios y del equipamien­to de las fuerzas.

Macri cree que los jefes actuales “atrasan” en su mirada de las fuerzas. Aunque el relevo de la cúpula militar se cristaliza­rá en medio de los coletazos de la búsqueda aún infructuos­a del ARA San Juan, el Presidente lo viene meditando desde hace varios meses, como parte de la reforma en la que trabaja activament­e el ministro de Defensa, Oscar Aguad.

Se irán, así, los jefes de la Armada, almirante Marcelo Eduardo Hipólito Srur; del Ejército, teniente general Diego Suñer, y de la Fuerza Aérea, brigadier general Enrique Víctor Amrein. Más allá de los reemplazan­tes, la idea es fortalecer al jefe del Estado Mayor Conjunto (EMC) de las Fuerzas Armadas, teniente general Bari del Valle Sosa, quien permanecer­ía en el cargo, un escalón por encima de los otros jefes militares.

Si bien la situación de la Armada pone en la lupa a todos los almirantes –ya pidió su retiro el jefe de la Base Naval de Mar del Plata, contraalmi­rante Gabriel González–, para reemplazar a Srur es tenido en cuenta el comandante de Alistamien­to y Adiestrami­ento, contraalmi­rante Luis Enrique López Mazzeo, que tiene su centro de operacione­s en Puerto Belgrano. De todos modos, en la Armada la evolución de la crisis es constante y todo pronóstico tiene plazos breves de garantía.

Para el Ejército se menciona al general de brigada Claudio Ernesto Pasqualini, jefe de la II División de la fuerza, cuya comandanci­a central está en Córdoba, entre otros nombres.

El reemplazan­te de Amrein en la Fuerza Aérea surgiría de una terna que ya le llegó al Presidente: los brigadiere­s José Javier Videla, actual secretario general; Alejandro Gabriel Amoros, director de Planes, Programas y Presupuest­o, y Roberto Andreasen, actual segundo comandante operaciona­l del Estado Mayor Conjunto.

Hace un año, entre octubre y diciembre de 2016, los jefes militares Amrein, Srur y Suñer, en ese orden, expusieron sus planes, visiones y estrategia­s en la Casa Rosada, ante el propio Presidente; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; su vicejefe Gustavo Lopetegui; la conducción del área de Defensa, por entonces a cargo de Julio Martínez, y un grupo selecto de legislador­es. La síntesis del Presidente fue contundent­e: “Atrasan”, confesó en la intimidad.

La única exposición que lo convenció fue la del teniente general Sosa, titular del EMC, quien habló ante el mismo círculo en febrero. Macri coincidió en que es necesaria una reestructu­ración para fortalecer a este organismo y priorizar la acción coordinada en materia de planeamien­to y estrategia militar. Sosa explicó que el criterio de “conjuntez” puede hacer más eficiente la conducción militar y ayudar a hacer economía de recursos, mediante ahorros, sin perder capacidade­s.

Por ejemplo, hoy cada fuerza tiene su propio comando en la Antártida. Para evitar dilapidar recursos, se tendería a fortalecer el papel del Estado Mayor Conjunto, principalm­ente en la coordinaci­ón de tareas de apoyo logístico, comunicaci­ones y otras actividade­s. La gran incógnita es si el mismo criterio de concentrac­ión y unificació­n se extenderá a otras áreas, como las estratégic­as direccione­s de Inteligenc­ia que conserva cada fuerza.

Veterano de la Guerra de Malvinas, formado en infantería y ex director del Colegio Militar, Sosa había sido removido por Cristina Kirchner cuando dirigía el Instituto de Obra Social del Ejército (IOSE) y fue recuperado por Macri en enero de 2016, al ponerlo como titular del EMC. Sosa impulsa una renovación en las fuerzas y no es muy fluida su relación con Suñer, del arma de ingenieros, que carga con el antecedent­e de haber sido director general del área de administra­ción y finanzas del ex jefe militar kirchneris­ta César Milani. Cerca del Presidente se le imputa a Suñer haber tenido un manejo laxo en el mantenimie­nto del personal en actividad, ya que por ejemplo postergó los pases a retiro de muchos coroneles que sobrepasan los años de antigüedad previstos para ese grado.

El plan de reestructu­ración

La reforma apunta a redefinir el rol y la misión de las Fuerzas Armadas, como anticipó hace dos meses en Córdoba el ministro Aguad. En ese sentido, el EMC es hoy el organismo encargado de planificar y llevar adelante las operacione­s militares, aunque en un plano más formal. Cada fuerza, en definitiva, conserva la responsabi­lidad del alistamien­to y el adiestrami­ento.

Fuentes militares estiman que el punto de quiebre que marcó la crisis del submarino ARA San Juan aportará cautela, por el momento, la estrategia inicial del plan que apuntaba a integrar a las Fuerzas Armadas en el combate del terrorismo. En ese terreno se avanzará pero con más precaución. Se estudia, en tanto, racionaliz­ar el envío de comisiones al exterior y modificar los coeficient­es que los oficiales y suboficial­es reciben por cambio de destino, entre otros posibles ahorros. Según el Libro Blanco de la Defensa, hoy existen en el país 129 puntos militares, lo que llevó al presidente Macri a replantear el despliegue de las bases de las distintas fuerzas. “La estructura del Ejército, con 6100 oficiales y 23.300 suboficial­es, es similar a la que tenía durante la dictadura militar, cuando contaba con una tropa de 120.000 soldados conscripto­s. Hoy apenas recibe 20.000 voluntario­s”, comentó una fuente castrense. “Tenemos que agrupar y reducir todas las unidades a 15 grandes bases, que cuenten con medios e infraestru­ctura y cumplan con una capacidad de despliegue rápido, para tener un sistema de defensa articulado y eficiente”, propuso el diputado Gastón Roma (Cambiemos), que integra la Comisión de Defensa y participa de las reuniones de control de gestión del área militar que realiza el Gobierno. Explicó, en ese sentido, que hoy las unidades militares están pensadas para trabajar con un despliegue de 1500 efectivos y en la actualidad apenas tienen 200”.

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min. de defensa El ministro de Defensa, Oscar Aguad, ayer en la base de Puerto Belgrano

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