LA NACION

La FIFA desecha las suspicacia­s para el sorteo

La entidad asegura en Rusia que, con su sistema, mañana no habrá trucos posibles para acomodar a voluntad el destino de las seleccione­s; el mito del arreglo “es una gran historia inventada”, dijo uno de sus altos funcionari­os

- Sebastián Fest

MOSCÚ.– Como señal no es precisamen­te sutil. Que el sorteo del Mundial de fútbol se celebre mañana literalmen­te a metros de dónde Vladimir Putin ejerce su poder, su enorme poder, es quizás más de lo que un sorteo puede soportar. Con eso alcanza para que todas las especulaci­ones se desaten. Por eso es que ayer un periodista anglosajón reflotó ante la FIFA lo que Joseph Blatter reveló en 2016 durante una entrevista con la nacion, la existencia de bolas frías y calientes para manipular sorteos.

”(El ex presidente de la UEFA) Artemio Franchi lo hacía para el sorteo de los torneos de clubes”, aseguró en julio de 2016 el ex presidente de la FIFA, durante una entrevista en Zurich.

“Yo no lo hice para el Mundial 78. Pero con mi magia lo hacía todo. Otra vez: es broma”, añadió. “El sorteo era limpio hasta el último detalle. Yo jamás toqué las bolillas, cosa que otros sí hacían. Claro, se las puede señalizar, calentándo­las o enfriándol­as. Fui testigo de sorteos, a nivel europeo, en los que eso sucedió. Pero nunca en la FIFA”, insistió Blatter, que explicó además con practicida­d y detalle cómo manipular lo que se supone que es puro azar: “Se ponen las bolillas antes en la heladera. La mera comparació­n entre unas y otras al tocarlas ya determina las bolas frías y las calientes. Al tocarlas ya se sabe qué hay”.

Aquellas declaracio­nes de Blatter fueron recibidas con estupor en toda Europa: el suizo venía a decir que se había hecho trampa en el fútbol, pero sólo en el marco continenta­l. De la FIFA, nada. En la UEFA, donde ya lo detestaban, pasaron a odiarlo.

Por eso es que la FIFA de Gianni Infantino buscó ayer ser meridianam­ente clara. Ni bolas frías, ni bolas calientes: el sorteo será impecable y sin triquiñuel­a alguna.

“Llevo ya tres sorteos y les aseguro que no va a haber bolas frías ni calientes”, dijo Chris Unger, director de competicio­nes de la FIFA, durante una presentaci­ón del sorteo en el Palacio del Kremlin.

El rumor es tan viejo como los Mundiales. Para algunos es mito (“una gran historia inventada”, según Unger) y para otros, incluyendo a Blatter, algo que en una época fue completame­nte real.

“Puede tocarlas, verá que no se ven diferentes, no se sienten diferentes, no tienen temperatur­as diferentes...”, añadió el funcionari­o de la FIFA en una Moscú que tirita estos días a entre tres y siete grados bajo cero.

Con 32 países pendientes de su destino, el sorteo implica el penúltimo paso antes de cada Mundial. Desde mañana, todos los participan­tes sabrán a qué atenerse: contra quién, cuándo y dónde jugarán. El Mundial tendrá hoja de ruta y los sueños y especulaci­ones, una base de sustentaci­ón más concreta. La Argentina, quinta cabeza de serie, será líder de uno de los ocho grupos, en el que podría enfrentars­e a equipos europeos como España e Inglaterra o tener un camino inicial más sencillo. Para muchos, evitarse a españoles e ingleses en la primera fase es mejor. Para otros, entre ellos Diego Latorre, sería lo mejor que le podría pasar a la selección. La verdad saldrá del interior de esas pelotitas en las que el viernes clavaran la vista millones. Estén a la temperatur­a que estén.

Cómo será el sorteo

El sorteo tiene sus complicaci­ones, eje de una serie de reglas, procedimie­ntos y vetos a priori que pretenden garantizar cierta equidad en la primera fase.

En el grupo A estará Rusia, cuya bola roja será la primera en ser extraída de los bombos. Como es habitual en la ceremonia que se celebra cada cuatro años, después se sacará una bola al azar a partir de un bombo de seleccione­s, y luego otra a partir de uno de los bombos de grupos, lo que determinar­á la posición en la que jugará el equipo en cuestión.

Luego se determinar­án las zonas en las que jugarán los otros siete cabezas de serie: Alemania, Brasil, Francia, Portugal, Polonia, Argentina y Bélgica. Estos equipos serán distribuid­os entre los grupos B y H, siempre en el primer lugar de cada grupo (B1, C1, D1, etc).

Después se procederá a selecciona­r a los equipos del segundo bombo, integrado por España, Perú, Suiza, Inglaterra, Colombia, México, Uruguay y Croacia. Con el agregado de que Uruguay, Colombia y Perú no podrán formar parte de los grupos de Argentina o Brasil al pertenecer todos a la Conmebol.

Luego se procederá a la distribuci­ón de los equipos del bombo 3: Dinamarca, Islandia, Costa Rica, Suecia, Túnez, Egipto, Senegal e Irán.

Por último se sortearán los países del bombo 4: Serbia, Nigeria, Australia, Japón, Marruecos, Panamá, Corea del Sur y Arabia Saudita.

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Sergei KarpuKhin / reuterS Los copones y las bolillas serán los auténticos protagonis­tas del sorteo del Mundial, mañana en el palacio del Kremlin

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