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Esta noche se estrena la quinta temporada de “el otro Game of Thrones,” pero sin su estrella Ragnar Lothbrok

Esta noche se estrena la quinta temporada de “el otro Game of Thrones”

- Paula Soler LA NACION

Ragnar Lothbrok ha muerto. Ese granjero guerrero, de mirada lunática y decisiones tan piadosas como sangrienta­s, sació su sed de conquista y se transformó en rey al final de un largo camino en Vikings. Sobre esa figura hechicera, interpreta­da por Travis Fimmel, descansaba la trama de una serie con muchos seguidores en el mundo y que compite en presupuest­o, buenos guiones, intrigas palaciegas y grandes batallas épicas a la exitosa Game of Thrones. Si bien se inspira en hechos y relatos históricos, su creador Michael Hirst le echó mano a la fórmula de la serie de HBO: luchas de poder, traiciones, sangre, sexo, leyendas y deidades varias. Y claro, la suma ahora incluye un factor de riesgo que ya funcionó a las maravillas en la ficción de George R. R. Martin: matar a su estrella.

Es por eso que una de las incógnitas es cómo se sostendrá ese atractivo en esta quinta temporada, ya sin Ragnar. El misterio empezará a develarse esta noche, a las 22, con un capítulo doble en Fox Premium Series. Se sabe que serán los hijos de Ragnar los que se volverán el centro de la historia junto a personajes ya establecid­os como Lagherta (Katheryn Winnick), Björn (Alexander Ludwig) y Floki (Gustaf Skarsgard). A ellos se les sumará el obispo Heahmund, interpreta­do por Jonathan Rhys Meyers (quien ya trabajó con Hirst en Los Tudor).

“Sabía que matar a Ragnar era riesgoso, pero no me preocupé –afirmó Hirst en una entrevista con Variety, a sabiendas de que cierto rigor histórico demandaba esa decisión–. Cada uno de sus hijos tiene alguna caracterís­tica suya, para bien y para mal. Es un poco como los Beatles: eran cuatro que en cierto modo eran uno. Ahora intercambi­arán lealtades, el Gran Ejército se está desmoronan­do y todos luchan contra todos”, detalló.

Rhys Meyers es el elegido de Hirst para suplir el espíritu explosivo e inquietant­e de Ragnar. “Johnny era la única persona en la que pensamos para el papel porque lo conocemos bien (…) Es un actor peligroso, incluso hasta como persona. Es un jugador impredecib­le y eso es lo que necesitába­mos”, explicó.

Así, el obispo Heahmund abraza de manera cuestionab­le la religión, es un gran guerrero y tiene su asidero en la historia pues se lo conside- ra un precursor de los Templarios. Con esas caracterís­ticas, este religioso junto al rey Aethelwulf (Moe Dunford), tratará de repeler a los invasores nórdicos.

En la quinta temporada de la ficción, que retrata el comienzo de la crisis de lo que se llamó la era vikinga, Ivar el deshuesado (Alex Hogh Andersen) toma prepondera­ncia. Es un personaje sanguinari­o, que a pesar de su discapacid­ad (no tiene huesos en sus piernas) tratará de demostrar que puede ser el líder del Gran Ejército pagano.

Lagertha seguirá ilustrando la prepondera­ncia de la mujer en la cultura vikinga, en la que su lugar estaba en las antípodas del mundo cristiano. Ya como reina de Kattegat, tratará de mantener su poder y enfrentará la profecía que indicaba que un hijo de Ragnar será su verdugo. No obstante, hay indicios de que su personaje será el que hilvane la saga completa, algo así como la madre de dragones de Emilia Clarke en Game of Thrones.

“Quiero saber cómo va a lidiar con el próximo problema. No quiero matarla arbitraria­mente –dijo Hirst–. La necesito cerca. Desde Elizabeth [su anterior producción] en adelante me interesan los personajes femeninos. Hice mi doctorado sobre Henry James y a él le encantaba escribir sobre mujeres”. Winnick debutará como directora en un episodio de la sexta temporada.

Por su parte, Björn irá a explorar el Mediterrán­eo. Para ello, la producción se alejó de Irlanda y eligió como nueva locación Marruecos, que sirve para representa­r los desiertos de la vecina Túnez. Floki, el creador de los barcos vikingos, luego de sufrir la pérdida de su familia y ya cansado de la batalla entre cristianos y paganos, opta por el ostracismo en Islandia. Rollo, hermano de Ragnar, casado con la princesa de Francia, comenzará a debatirse entre su nueva vida y sus raíces vikingas.

La contraposi­ción de creencias –la fe católica, la hechicería y la mitología nórdica– seguirá en juego trazando curiosas alegorías. Si bien la serie se basa en hechos históricos, Hirst utiliza esas diferentes creencias para sumarle al relato una justa porción de fantasía. Desde hoy, se verá si la fórmula de Vikings logra alcanzar la suerte de la de los dragones.

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La ficción de Michael Hirst no tendrá ya a Ragnar; la historia seguirá con sus hijos

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