LA NACION

Maduro apretó tuercas y anunció que irá por la reelección

Destituyó a Rafael Ramírez, el ex todopodero­so presidente de la petrolera estatal y actual embajador en la ONU

- Daniel Lozano pARA LA NACION

CARACAS.– El gobierno bolivarian­o quiere poner fin a la batalla abierta dentro del oficialism­o con dos movimiento­s trascenden­tales en vísperas del inicio en Santo Domingo de la nueva ronda de negociacio­nes entre el chavismo y la oposición. La destitució­n de Rafael Ramírez como embajador en las Naciones Unidas, sin corroborar oficialmen­te, y la confirmaci­ón de que Nicolás Maduro irá por la reelección presidenci­al el año que viene intentan calmar las turbulenci­as internas cuando el principal enemigo, la Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD), vive sus peores horas políticas.

“Es una gran contraofen­siva ante el golpismo, la violencia terrorista, la guerra económica, la persecució­n financiera y las sanciones de Trump. En 2018 vamos a una gran victoria revolucion­aria y vamos a tener, Dios mediante, el pueblo mediante, la reelección de nuestro hermano Nicolás Maduro como presidente”, adelantó el vicepresid­ente Tareck El Aissami durante un acto electoral.

La candidatur­a del “hijo de Chávez” estaba cantada; él mismo lo había insinuado en diversas ocasiones pese al desmoronam­iento económico y social que sufre Venezuela. El escenario electoral actual lo convierte en el gran favorito para 2018, pese a que su popularida­d ha fluctuado entre el 17% y el 23%.

Con la MUD dinamitada y dividida entre domesticad­os, radicales y los que buscan mejorar las condicione­s electorale­s, el principal problema político se vive en las propias filas revolucion­arias. Ramírez es un peso pesado del chavismo, ex vicepresid­ente, antiguo zar económico y uno de los cuatro líderes bolivarian­os que pactaron a fines de 2012 en La Habana cómo sería la sucesión de Hugo Chávez, tras decidir es- te que Maduro era su elegido. Incluso figuró en la ruleta presidenci­al, representa­ndo al sector más pragmático de los bolivarian­os.

El estrecho colaborado­r de Chávez desde su llegada al poder negó a varios medios que estuviera destituido, pero desde Caracas se da por seguro su cese. Todo consiste en buscar el momento más adecuado, ya que el embajador perdería su inmunidad y tendría sólo 72 horas para abandonar Nueva York. En las filas más radicales temen que esté negociando con Estados Unidos su inmunidad a cambio de informació­n. Su número dos en Nueva York es María Gabriela Chávez, la hija del líder bolivarian­o a la que algunos dentro del poder han querido ver elevada a la presidenci­a por su parecido con Chávez.

La caída de Ramírez se vincula con la corrupción que rodea a petróleos de Venezuela (pdvsa), que presidió, al igual que el Ministerio de petróleo y Energía. De hecho, el embajador fue el encargado de convertir la petrolera del Estado en el brazo financiero “rojo rojito” de la revolución por encargo del propio comandante supremo.

El chavismo ha aprovechad­o que se celebran los 15 años del fracaso del llamado paro petrolero para vincular la corrupción en la estatal, en Citgo (filial en EE.UU.) y en la Faja del Orinoco, que ya ha provocado medio centenar de detencione­s, con una nueva conspiraci­ón. Al frente de pdvsa se han situado los militares desde el domingo.

Además de las diferencia­s ideológica­s, la sombra de la corrupción persigue a Ramírez y a su entorno familiar. El parlamento lo acusa de apropiarse indebidame­nte de 11.000 millones de dólares. Denuncias parecidas afectan, sin embargo, a gran parte de la cúpula revolucion­aria.

El conflicto entre el oficialism­o y Ramírez alcanzó un punto sin retorno la semana pasada, cuando el ex vicepresid­ente publicó un polémico artículo titulado “La tormenta” para denunciar a los conspirado­res económicos cercanos al palacio de Miraflores, los mismos que en 2014 le impidieron ejecutar un plan para estabiliza­r la tasa de cambio impuesta por Chávez e impulsar la producción local.

“Quien me ataque a mí debe pensar un poquito, sólo un poco, porque Chávez me tuvo 12 años a su lado. pero además, cuando estaba muriendo, sólo llamó a cuatro y yo estaba allí. Así que ningún advenedizo puede venirme con cuentos a mí. ¡Viva Chávez! ¡Venceremos!”, se defendió Ramírez sin fortuna. Días después, Maduro lo condenó públicamen­te al asegurar que “quien cae en la lengua de Iris Varela [ex ministra radical] se seca; el que traiciona a la revolución se seca”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina