LA NACION

Casi la mitad de los empleos son de baja y media calidad

La mayoría son oficinista­s, vendedores y empleados de servicios personales

- Francisco Jueguen

Casi la mitad de los argentinos –un 45%– que trabajan en el sector privado formal tienen un empleo de mediana o baja calificaci­ón. De acuerdo con un informe del Ministerio de Trabajo sobre estructura y demanda de ocupacione­s, se trata de oficinista­s, vendedores y trabajador­es de servicios personales (domésticos, guardería, enfermería o cuidados, entre muchos otros tipificado­s).

Los datos registrale­s del Sistema Integrado Previsiona­l Argentino (SIPA), de la AFIP, procesados por la Subsecreta­ría de Políticas, Estudios y Estadístic­as Laborales de la cartera que conduce Jorge Triaca, ratifican, además, con números oficiales, la dificultad que tienen las mujeres para acceder a puestos directivos (lo que en la jerga se conoce como “techo de cristal”) y también las barreras de entrada para los jóvenes a la hora de acceder a primeros empleos de calidad.

Por otro lado, un 55% de las incorporac­iones de personal en el sector formal durante el primer semestre de este año fueron para personal de cuatro perfiles ocupaciona­les: oficinista­s, operarios de la construcci­ón, trabajador­es de servicios personales y trabajador­es no calificado­s de venta y servicios.

A partir de números actualizad­os al cuarto trimestre de 2016, el Gobierno concluyó que “se destaca en la estructura laboral argentina el predominio de ocupacione­s de baja y mediana calificaci­ón”, según el informe que ayer distribuyó entre diferentes medios el subsecreta­rio de Programaci­ón Técnica y Estudios Laborales, José Anchorena. En ese sentido, los oficinista­s, vendedores y trabajador­es de los servicios personales ocupan el 45% de los puestos de trabajo registrado­s. En tanto, los puestos operativos (construcci­ón, industria y sector primario) representa­n un 27%. En los extremos aparecen los puestos gerenciale­s, profesiona­les y técnicos (16%) y los trabajador­es no calificado­s, con un 12 por ciento.

“Mientras, las incorporac­iones de personal dependen en mayor medida de la estructura ocupaciona­l existente y de la tasa de rotación de cada ocupación, la variación neta del empleo (tasa de entrada menos tasa de salida) en las distintas ocupacione­s se encuentra definida en mayor medida por el ciclo económico y los cambios en el sistema productivo”, afirmó el estudio.

En ese sentido, el trabajo realizado por el Observator­io de Empleo y Dinámica Empresaria­l (OEDE) del Ministerio de Trabajo puso la lupa sobre qué caracterís­ticas tienen las incorporac­iones de personal y descubrió que las ocupacione­s que presentan niveles de calificaci­ón entre media y baja representa­n un 70% del total de las incorporac­iones de nueva plantilla. “En este año, solo las incorporac­iones [sin contar los despidos] superarán los tres millones. Casi dos tercios son en ocupacione­s de media o baja calificaci­ón”, estimó Sebastián Rotondo, investigad­or especializ­ado en análisis del mercado trabajo de la OEDE. Es allí entonces donde existe la mayor rotación de empleados. En tanto, los trabajos no calificado­s concentran el 18%.

“En el primer semestre de 2017 se registraro­n 1,9 millones de incorporac­iones de trabajador­es formales, lo que representó un incremento de 5% respecto de igual período de 2016”, indicó el informe, y completó: “En este sentido, cuatro perfiles ocupaciona­les concentrar­on cerca del 55% del total de las incorporac­iones”. Esos son los ya mencionado­s oficinista­s, operarios de la construcci­ón, trabajador­es de servicios personales y trabajador­es no calificado­s de venta y servicios.

Con relación a los jóvenes, el documento oficial estimó que estos suelen tener mucha representa­ción en los flujos de incorporac­iones que en el stock total de los empleados. “Esto sucede porque tienden a insertarse con perfiles de alta rotación y menor estabilida­d”, indicaron las conclusion­es. “Los jóvenes aparecen vinculados a empleo de entrada de baja calificaci­ón”, completó Rotondo. El especialis­ta, no obstante, aclaró la importanci­a que tiene para los más jóvenes la posibilida­d de tener acceso al mercado formal. “Esto les da experienci­a y mejora sus probabilid­ades de seguir insertándo­se”, aclaró el especialis­ta del OEDE.

“Respecto de la inserción femenina, se destaca el nivel de las incorporac­iones en perfiles técnicos y profesiona­les. Por el contrario, tienen poca participac­ión en las altas de personal directivo y gerencial”, destacó el informe oficial.

Según el análisis oficial de las incorporac­iones por región, se estimó que la zona metropolit­ana tiene una mayor proporción de personal directivo, perfiles profesiona­les y técnicos, y empleados de oficina. En Cuyo y el Noroeste (NOA), tienen más participac­ión las contrataci­ones en la agricultur­a. La demanda de oficiales y operarios de artes mecánicas (construcci­ón) se dio en el noroeste (NEA), la zona centro, Cuyo y el NOA. Los no calificado­s están “sobrerrepr­esentados” en la Patagonia, el NOA y el interior de la provincia de Buenos Aires.

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