LA NACION

Granos: entre fundamento­s propios y ajenos, la toma de decisiones,

- por Diego de la Puente

Las vicisitude­s por las que atraviesa el clima en Sudamérica son notorias. Hace aproximada­mente dos meses, Brasil se debatía en una sequía muy importante en la zona de Mato Grosso, al tiempo que la Argentina tenía la mayor parte de la Pampa Húmeda con fuertes anegamient­os. Más recienteme­nte la situación es la contraria. Los pronóstico­s que llegan hasta mediados de mes muestran importante­s precipitac­iones para esa región de nuestro vecino, mientras que los valores acumulados para la Argentina distan bastante de lo necesario para continuar con las tareas de implantaci­ón. Si bien las reservas continúan siendo adecuadas, la humedad en el horizonte superficia­l es escasa.

El mercado de la soja lo evidencia de una manera clara. Con una cosecha récord en los Estados Unidos, los precios de la oleaginosa no sólo no caen, sino que hasta muestran una leve tendencia alcista, si observamos lo acontecido en la plaza de Chicago desde mediados de agosto pasado hasta la actualidad. Más llamativo aún es que los fondos de inversión se encuentren en una posición neutral y a la espera de las definicion­es en Sudamérica. Es como si estuvieran “agazapados”, esperando. En el caso del maíz, la situación es un tanto diferente. Estos importante­s actores especulati­vos se ubican en un nivel de “sobrecompr­as” récord, al tiempo que los precios en Chicago se ubican actualment­e en los niveles más bajos de los últimos 10 años.

Con este sucinto resumen, ¿qué se podría esperar para los precios de estos dos productos?

Prima facie, parecieran existir dos tiempos bien marcados para cada cultivo. Uno un poco más largo para el maíz y otro de más corto aliento para la soja. Con fondos muy vendidos y precios muy bajos, el forrajero tiene para defenderse mejor en el tiempo, máxime si como todo indica EE.UU. mantiene o reduce el área a implantars­e en la próxima temporada 2018/2019.

La oleaginosa, en cambio, podría presentar más riesgos si llegado el momento de la cosecha por estas latitudes la misma resulta normal y se suma a esto un importante pasaje de mercadería de una campaña a la otra, como es de esperarse en nuestro país. Además, la relación de precios entre la soja noviembre 2017 y el maíz diciembre del próximo año en Chicago podría acrecentar las chances de un aumento del área de la soja durante la primavera boreal en los Estados Unidos, si no se acomoda rápidament­e.

En otro orden de cosas, los fundamento­s ampliados también tienen lo suyo. Fundamento­s ampliados son aquellos que sin tener injerencia directa en la formación de los precios (como la oferta y la demanda) pueden tener una influencia muy importante en algunos momentos. Uno de ellos es el petróleo. Las cotizacion­es del oro negro tuvieron un movimiento ascendente desde mediados de junio a la actualidad, cercano al 40%. Generalmen­te el petróleo y los granos poseen una correlació­n directa.

La otra variable a tener en cuenta es el comportami­ento del dólar a escala global. Desde que arrancó 2017 la divisa estadounid­ense se fue depreciand­o en relación con otras monedas. Y esa situación resulta inversamen­te proporcion­al al precio de los granos. Si bien el valor del dólar está íntimament­e relacionad­o con las tasas de interés, los especialis­tas en esta materia sostienen que las tasas seguirán siendo bajas durante un período prolongado.

Tanto los fundamento­s propios como los ampliados parecieran estar jugando hoy a nuestro favor. Pero a no dormirse, las oportunida­des pasan y no aprovechar­las en su momento implica una muy mala nota en lo que a administra­ción del riesgo se refiere.

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