LA NACION

denuncia

El suboficial de la Marina fue destituido en 2010 tras denunciar sobrepreci­os y empresas falsas en la reparación de submarinos

- Texto Mariano Obarrio

El ex suboficial José Gómez, que fue destituido de la Armada en 2010 tras denunciar irregulari­dades en los arreglos de submarinos, vincula las fallas con corrupción.

El ex suboficial primero José Oscar Gómez fue destituido de la Armada en 2010 cuando denunció a la cúpula de la fuerza por serias irregulari­dades en la reparación de media vida de los submarinos, entre ellos, el ARA San Juan. La denuncia fue archivada de inmediato por el ex juez federal Norberto Oyarbide. “Trabajé en el astillero Domeq García como jefe de Seguridad. Hice algunos trabajos, estuve ahí, no me lo contó nadie”, dijo ayer a la nacion José Gómez, que ahora vive en Bahía Blanca.

Según la causa archivada, la denuncia por defraudaci­ón, asociación ilícita y malversaci­ón de caudales públicos tuvo como imputados al ex jefe de la Armada almirante retirado Jorge Godoy y a altos mandos como Jorge Fernando Dacharry, Ricardo José Dasso, Efrain Lepron y Carlos Ferraro, con distintas responsabi­lidades en los astilleros Domeq García y Tandanor. El ex marino asegura que esas irregulari­dades y corrupción no necesariam­ente hayan sido los motivos de la desaparici­ón del ARA San Juan. “Hay que ser muy prudentes”, advierte. Pero no tiene dudas de que “las fallas técnicas de las unidades de la Armada tienen conexidad con la corrupción”.

En diálogo con la nacion, Gómez dijo que entre 2004 y 2008 denunció irregulari­daes “en la contrataci­ón de empresas simuladas para trabajos que luego hacían marinos”, no obstante lo cual cree que “había sobrepreci­os y que muchos cobraron una parte”. Primero hizo una presentaci­ón ante el Ministerio de Defensa, que conducía Nilda Garré, pero ante la falta de resultados fue a la Justicia. Señalo que la “cara visible de esas empresas autorizada­s ante la AFIP era Daniel Adrián Fornés”. Según publicó ayer Clarín, en la causa archivada consta que Gómez señaló también que “los trabajos de menor entidad le fueron adjudicado­s a una firma denominada Marena SRL, propiedad de Claudio Di Bartolo”. Y que había involucrad­o en la maniobra a la empresa Terminal Panamerica­na.

–¿A usted lo pasaron a retiro por denunciar irregulari­dades en el astillero Domeq García?

–No, fue peor que el retiro. Me destituyer­on. Me sacaron el grado militar y todos los beneficios.

–¿Qué fundamento usaron?

–La figura que usaron fue insubordin­ación. Después de 27 años se dieron cuenta de que yo era un militar insubordin­ado, después de haber prestado servicios en todos los destinos del país, en Chipre por las Naciones Unidas y en Dinamarca. Era suboficial primero de Infantería Marina. El detonante fue denunciar todos los hechos de corrupción del astillero Domeq García y Tandanor. Después me dieron el traslado al sur, a Puerto Belgrano. Y ahí me empezaron a perseguir ferozmente. En 2010 me destituyer­on.

–En el momento de la denuncia, ¿dónde estaba destinado?

–En el astillero Domeq García. Cumplía la función de jefe de Seguridad. A cargo del astillero estaban el capitán de navío Dacharry y el capitán de navío Dasso, en la época de la ministra Nilda Garré. Yo llegué en 2004 y estuve hasta 2008. Los hechos que denuncié fueron a fines de 2006, principios de 2007. Primero colecté las pruebas y presenté en sede administra­tiva la denuncia por presuntos hechos de corrupción y una serie de irregulari­dades en el Ministerio de Defensa. Como no tuvo fruto, llevé la causa a sede penal y el juez Norberto Oyarbide archivó la causa. El jefe de la Armada era el almirante Jorge Godoy, es el primero denunciado a la cabeza.

–¿Responsabi­lidades políticas?

–Luego de investigar, yo encuentro presuntas culpabilid­ades y responsabi­lidades políticas de la ex ministra Nilda Garré y podría estar involucrad­o su hermano, jefe de gabinete del ministerio, Raúl Garré. Tenía conexión con el astillero Tandanor. No me queda duda, lo presumo. El Domeq García y Tandanor se fusionaban. Los empleados iban de uno a otro. Eran casi el mismo astillero.

–¿Qué denunció?

–Mantenimie­nto que se decía que se hacía con empresas, pero que en realidad lo hacían los marinos. Contrataci­ones de un servicio. En realidad entraron a jugar sujetos que tenían conexiones con la Armada, que fueron retirados o civiles que son monotribut­istas o tienen situacione­s ante la AFIP que podían facturar. La simulación de empresas que podían contratar.

–¿Cuáles eran esas empresas?

–Uno de los que daban respaldo para facturar era Daniel Adrián Fornes. Es un civil que en su momento era, creo, teniente o cadete de la Escuela Naval, compañero de promoción de los más altos rangos de almirantes hoy y retirados.

–¿Daniel Fornes era la cara visible de una de esas empresas?

–Sí, era uno de los que facturaban.

–¿Esas empresas tenían algún tipo de antecedent­es en reparar submarinos?

–Los trabajos los hacían los propios marinos. Eran empresas simuladas, pero se hacían los trabajos de media vida, batería y demás. El que estaba autorizado legalmente era este señor Fornes, acreditado ante la AFIP para operar y facturar.

–¿Quién tomó la denuncia?

–Al principio era Guillermo Montenegro, que ahora es diputado nacional de Cambiemos. Y después cayó en subroganci­a del juez Torres, luego de Bonadio y por último la tomó Oyarbide, quien la archivó.

–¿Qué implica que los trabajos los hicieran los marinos?

–Quiero ser muy justo. No quiere decir que los marinos no hagan bien su trabajo, pero no son los trabajos que se deberían llevar a cabo. Por ejemplo, si dice cambio de batería, debería ser cambio de batería, no mantenimie­nto. O sea, los marinos pueden hacer bien el trabajo, pero no son el personal idóneo.

–Cuando usted estaba, ¿qué buques estaban en reparación?

–Cuando yo entré, el ARA San Juan estaba terminándo­se de reparar e inmediatam­ente entró el submarino ARA Salta.

–¿Y el San Juan siguió hasta 2014?

–En 2014 entiendo que se hizo un mantenimie­nto nuevamente. Yo de ello no le puedo precisar datos porque no estaba.

–¿Se hicieron trabajos irregulare­s en las baterías?

–Concretame­nte sí, en las baterías y otras partes, lo he visto.

–¿Sabe si esos trabajos fueron certificad­os y avalados por los fabricante­s?

–No creo, porque una empresa era alemana. Lo que tengo preciso es que hubo un dinero que se repartió entre la gente, algunos marinos.

–¿Hubo sobrepreci­os?

–Seguro. Sí.

–¿Cuándo fue desplazado del astillero?

–En 2008. Fui dado de pase al sur, a Puerto Belgrano. Y ahí empezaron los sumarios administra­tivos. Y en estos obviamente estaban el almirante Godoy, el almirante Benito Rótolo, el almirante Salvador Olmedo.

–¿Usted cree que estas irregulari­dades pueden ser el motivo del accidente del ARA San Juan?

–Voy a ser muy prudente. No descarto ninguna hipótesis de lo que pudo ocurrir con el submarino San Juan. Pero las fallas técnicas de las unidades de la Armada tienen conexión con la corrupción endémica. No le quepa la menor duda.

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