Submarino: el Gobierno postergó los homenajes
Los parientes de los tripulantes del submarino pidieron volver a reunirse con Macri; insisten en continuar con el operativo de rescate que la Armada dio por terminado
MAR DEL PLATA.– La columna avanzó con banderas argentinas, pancartas con fotos de marinos y un reclamo a viva voz: “Búsqueda y rescate”. Los familiares de la dotación del ARA San Juan partieron desde la Base Naval y llegaron una hora y media después al microcentro con dos pedidos concretos: que el presidente Mauricio Macri les dé respuestas directas y que se sigan disponiendo medios para encontrar a los 44 tripulantes del submarino.
Más de seis kilómetros recorrió el grupo compuesto de medio centenar de personas, encabezado por madres y esposas que se dicen todavía con fe y esperanza “intactas” a pesar de estos 19 días transcurridos desde que se tuvo el último contacto de radio con el buque.
Los competidores del triatlón Ironman debieron esquivar la columna cuando se cruzaron en las calles del paseo costanero.
Marcela Moyano, esposa del tripulante Hernán Rodríguez, explicó que la movilización de ayer se organizó “por búsqueda y rescate porque, como decimos desde un principio, si ellos se los llevaron, ellos los tienen que traer”, dijo en referencia a las autoridades nacionales.
Además hicieron hincapié en un pedido puntual a Mauricio Macri, que ya las visitó el pasado 20 y al que ahora vuelven a esperar para que, en persona, les dé más explicaciones y apoyo. “El señor Presidente tiene que escuchar y ver el dolor que tenemos los familiares, y debe venir para acá”, acotó. También destacaron que siguen a la espera del mensaje que Macri iba a hacer público durante este fin de semana (ver aparte), según se había anunciado a través de los medios.
El malestar con el gobierno nacional viene creciendo desde el viernes, cuando trascendió que se decretaría un duelo nacional al dar por cerrado el protocolo de búsqueda de sobrevivientes, que se mantuvo durante más de diez días. De ninguna manera están dispuestos a aceptarlo cuando ni siquiera se pudo ubicar el buque. “Mientras tanto hay esperanza de vida”, insisten.
La columna de familiares partió desde la Base Naval y llegó hasta la catedral, donde un sacerdote los acompañó desde las escalinatas de acceso con una oración para pe- dir por los 44 tripulantes. Un gran esfuerzo que realizaron incluso padres de edad avanzada. Dijeron que era una manifestación “de dolor y para que la gente ayude” y los acompañe en esta causa.
En ese recorrido, que fue seguido por un pequeño grupo de gente que a pesar del frío y el viento se acercó para adherir al reclamo, recogieron aplausos y gestos de apoyo de vecinos. “Argentina, Argentina”, cantaron los familiares, y recogieron un baño de solidaridad al paso, desde las veredas y los balcones de edificios de cara al mar.
Desde Playa chica hacia el centro, la manifestación quedó dentro del circuito previsto para el Ironman, cuyos organizadores y participantes se mostraron sorprendidos.
“Yo estoy de vacaciones y me vine del hotel para acompañar porque son 44 vidas en juego, son 44 héroes”, dijo un joven que participaba de la marcha cuando alguien que se presentó como coordinador del Ironman intentó convencerlos de que cambiaran el rumbo. El enviado no supo qué contestar y se fue.
En la zona del casino central, donde más público había, sumaron más aplausos y también más riesgo para los ciclistas, que debieron aminorar la marcha, eludir gente y evitar chocarse con otros competidores que venían de frente. cuando la columna cruzó el bulevar marítimo hacia la peatonal San Martín hubo riesgo cierto de accidentes para los deportistas. Hasta hubo algunos cruces verbales entre quienes cuestionaban a los manifestantes por pasar en medio del circuito y familiares que recordaban el dramático motivo que los llevó a recorrer esas calles. No pasó de eso.
“Pedimos disculpas porque no sabíamos que estaba esa competencia, pero también esperamos que nos entiendan que estamos reclamando por el dolor de no encontrar a nuestros familiares que están en el submarino San Juan”, dijo Inés Mendiola, tía del suboficial Leandro cisneros.
Padres y hermanos de los tripulantes cesar Vallejos, Jorge Monzón y Alberto Arjona pudieron acceder al escenario de premiación, donde tomaron contacto con organizadores y deportistas. Uno de los que se acercaron a darles apoyo y sacarse una foto con ellos fue oscar Galíndez, el argentino mejor clasificado en la prueba. El eslogan del triatlón, de fondo en esa imagen, resumía la fe plena de esos familiares que creen que “los 44” pueden ser hallados con vida. “Todo es posible” se leía muy destacado junto al podio.