Ri Chun-hee, la eterna presentadora del régimen
La mujer, de 73 años, es la encargada de anunciar las pruebas nucleares y misilísticas, como la de anteayer
PEKÍN.– Kim Jong-un volvió a recurrir a uno de sus activos más valiosos y fiables del último medio siglo para anunciar el lanzamiento de su último misil balístico, capaz de atacar en Estados Unidos: Ri Chunhee, una septuagenaria rechoncha y bajita con su eterna permanente y ataviada con un choson chogori (vestido tradicional) rosa.
No fue su primera cita con la Historia y es improbable que sea la última. Las apariciones de Ri servirían para estudiar lo ocurrido durante tres generaciones de la dinastía Kim. De inauguraciones de fábricas a cumbres del Partido de los Trabajadores y las muertes de los líderes. Sólo esa contemporánea corte de los milagros podría encomendar a una anciana las amenazas de destrucción a Estados Unidos, Corea del Sur o Japón con el rictus severo de los antiguos maestros.
La “presentadora del pueblo” se distingue por su variedad melodramática. Ríe, solloza y gesticula, endulza su voz si habla de una visita de Kim a un orfanato y la endurece para referirse a los enemigos imperialistas. Su versatilidad le permite bascular de un registro a otro en el mismo monólogo. Importa poco que sus sentimientos sean fingidos o reales: los norcoreanos se la creen y su fidelidad está asegurada por la ausencia de otros canales.
Ri nació hace 73 años en la provincia de Gangwon, en una familia pobre, durante la dolorosa ocupación japonesa. Estudió en la Universidad de Teatro y Cine de Pyongyang, donde aprendió esa dramatización característica. El partido la enroló en 1971 en la Televisión Central de Corea del Norte y, aunque pretendía funciones de escritura, fue colocada frente a las cámaras. Rápidamente se convirtió en la presentadora estrella y en 1974 protagonizó la primera emisión en color.
la publicación Chosun que fue elegida y guiada “con ternura y fe” por Kim Il-sung, fundador del país y abuelo del actual dictador. La presentadora y su familia también fueron cercanos a Kim Jong-il, segundo eslabón dinástico. No son muchos los que sobrevivieron casi medio siglo en primera línea de un país con purgas febriles. El actual tirano arrasó por completo el equipo de confianza heredado de su padre, incluido su tío y mentor.
Ri vio a muchos de sus colegas y superiores despedidos o enviados a campos de reeducación. Una ausencia de casi dos meses nunca explicada estimuló la rumorología en 2011. Reapareció para comunicar la muerte de Kim Jong-il, al igual que en 1994 había comunicado la de Kim Il-sung. Las imágenes comparadas certifican que al país se le paró el reloj. Casi dos décadas separan los mismos vestidos negros, las mismas inflexiones y videos con el dolor histérico popular.
Ri está jubilada oficialmente desde 2012, pero el régimen la sigue llamando para aliñar sus éxitos más rutilantes. Vive en la capital con su marido, hijos y nietos, dedicada a formar a las nuevas presentadoras. El secreto de su inmarchitable éxito, explicó, reside en hablar con delicadeza en lugar de gritar.