Un show que propone un puente de arte distinto
Gustavo Garzón es uno de los organizadores de Todos podemos
mientras las sombras del atardecer ganan la partida sobre el barrio de núñez, Gustavo Garzón se apresta a conversar sobre una experiencia que lo tiene entusiasmado. Algo nuevo en su carrera que vincula su pasión por el teatro y su compromiso en favor de la inclusión social. Pasado mañana, con motivo de la conmemoración del día internacional de la discapacidad, la escuela de teatro que el actor codirige con Virginia Lombardo, junto con la Fundación movimiento expresivo, a cargo de belén Gómez Ortiz, presentará en el multiteatro el espectáculo Todos
podemos, a las 15, que contará con la participación de varios grupos integrados por artistas con algún tipo de discapacidad física o intelectual. Pero, además, su entusiasmo se multiplica porque sus propios hijos, los mellizos Juan y mariano, estarán sobre el escenario mostrando su arte y dando forma a una gran fiesta del teatro para celebrar el poder del hacer sin limitaciones.
Los mellizos, con síndrome de down, tienen 30 años y han heredado la vocación de sus padres (Garzón y Alicia Zanca). ellos, junto a otros compañeros que también asisten a la misma escuela, formaron La banda Alegría, una de las agrupaciones que pasado mañana actuarán en plena avenida corrientes, de modo de profesionalizar la labor artística del grupo. “cuando mis hijos bailaban y cantaban era cuando los veía más expansivos, potentes y felices. busqué durante mucho tiempo una escuela de arte que los contuviera y potenciara, pero no encontré lo que anhelaba. entonces me propuse hacerlo yo. convocamos a belén cervantes, que estudió con la bailarina maría Fux y maneja las técnicas de la danzaterapia, y nos lanzamos en la escuela a tener esta vertiente inclusiva”.
Pocos días antes del estreno, la casa de los Garzón es un torbellino. Los mellizos van y vienen cumpliendo con sus actividades educativas y sociales, y Gustavo resuelve todo lo concerniente a la organización del gran evento, que cuenta con el desinteresado apoyo del empresario carlos rottemberg, quien cedió una de sus salas sin cobrar su porcentaje de alquiler. es decir que toda la recaudación, a partir de la venta de bonos a un valor de 100 pesos, se repartirá entre los artistas participantes. “es la primera vez que me involucro en la organización de un evento tan grande. estoy feliz”, explica Garzón. Uno de los objetivos de Todos podemos es que los protagonistas puedan tener un contacto directo con el público. inclusión y valoración. “A ellos les gusta el escenario, entonces me interesa que se los vea en una sala grande. será importante para la gente enterarse de lo que pueden hacer. muchas veces se ignora ese potencial”, señala Garzón.